Hemos leído con interés el artículo titulado “Perfil clínico y patrones de manejo en los pacientes con insuficiencia cardíaca atendidos ambulatoriamente en España: estudio INCA”, publicado por B. de Rivas Otero et al recientemente en su revista1. Los autores concluyen que la insuficiencia cardíaca (IC) con fracción de eyección preservada (FP) es la forma frecuente de presentación de la enfermedad en el medio extrahospitalario y que el grado de control de factores de riesgo, como la hipertensión arterial (HTA) o la diabetes mellitus, es aún insuficiente en las consultas de cardiología y atención primaria1. Estamos totalmente de acuerdo con ambas conclusiones pero nos gustaría señalar algunas apreciaciones al respecto:
- 1.
Los individuos diagnosticados como con IC con FP se clasificaron según datos ecocardiográficos retrospectivos en cuanto a la fracción de eyección (FE) del ventrículo izquierdo (FE mayor o menor del 40%). Sin embargo, no se hace referencia en el estudio a parámetros de disfunción diastólica, como son la hipertrofia ventricular izquierda, la relación de las ondas auriculares E y A’ o la masa ventricular izquierda, que tienen implicaciones diagnósticas y pronósticas, especialmente en aquellos sujetos con IC y FP, que fueron los más numerosos2.
- 2.
Una proporción elevada de sujetos incluidos en el estudio (69%) se encontraba en clase funcional de la New York Heart Association I o II, es decir, tenían disnea de esfuerzo. Además, el sobrepeso-obesidad (el índice de masa corporal medio era de 28), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (22%) y la anemia (15%) aparecieron con frecuencia asociados al diagnóstico de IC. Esto hace reflexionar si estos individuos que tenían disnea presentaban o no IC. Ante esta situación, corremos el riesgo de clasificar erróneamente pacientes con disnea que en realidad no presentan IC sino otras enfermedades como HTA refractaria, obesidad, anemia, síndrome de hipoventilación-obesidad o EPOC. Este aspecto ya se ha evaluado en ensayos clínicos con IC y FP2. Por tanto, es fundamental realizar un diagnóstico más preciso de los pacientes con IC y disfunción diástolica y FP. Una anamnesis y exploración física exhaustivas con la ayuda de parámetros ecocardiográficos (Doppler tisular) y biomarcadores como el péptido natriurético tipo B podrían servir de ayuda al respecto3.
- 3.
En relación con las cifras de presión arterial (PA) de los sujetos con IC incluidos en el estudio, debemos afirmar que su media global fue de 136,4mmHg, con una desviación de 18,1mmHg. Estas cifras de PA se determinaron en el ámbito de consulta (PA clínica). La determinación de la presión ambulatoria en domicilio o con una monitorización de la presión durante 24h hubiera ofrecido una valoración más objetiva del grado de control de la PA en la IC4. A la luz de los nuevos ensayos clínicos publicados en HTA recientemente, las disminuciones de PA se acompañan de aumento de la supervivencia, pero por debajo de un dintel de bajada de PA podemos no obtener el beneficio esperado (curva-J). Este factor es especialmente importante para valorar en el paciente con HTA y alto riesgo vascular global: un buen ejemplo de esto puede ser el paciente con IC5.