Sr. Director: En relación con el editorial "Diez minutos, ¡qué menos!" firmado por J. Casajuana, hoy puede ser un día de tantos del año 2000, veo encima de mi mesa el listado de los 35 pacientes citados (tenemos un tope de 35), luego serán más: 38,60 (DE 6,34) y, creo que en 1998 vivía algo mejor, eran 35 pacientes al día1.
Al final del año habrán dado la vuelta: 4,59 (IC del 95%: 4,34-4,83) veces contando a todos de mi población, 1.911 pacientes, con un 27,68% de >= 65 años; que son 100 más de los que la gerencia me indica; será porque no se cambian, desplazados, fallos, no sé. De todas formas pasará por mi consulta en todo el año el 72% de mis pacientes, y vendrán 6,46 (IC del 95%: 6,16-6,76) veces cada uno, repartidos: < 65 años: 5,28 (IC del 95%: 4,97-5,60); >= 65 años: 8,76 (IC del 95%: 8,17-9,35).
Empiezo pronto, quiero tener tiempo para pasar la consulta y los avisos y luego ir a la reunión, y si pudiera además hablar con mi residente. A ver si puedo en el colchón tomar café para hablar con los compañeros/as. Y veo el listado: 11 pacientes < 50 años, 10 pacientes >= 50 años y < 65 años, 18 pacientes >= 65 años; pienso: mucha gente, poco tiempo. El colchón de media hora desparece; tengo 10 min para tomar el café con suerte. Al final resumo la consulta: visitas burocráticas estrictas: 9 (24%); (DE 3); visitas no burocráticas: 31 (79,48%; DE 5,6). De éstas se reparten: programadas 6 (15%; DE 2,98). Informativas de otras especialidades: 4 (11%; DE 1,83). Visitas con varios motivos asistenciales: 8 (20,50%; DE 3,52). Visitas con motivo asistencial y burocrático: 14 (36%; DE 5,05) (fig. 1).
Pido disculpas al paciente citado para la consulta programada fuera de la consulta a demanda; esta consulta es vital para conocer mejor al enfermo y entablar una buena relación con el paciente; con el poco tiempo disponible y aun a trozos repetidos de consulta a demanda es imposible. Después, tengo dos avisos diarios, muchos de ellos programados. Al final, fuera de la consulta firmo las recetas que el programa informático imprime2 y que la enfermera ordena; cada día acuden unos 20 enfermos citados al mostrador para recogerlas, al año son 5.608 actos fuera de la consulta. De la misma forma, se imprimen los partes de confirmación de baja: total al año, 1.458 actos fuera de consulta.
Termino y me voy a casa, media hora fuera de mi horario laboral, sin poder ir a la sesión clínica, y sin hablar apenas con mi residente (nos repartimos el trabajo; no queda otro remedio para llegar), no he podido hablar con mis compañeros.
Creo estar bien organizado y, sin embargo, soy un esclavo del trabajo. El problema para mí no es la burocracia, es la cantidad de visitas asistenciales debidas a la desproporción en la población y la cantidad de gente adscrita y todo ello con el poco tiempo que tengo, son 6 min de citación.
El problema es médico, de tiempo y de organización. Si la función está ligada a la responsabilidad, la de las recetas que son el producto de la mayoría de las consultas llamadas "burocráticas" la tiene el médico y el farmacéutico, que las prescriben y las ejecutan. Con un control médico y farmacéutico adecuados desaparecerían las consultas llamadas burocráticas de recetas. Las personas implicadas no son la enfermera ni la auxiliar de clínica. El tratamiento de la burocracia (ordenador, buzones, etc.) no es desburocratización (supresión de la burocracia inútil).
El exceso de controles que el autor propone como causa de aumento de la frecuentación es difícil de concretar; la organización de funciones y actividades de cada profesional es fundamental. La demanda aumenta en relación con mejores seguimiento y asistencia3. Mucho exceso de control viene de otros ámbitos con revisiones innecesarias; somos los secretarios del segundo y el tercer ámbitos y de la administración.
Es necesaria una mayor implicación de la administración en la corrección de los desajustes de la población de los cupos, atendiendo sobre todo a la edad.
Es necesario crear un memorándum de consulta del médico de atención primaria, respetado por todos los implicados en la atención primaria: médicos, enfermeras, administrativos, auxiliares, administración, especialistas de segundo y tercer nivel. Éste debería ser supervisado por la gerencia de atención primaria como primer paso básico hacia un acercamiento de ésta al médico y de éste a los ciudadanos.