Mostramos el caso de un varón de 80 años con antecedentes personales de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que acude al servicio de urgencias por un dolor punzante en el hemitórax derecho que se inició tras un acceso de tos. Se realiza una Rx simple de tórax PA y lateral donde se visualizan signos de atrapamiento aéreo en el contexto de su enfermedad de base, sin evidencia de enfermedad aguda. Ante la sospecha de lesión de partes blandas, se explora la región torácica mediante ecografía (fig. 1), identificando una clara solución de continuidad de la pared torácica derecha de 3cm, secundaria a una rotura fibrilar aguda de la musculatura intercostal.
Dos semanas más tarde el paciente acude de nuevo a urgencias por un dolor torácico similar, refiriendo una masa palpable en región torácica baja derecha. Se realiza una Rx de tórax (fig. 2a), donde se visualiza un marcado aumento del espacio intercostal entre los arcos posteriores derechos noveno y décimo. A continuación, se realiza una TC de tórax sin contraste (fig. 2b), en la que se confirma la rotura fibrilar de la musculatura intercostal, visualizada en ecografía previa, a través de la cual protruye un pequeño segmento de pulmón e hígado adyacentes.
a) Rx de tórax PA en la que se observa un marcado aumento del espacio intercostal entre los arcos posteriores derechos noveno y décimo; b) Reconstrucción coronal de una TC de tórax sin contraste en la que se confirma el ensanchamiento intercostal y se observa la protrusión de un pequeño segmento de pulmón e hígado a través del defecto de pared.
Las hernias pulmonares intercostales son una entidad clínica muy poco frecuente, y consisten en la protrusión de pulmón a través de un defecto en la pared torácica. Pueden clasificarse en congénitas y adquiridas, siendo dentro del segundo grupo, las posquirúrgicas y postraumáticas las más frecuentes y las espontáneas, raras.