Sres. Directores: Durante los últimos años se ha observado que las mujeres con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) tienen alto riesgo de desarrollo de cáncer cervical y de su lesión precursora, el carcinoma in situ, llegando a alcanzar una incidencia del 4,9%1. Por ello ha sido recientemente incluido como criterio diagnóstico de síndrome de inmunodeficiencia humana (sida)2.
Es asintomático en sus fases iniciales, que es cuando se puede tratar, siendo por ello necesaria una técnica de detección precoz: la citología cervicovaginal. Es una técnica útil para estudiar la relación entre infección por VIH y esta neoplasia, por lo que la aplicamos para analizar la incidencia de lesión precancerosa y cáncer de cérvix en las mujeres VIH positivas(+) o con prácticas de riesgo para la infección, estableciendo una estrategia para disminuir la morbimortalidad de este grupo de mujeres.
Incluimos en este estudio descriptivo a 53 mujeres VIH(+) o pareja de paciente VIH(+) que acudieron a consulta, con una edad entre 18 y 65 años. Se excluyeron a las que no mantuvieron nunca relaciones sexuales, las que estaban en período de lactancia o embarazo y las enfermas en estadio terminal. Todas dieron consentimiento informado para la realización de la técnica por triple toma. Además, se les prporcionó consejo para la prevención de infecciones de transmisión sexual, cáncer ginecológico y uso de métodos de barrera.
De las 53 citologías realizadas, 39 fueron en pacientes VIH(+) y 14 VIH negativas() con prácticas de riesgo para la infección.
El análisis histológico de las 39 pacientes VIH(+) se expone en la figura 1, obteniendo resultados patológicos en 6 pacientes (15,4%) al sumar los 2 carcinomas in situ diagnosticados con las 4 displasias, interpretando la metaplasia como un proceso de reparación que seguimiento. Ninguna de las pacientes VIH() tuvieron resultado patológico.
Está documentado que las mujeres con infección por VIH tienen un mayor porcentaje de lesiones intracervicales que aquéllas con similares condiciones pero sin infección por VIH3,4, lo cual coincide con nuestro resultado.
Es de destacar el mal uso de los métodos de barrera: sólo el 45% de las pacientes estudiadas los utilizaban. Por ello, se debería insistir en plantear campañas de información y de consejo para potenciar su uso para disminuir la frecuencia de aparición de estas enfermedades.
Ante la elevada incidencia, es importante poner al alcance de las mujeres con riesgo o con infección por VIH la posibilidad de realizar una detección de cáncer de cérvix mediante citología con periodicidad. La frecuencia debería depender del estadio de la enfermedad por VIH, recomendando la literatura consultada5 periodicidad anual para mujeres con prácticas de riesgo y semestral, debido a la rápida recurrencia y progresión del cáncer cervical en pacientes con sida, para infección VIH sintomática o recuento de CD4<200.