Sr. Director: La preocupación creciente por el tratamiento adecuado del dolor en el paciente neoplásico ha llevado a establecer con más claridad los diversos síndromes álgicos que pueden afectarle. El paciente con cáncer sufre dolor continuo en alguna fase de la enfermedad, lo que los anglosajones llaman background pain, que puede traducirse como «dolor de fondo»1. Esta situación clínica puede controlarse con opioides mayores en la mayoría de los pacientes. Pero los enfermos con neoplasias y, en general, los que sufren dolor crónico, padecen con cierta frecuencia crisis de dolor añadidas al dolor que ya sufren habitualmente, que son desencadenadas por hechos de la vida cotidiana; para describir estas situaciones, Portenoy y Hagen2 acuñaron la expresión breakthrough pain.
La traducción de breakthrough pain no es fácil, ya que breakthrough es un término polisémico que puede emplearse en varios contextos y con distintos significados1. En un reciente artículo de Atención Primaria, Benítez del Rosario et al3 lo traducen por dolor irruptivo, episódico y esporádico. No coincidimos totalmente con la elección de estas tres traducciones por las razones que aportamos a continuación.
En primer lugar, creemos que «dolor episódico» o «dolor ocasional» no reflejan con claridad lo que se quiere decir en inglés. Ambas formas pueden referirse a cualquier dolor que aparezca aun en ausencia de dolor de fondo y, por tanto, su utilización puede causar confusión ante la posibilidad de que el interlocutor interprete de forma diferente el tipo de dolor que se le describe.
La forma «dolor irruptivo» parece ser la que goza de mayor predicamento en la actualidad. Así, por ejemplo, una nueva especialidad farmacéutica de citrato de fentanilo por vía transmucosa oral tiene como indicación principal precisamente el «dolor irruptivo». Para muchos médicos, esta expresión es probablemente difícil de entender a primera vista, pues el adjetivo irruptivo no suele usarse en español.
Según el Diccionario de la Lengua Española4 (en el que no encontramos el adjetivo irruptivo), irrumpir significa «entrar violentamente en un lugar», irrupción es un «acometimiento impetuoso y repentino» y el
sufijo -ivo «forma adjetivos y algunos sustantivos, cuya base derivativa suele ser un participio pasivo o un sustantivo latinos y, a veces, un sustantivo español; puede significar capacidad para lo significado por la base o inclinación a ello». El diccionario incluye también el adjetivo irruptor, que significa «que irrumpe». Sin entrar en consideraciones sobre si sería más correcto que el adjetivo que acompañara a dolor fuera irruptivo o irruptor, teniendo en cuenta estas definiciones podemos deducir el significado de irruptivo: capacidad o inclinación a entrar violentamente en un lugar o a acometer de forma impetuosa y repentina. Así pues, al hablar de dolor irruptivo se haría referencia a la aparición de forma repentina del dolor, pero no se consideraría la existencia de un dolor de fondo, aspecto fundamental que tuvieron en cuenta Portenoy y Hagen2 al definir breakthrough pain. En castellano disponemos del término «intercurrente» que, según el Diccionario de la Lengua Española4, es un adjetivo utilizado en medicina para referirse a una enfermedad que sobreviene durante el curso de otra.
Así, partiendo de estas consideraciones sobre irruptivo e intercurrente, y coincidiendo con Navarro1, creemos que el término correcto a utilizar como traducción de breakthrough, cuando se utiliza como adjetivo en el ámbito médico, es intercurrente. Dolor intercurrente explica con más claridad que dolor irruptivo lo que significa breakthrough pain: un episodio de dolor que aparece durante el curso de otro proceso doloroso.