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Vol. 17. Núm. 4.
Páginas 284-287 (marzo 1996)
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Diarrea en la infancia: conocimientos y actitudes de las madres en un centro de atención primaria
Diarrhoea in infancy: the knowledge and attitudes of mothers at a primary care centre
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C. Sales Domenea, B. Mir Planaa, M. Morales Varelaa, AM. Fullana Montoroa, A. Artero Moraa
a Centro de Salud Salvador Pau, Valencia. Unidad de Investigación Hospital Dr. Peset, Valencia.
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Objective. To study the knowledge and attitudes of mothers at a health centre to babies' diarrhoea.

Design. A crossover, observational and prospective study.

Setting. Paediatrics clinic at a health centre in the city of Valencia.

Participants. 142 mothers who attended the clinic of their own accord.

Measurements and main results. The mothers themselves filled out a questionnaire on what diarrhoea was, its causes, hygiene measures to prevent it and their response when it appeared. 80.3% accurately defined diarrhoea. 94.4% recognised that micro-organisms were the cause. All mothers of unweaned babies not being breast-fed sterilised the feeding bottle adequately and had a proper water-supply. 89.4% said they washed correctly both hands and food before handling food. Although 89.4% knew they should give more liquid to their babies during diarrhoea, only 24.6% used an adequate oral rehydrating solution and 24.2% said they made their babies fast for long periods. Most said they would consult the doctor if their baby had diarrhoea (79.6%) and would go back to the doctor if they noticed complications (96.5%).

Conclusions. Mothers attending a health centre in Valencia had a good attitude to diarrhoea prevention. They often committed errors in oral rehydration and feeding of a baby with diarrhoea, which might cause problems. However their frequent attendance at the doctor's may help avoid these problems.

Introducción

Objetivo. Estudiar los conocimientos y actitudes respecto a la diarrea infantil en las madres de un centro de salud.

Diseño. Estudio transversal, prospectivo y observacional.

Emplazamiento. Consulta de pediatría de un centro de salud en la ciudad de Valencia.

Participantes. Madres que acuden a dicha consulta espontáneamente (142).

Mediciones y resultados principales. Las madres rellenaron una encuesta autocumplimentada sobre el concepto de diarrea, sus causas, medidas de higiene para prevenirla y actitud cuando aparece. El 80,3% de madres señaló correctamente el concepto de diarrea. Un 94,4% reconoció a los microorganismos como causa. Todas las madres de lactantes no amamantados utilizaban un sistema de esterilización del biberón y una fuente de agua adecuados. El 89,4% de mujeres refería lavado correcto de manos y alimentos antes de su manipulación. Aunque un 89,4% conocía la necesidad de ofrecer más líquidos a sus hijos durante la diarrea, sólo un 24,6% utilizaba una solución de rehidratación oral adecuada, y un 24,2% decía someterlos a ayunos prolongados. La mayoría manifestaban que consultarían al médico si su hijo presentara una diarrea (79,6%) y que volverían a consultar si advertían complicaciones (96,5%).

Conclusiones. Las madres que acuden a un centro de salud en la ciudad de Valencia tienen una buena actitud hacia la prevención de la diarrea. Cometen frecuentemente errores en la rehidratación oral y la alimentación del niño con diarrea que pueden ocasionar problemas, aunque su alta frecuentación a la consulta médica podría evitarlos.

Texto completo

Introducción

La diarrea es uno de los problemas sanitarios de mayor importancia en la infancia por su alta morbilidad y mortalidad, especialmente en los países en vías de desarrollo. También en los países industrializados la diarrea supone un problema de salud frecuente1,2 que ocasiona un alto gasto económico, pérdida de días de trabajo y asistencia a la escuela. No se trata de un problema clínico que pueda manejarse sin tener en cuenta el medio en el que se produce, incluso la identificación microbiológica del agente con frecuencia es infructuosa y proporciona poca ayuda en el tratamiento clínico del niño con diarrea3,4. Factores ambientales tales como la disponibilidad de agua potable, el manejo de las excretas, la higiene de los alimentos y los conocimientos, actitudes y prácticas de la población que pueden interrumpir el ciclo orofecal tienen una gran repercusión en la frecuencia con que se presenta la diarrea en los niños5-8. Así mismo estos conocimientos, actitudes y prácticas de la población frente a la diarrea pueden evitar la repercusión clínica que ésta tiene en la salud de los niños, concretamente previniendo los desequilibrios hidroelectrolíticos y la malnutrición9.

De lo expuesto anteriormente se deduce la importancia de la educación sanitaria de la población tanto para prevenir la aparición de la diarrea en niños como para evitar sus consecuencias negativas en la salud. Desconocemos el nivel de conocimientos y las actitudes frente a la diarrea infantil que tienen las madres de nuestro medio. Por ello nos hemos planteado este estudio, cuyo fin es averiguar en las madres que acuden a un centro de salud de atención primaria en la ciudad de Valencia los conocimientos respecto a la diarrea, así como las actitudes que tienen frente a su prevención y tratamiento.

