El turismo conforma en la actualidad un campo prolífero de estudios científicos en cuanto a los beneficios que conlleva. En relación a los sistemas de protección social, el turismo podría tener efectos positivos en las políticas enfocadas a la promoción de la salud y el bienestar de los ciudadanos, contribuyendo así a la creación de un sistema público eficiente, como se defiende desde la Teoría de la Sostenibilidad Social1.
En esta línea, los autores analizan el perfil de salud de las personas mayores que viajan frente a las que no, así como las diferencias en su consumo de recursos sociosanitarios, con el objetivo de contribuir al estudio de la relación entre turismo y envejecimiento activo y saludable, y entre turismo y gestión más eficiente de recursos sociosanitarios.
Para ello, se llevó a cabo un estudio correlacional con 189 personas comparando un grupo de 149 personas mayores que viajan (78,84%) con un grupo de 40 personas mayores que no viajan (21,16%). El instrumento de evaluación se elaboró siguiendo el modelo CIF: Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud2, en base al cual se seleccionaron las variables de salud a medir y los instrumentos estandarizados a utilizar: la versión española del SF-12 Health Survey3 para la salud autopercibida, el índice de Lawton y Brody4 para la capacidad para desempeñar las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD), la Escala de Diener5 para la satisfacción con la vida y el índice de Berkman-Syme6 para el apoyo social. Además, se añadieron variables relacionadas con el consumo de recursos sociales y sanitarios.
Los resultados obtenidos definen el perfil de salud de las personas mayores que viajan en comparación con las que no viajan del siguiente modo:
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Las personas mayores que viajan presentan una salud física y mental mayor. Se obtuvo que las personas mayores que viajan alcanzan valores superiores del SF-12 en ambas dimensiones, siendo estas diferencias estadísticamente significativas (t=3,21, p=0,02 para salud física; t=3,00, p=0,03 para salud mental).
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Las personas mayores que viajan presentan una capacidad mayor para desempeñar las AIVD. La puntuación media alcanzada por las personas que viajan, tanto varones como mujeres, en el índice de Lawton y Brody, es estadísticamente superior (t=2,30, p=0,03; t=3,70, p=0,00, respectivamente).
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No se observaron diferencias en la satisfacción con la vida, ya que la escala de Diener no ofrece diferencias significativas entre ambos grupos (χ2=4,88, p=0,3; t=1,51, p=0,13).
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Tampoco el instrumento de Berkman-Syme ofrece diferencias significativas entre ambos grupos en relación con su integración social (χ2=0,89, p=0,64).
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En cuanto al consumo de recursos, las personas mayores que no viajan se realizan más resonancias y TAC (χ2=4,03, p=0,05; χ2=0,63; p=0,04, respectivamente) y utilizan más el servicio de urgencias (χ2=6,13, p=0,01), el de ayuda a domicilio (χ2=6,85, p=0,01) y el apoyo de un cuidador (χ2=4,84, p=0,03).
Por último, se compararon ambos grupos en todas las variables de salud analizadas mediante un análisis multivariante de la varianza (MANOVA). El análisis multivariante (Wilks) indica que los grupos son estadísticamente diferentes en las variables de salud consideradas. El test de Levene muestra que las variables de salud física y mental y capacidad para las AIVD son las que explican las mayores diferencias entre ambos grupos (tabla 1).
Análisis multivariante de comparación de grupos (viajar y no viajar) considerando las distintas variables de salud (n=189)
Lambda de Wilks | M de Box | Test de Levene | Pruebas de efecto intersujetos | ||||||
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F | p | F | p | F | p | F | p | Eta | |
Viaja | 4,895 | 0,00* | 4,51 | 0,00* | |||||
Salud física | 16,034 | 0,00* | 11,53 | 0,00* | 0,07 | ||||
Salud mental | 10,382 | 0,00* | 9,06 | 0,00* | 0,05 | ||||
Capacidad para AIVD | 26,261 | 0,00* | 17,41 | 0,00* | 0,09 | ||||
Apoyo social | 0,230 | 0,63 | 0,84 | 0,36 | 0,01 | ||||
Satisfacción con la vida | 2,410 | 0,12 | 0,55 | 0,46 | 0,00 |
* Relación significativa a nivel de 0,05 (bilateral).
Este estudio ofrece un perfil descriptivo de la salud de las personas mayores que viajan frente a las que no, permitiendo inferir que el turismo puede tener un efecto positivo en la salud de las personas mayores y animando a seguir profundizando en esta línea.
Los autores quieren agradecer la colaboración de los centros de ocio de personas mayores que han participado en este estudio.