Sr. Director: El predominio de enfermedades crónicas y la presencia de pluripatologías, con importantes polifarmacia y fragilidad, son elementos que condicionan la práctica asistencial de las personas mayores, algunas de las cuales están ingresadas en instituciones como los centros residenciales geriátricos1-3. Optimizar una atención farmacéutica eficaz y eficiente, así como promover acciones orientadas a difundir el uso racional de los medicamentos, son tareas cuya responsabilidad deben asumir todos los actores implicados en la prescripción de medicamentos.
Describimos la evolución del consumo de psicofármacos en la población institucionalizada de una región sanitaria en situación de práctica clínica habitual, entre los años 2001 y 2006.
Se compararon todas las prescripciones ambulatorias realizadas a cargo del Servicio Catalán de la Salud, durante los períodos de estudio.
El estudio se realizó en centros residenciales geriátricos de la Región Sanitaria Barcelona (Sede Badalona), de los sectores Barcelonés Norte y El Maresme; 107 centros en el período de referencia o de inicio y 152 centros en el período de comparación o final.
Se consideraron los principios activos pertenecientes a los subgrupos terapéuticos de antidepresivos, neurolépticos, sedantes-hipnóticos y tranquilizantes (ATC-Classification). La medición del consumo se realizó mediante el establecimiento de indicadores cuantitativos entre los residentes, el gasto y los envases, totales y en psicofármacos (tabla 1). La fuente de información son los diferentes ficheros facilitados por el aplicativo de seguimiento de la prescripción farmacéutica (SPF) del CatSalut. El nivel de significación se estableció para valores de p < 0,05 con el programa SPSS versión 12.
El número de pacientes estudiados fue de 4.795 y de 6.350 durante los años 2001 y 2006, respectivamente. El número total de envases dispensados fue de 513.967 frente a 772.544 (incremento del 50,3%; p < 0,001) y el gasto total de 7.555.052,76 y 12.249.354,17 e (incremento del 62,1%; p < 0,001), respectivamente. El número de residentes se incrementó en un 32,4%, el promedio del gasto por residente/año fue de 1.575,61 frente a 1.929,03 e, respectivamente (incremento del 22,4%; p < 0,001). En psicofármacos, el porcentaje del gasto sobre el total fue del 11,8 frente al 12,8% (incremento del 7,8%; p = 0,039); el promedio del gasto por residente/año de 186,45 frente a 246,02 e (incremento del 31,9%; p < 0,001) y el promedio del gasto por envase/año de 11,60 frente a 13,50 e (incremento del 16,3%; p = 0,028). En la tabla 1 se detalla la distribución del consumo (envases) y del gasto de los principales principios activos de psicofármacos, durante el período de estudio. Los principios activos estudiados representan el 63,8-69,2% del consumo en envases y el 90,2-91,9% del gasto del grupo de psicofármacos (años 2001-2006). Olanzapina, risperidona, paroxetina y sertralina representaron el 60,0% del gasto en 2001, mientras que en 2006 el gasto fue del 52,3% (p = 0,001). Cabe destacar el aumento espectacular del consumo de quetiapina, además de olanzapina y risperidona (antipsicóticos atípicos). Se observa un sensible efecto de desplazamiento de determinados fármacos durante los 5 años de la comparación: la disminución de fluoxetina y paroxetina, a favor de citalopram, escitalopram, mirtazapina y venlafaxina.
El estudio pone de manifiesto la elevada medicación de los pacientes ancianos internados en residencias geriátricas4-6. Este aspecto puede verse influido por la elevada morbilidad, dependencia funcional y deterioro cognitivo de este colectivo de pacientes3; no obstante, algunos autores opinan que es necesaria una comparación especial de aquellos enfermos que están en tratamiento con digoxina, anticoagulantes orales, litio, anticonvulsivos, antipsicóticos, sedantes-hipnóticos, opioides y anticolinérgicos por ser fármacos de alto nivel de riesgo7-9. Por esta razón, a pesar de que en la práctica clínica resulta muy difícil evitar su uso o bien delimitar el tiempo de utilización siguiendo las recomendaciones de los expertos8-10, es necesario realizar un esfuerzo para seleccionar aquellos psicofármacos que presenten un perfil de seguridad mayor. Del estudio también se deduce que la utilización de psicofármacos inadecuados (tabla 1) es un problema de importante magnitud y que previsiblemente podría ir en aumento, puesto que la población anciana institucionalizada es en la actualidad la principal consumidora de este tipo de fármacos en España4,5,7,9,10. Se observa una utilización de fármacos con propiedades anticolinérgicas y sedativas de vida media larga. Estos resultados generales y específicos son parecidos a los obtenidos por otros autores6,8,9. Como posibles limitaciones del estudio, destacan los factores de diseño metodológico que pueden influir en la comparación de los grupos. Por tanto, son posibles los sesgos de selección o clasificación, la movilidad geográfica o temporal a la que pueden estar sujetos los residentes y las posibles variaciones en la gravedad o en el patrón de morbilidad atendida.
En conclusión, durante los 5 años de comparación, se incrementa el gasto farmacéutico y moderadamente su consumo, posiblemente atribuible a un efecto desplazamiento de determinados principios activos (antipsicóticos atípicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) hacia las novedades terapéuticas. Existe una excesiva utilización de fármacos con propiedades anticolinérgicas y sedativas de vida media larga. Se deberían realizar intervenciones específicas, con la finalidad de mejorar la indicación-prescripción y fomentar el uso racional del medicamento en este sensible ámbito de actuación.