Material y métodos

El estudio se realizó en un centro de salud de atención primaria en la ciudad de Valencia. El número de niños menores de 14 años adscritos a dicho centro es de aproximadamente 2.800.

Se diseñó una encuesta autocumplimentada10 que incluía 31 preguntas, abiertas y cerradas, sobre el concepto de diarrea, sus causas, medidas de higiene doméstica tendentes a prevenirla y actitud cuando ésta aparece. Se realizó una prueba piloto en la que 15 madres cumplimentaron la encuesta y luego fueron entrevistadas sobre ella para comparar sus respuestas escritas con lo expresado verbalmente. Con los datos obtenidos se elaboró la encuesta definitiva. Dicha encuesta fue cumplimentada en los meses de julio, septiembre y octubre de 1994 por 142 madres que acudían espontáneamente a la consulta de pediatría. En sólo 3 casos las madres rehusaron realizar la encuesta.

Resultados

De 145 madres a las que se solicitó contestar la encuesta, 142 aceptaron (97,9%) y sólo tres rehusaron.

Las características de la población estudiada pueden verse en la tabla 1. La edad de las 142 mujeres que participaron en el estudio osciló entre los 23 y los 47 años (media: 32,5±5,1 años). El 42,4% de ellas sólo había cursado estudios primarios, el 41,5% formación profesional o bachiller y el 16,2% restante estudios universitarios. El 47,2% de las madres sólo tenía un hijo, el 40,1% dos, el 7,7% tres y el resto 4 o más hijos. El 62,7% de las mujeres tenían hijos de 2 años de edad o menores, y el 81,7% tenían hijos de 5 o menos años.

En cuanto al concepto de diarrea, de las 142 madres encuestadas, 114 (80,3%) contestaron correctamente que la diarrea consistía en heces de menor consistencia y mayor frecuencia de lo habitual. Veintiuna de las madres (14,8%) no contestaron a estas preguntas, mientras que siete (4,9%) lo hicieron incorrectamente (tabla 2).

Respecto a la causa de la diarrea el 94,4% de las mujeres afirmaron que los microorganismos que alcanzaban el intestino podían ocasionarla, siendo sólo tres las madres (2,1%) que lo negaron, el resto no respondió. Sin embargo, la creencia de que el frío también es capaz de producir diarrea la manifestaron el 45,1% de las 142 madres (tabla 2).

Todas las madres cuyos hijos eran lactantes con lactancia artificial referían utilizar un sistema adecuado de esterilización del biberón, así como una fuente correcta de agua.

El agua de bebida empleada en la totalidad de los 142 hogares era potable o mineral embotellada.

Ciento veintisiete mujeres (89,4%) referían un lavado correcto tanto de sus manos como de los alimentos en la preparación de la comida, mientras que nueve (6,3%) no lavaban los alimentos correctamente y siete (4,9%) referían no lavarse las manos de forma habitual antes del manejo de alimentos (tabla 2).

El 89,4% refería que sus hijos solían lavarse las manos antes de comer, mientras que el resto no lo hacía de forma rutinaria.

En cuanto a la actitud frente a la aparición de la diarrea en los niños, el 79,6% de las encuestadas expresó su intención de consultar siempre con su médico cuando ésta comenzaba. De hecho, de las 28 mujeres cuyos hijos presentaron una diarrea en las 2 semanas previas a la encuesta, 22 (78,6%) habían consultado por ella al médico.

Ciento treinta y siete madres manifestaron que volverían a consultar con el médico después de la visita inicial si su hijo presentara sangre en las heces, aspecto tóxico, vómitos incoercibles o si la diarrea persistiera más de 4 días. Las 5 mujeres restantes no respondieron a algunas de estas cuestiones, y ninguna indicó que no consultaría por la aparición de estos problemas.

Por el contrario, tan sólo 52 (36,6%) madres negaron que acudirían de nuevo a la consulta si su hijo ya visitado anteriormente por el médico tuviera febrícula o algún vómito aislado.

Sólo 15 madres (10,6%) manifestaron utilizar fármacos en la diarrea de sus hijos sin consulta previa; en 2 casos eran antibióticos, y los 13 restantes, antidiarreicos y levaduras.

Aunque la mayoría de las madres (89,4%) conocía que debía ofrecer más líquidos a sus hijos cuando éstos tuvieran diarrea, sólo 35 (24,6%) utilizaban una solución de rehidratación oral adecuada. El uso de rehidratación oral correcta no se correlacionó con el nivel de estudios ni con el número de hijos.

