Toda la especialidad de medicina familiar y comunitaria (MFyC) se basa en la puesta en marcha y desarrollo de su programa docente, cuya última versión se aprobó en 19941.
Desde hace mucho tiempo se considera que la figura del tutor de atención primaria es esencial para el desarrollo del programa docente de la especialidad2, ya que son los tutores los encargados de llevar a cabo su aplicación práctica y cotidiana, y de conseguir que los residentes cumplan con las tareas y alcancen los objetivos docentes correspondientes1.
En un editorial previo3 se recoge una reflexión general sobre la figura del tutor de atención primaria y cómo se desempeña su función. También se ha descrito en estas páginas cómo llevar a cabo la tutorización de residentes de medicina familiar y comunitaria4, especificándose que el tutor debe ir dando al residente la información adecuada según él la demande a fin de poder llevar a cabo todas y cada una de las tareas y activides obligatorias que especifica el programa de la especialidad.
Un instrumento técnico-docente para conseguir esto podría ser «El Manual del Tutor»4, que vendría a rellenar un hueco que actualmente existe en nuestro país, y que además daría una mayor homogeneidad a la formación que actualmente adquieren los residentes de las distintas comunidades autónomas y unidades docentes de MFyC.
La necesidad actual de este Manual se hace más acuciante porque próximamente van a incorporarse un número muy importante de nuevos tutores de atención primaria como consecuencia de la ampliación de plazas MIR de MFyC, coincidiendo con la implantación de un nuevo programa docente de mayor calidad que exige mejorar la formación de los tutores y precisa un mayor apoyo directo a éstos por parte de las unidades docentes.
Además, «El Manual del Tutor» sería una guía para la evaluación de la formación recibida por los residentes5. En esta evaluación se exige el cumplimiento de unos mínimos para cada una de las tareas. Los tutores deberán ayudar a los residentes a desarrollar esas tareas (que incluso pueden ser nuevas para el tutor).
Pero para ello se les deben facilitar unos instrumentos, ya que si el tutor no sabe realizar una tarea, ¿ésta se le puede exigir al residente que está formando?
«El Manual del Tutor» sería así un instrumento técnico-docente para la aplicación práctica del programa y para la evaluación de la formación de los residentes. Pero, además, su existencia tendría algunas otras ventajas no menos importantes, como podrían ser: facilitar la organización del trabajo docente de los tutores, darle unidad y una cierta coherencia, permitir el desarrollo de tareas docentes de una manera escalonada en el tiempo, disminuir la ansiedad de los tutores «novatos» ante una tarea nueva, y poder transmitir a los docentes la sensación de que tanto la CNE, como su Sociedad Profesional se preocupan de ellos y de facilitarles su labor.
Esta idea, que ya ha sido expuesta en las reuniones de docentes de la semFYC, en las reuniones anuales de las secciones de docencia e investigación, en las reuniones de la CNE y en otros foros, ha despertado un gran interés.
Por todo esto los Grupos de Trabajo de Aplicación Práctica del Programa y de Evaluación de la CNE, juntamente con las Secciones de Docencia e Investigación de la semFYC han creado un Grupo de Trabajo sobre el Manual del Tutor6. Esta herramienta podría ofrecer las siguientes ventajas: facilitar el trabajo del tutor, unificar la metodología de trabajo de tutores y residentes, conseguir (o por lo menos intentarlo) una mejora en la aplicación práctica del programa docente, y ser la referencia básica para la evaluación.
Este instrumento que se está elaborando actualmente y que está en sus primeras fases, debería adaptarse a las características específicas de cada comunidad autónoma y a cada Unidad Docente de MFyC, pero conservando siempre una orientación y unos mínimos contenidos comunes, tras el correspondiente período de difusión y discusión en todo el Estado Español.
Además, para facilitar su implantación se considera imprescindible que la evaluación de los residentes de todas las especialidades médicas se generalice en el Estado, para evitar los agravios comparativos, es decir que los residentes de MFyC sean sometidos a unos niveles de evaluación más exigentes que los del resto de MIR.
No es este el lugar donde describir las características que debe reunir el futuro Manual, ni el trabajo realizado hasta ahora; ya que pensamos que todo esto debe trabajarse y discutirse en los foros adecuados.
Basándonos en todo lo expuesto anteriormente el grupo de trabajo es consciente de las dificultades que implica el diseño y elaboración de «El Manual del Tutor», pero también es consciente de que sobre estos contenidos existen multitud de iniciativas de gran interés en casi todas las unidades docentes y en algunos centros de salud (incluso de forma individual en el caso de algunos tutores de atención primaria), que enriquecerían y harían más sólido el documento que estamos elaborando. El objetivo fundamental de este editorial es que se conozca que este proceso está en marcha y hacer una invitación a la participación de todos los tutores y docentes interesados en él.
Por supuesto, el posterior desarrollo de esta idea va a exigir un importante período de difusión y de discusión del que depende esencialmente su utilidad y aceptación por parte de los tutores y las unidades docentes. Este proceso que ya ha comenzado tiene prevista su ampliación a través de la Red de Unidades Docentes y de la Sección de Docencia de la semFYC.