Un 24,2% de las madres afirmaba someter a sus hijos a ayunos de 24 horas o más cuando presentaban diarrea. Tampoco hubo asociación estadísticamente significativa entre el ayuno prolongado y el nivel de estudios de las madres o su número de hijos.

Discusión

Un número considerable de madres (19,7%) no tenían claro que en la diarrea el número de deposiciones aumenta y la consistencia de éstas disminuye, lo que resulta llamativo al ser la diarrea una de las enfermedades más frecuentes. En un estudio realizado en Arabia Saudí11 ninguna de las 240 madres que no habían recibido educación escolar reglada fue capaz de definir la diarrea, pero sí que lo hicieron el 43,1% de las niñas estudiantes de escuela secundaria.

Es alentador saber que la gran mayoría de las mujeres (94,4%) reconocían a los microorganismos como causa de diarrea. Ello tiene importancia práctica, dado que se ha relacionado este conocimiento sobre la etiología de la diarrea con la frecuencia con que dicha enfermedad se produce12. El hecho de que un alto porcentaje de la población asocie el frío con la etiología de la diarrea también aparece en otras partes del mundo13,14, y tiene su origen en la medicina tradicional, especialmente de países como China, Grecia e India.

También hemos encontrado una buena actitud de las madres respecto a la adopción de medidas tendentes a disminuir la transmisión de microorganismos con los alimentos, en especial en la preparación de biberones para los lactantes. No hemos comprobado en este estudio si la práctica se corresponde con lo que las madres manifiestan, pero en cualquier caso se aprecia un buen conocimiento de la idoneidad de las medidas de higiene y una buena predisposición para adoptarlas.

En cuanto a la autoprescripción de fármacos es positivo encontrar que sólo el 10,6% de las mujeres encuestadas expresaban realizarla, sobre todo si se considera que sólo dos utilizaban antibióticos. En este punto habría que valorar con qué frecuencia nuestra población acude a las farmacias en solicitud de consejo para tratar la diarrea, pues un estudio realizado en Inglaterra15 mostró una alta frecuencia de consultas y también un alto porcentaje de consejos y prescripciones inadecuadas.

Por otro lado, en nuestro medio destaca una baja utilización de fórmulas comerciales de rehidratación (24,6%). A pesar de ser la rehidratación oral uno de los pilares básicos del tratamiento de la diarrea16 su uso no se ha generalizado lo suficiente como para que sea utilizado de forma rutinaria por la mayor parte de nuestra población, que sigue empleando soluciones incorrectas en muchos casos.

Del mismo modo, un porcentaje no desdeñable de madres (24,2%) someten a sus hijos a ayunos excesivamente prolongados que pueden repercutir de forma negativa en su salud. Esta práctica probablemente se basa en la costumbre por parte de los sanitarios de recomendar tales ayunos en el tratamiento de la diarrea, si bien se ha demostrado el beneficio de mantener la alimentación oral durante ésta17.

Destaca la falta de asociación entre el nivel de educación en las madres y los errores en las pautas de rehidratación oral y ayuno. De confirmarse estos datos en otros estudios sería conveniente revisar la idoneidad de la educación sanitaria que recibe nuestra población.

De todos modos, la alta frecuentación a la consulta médica de las madres de nuestro medio permitiría evitar los errores en el tratamiento clínico de la diarrea. Incluso de los resultados del estudio puede deducirse que sería poco probable que no recibiera asistencia médica un niño con un cuadro grave de gastroenteritis. No obstante, los datos de este estudio tienen como fuente las madres que acuden a un centro de atención primaria y hay que tomarlos con cautela si consideramos como población diana al total de madres de niños adscritos al centro, ya que puede existir un sesgo diferencial, con una mayor frecuentación al pediatra en la población de estudio. Por otro lado, en este trabajo fueron frecuentes las consultas que podrían ser evitadas por no entrañar los síntomas consultados ningún riesgo para la salud del niño, y que pueden traducirse en una sobrecarga evitable de la consulta médica.

Sería aconsejable que otros estudios analizaran en otros lugares de nuestro país el nivel de educación sanitaria respecto a la diarrea infantil. De este análisis y del estudio de los canales de educación sanitaria actualmente existentes deberían partir las directrices encaminadas a elevar el nivel de conocimientos en los problemas de salud frecuentes y facilitar la adopción de actitudes saludables.

En conclusión, las madres que acuden a un centro de atención primaria en la ciudad de Valencia tienen una buena actitud hacia la prevención de la diarrea transmitida a través de la alimentación, aunque cometen con frecuencia errores en la rehidratación oral y la alimentación del niño con diarrea. Sin embargo, la alta frecuentación a la consulta médica podría hacer que el consejo dado por los sanitarios evite estos errores y las repercusiones negativas que pueden tener en la salud infantil.

 

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