Agradecemos el interés y los comentarios sobre la publicación de los datos del estudio INCA referentes al perfil clínico y los patrones de tratamiento de los pacientes con insuficiencia cardíaca atendidos ambulatoriamente en España.
El estudio INCA se diseñó con el objetivo de valorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca atendidos ambulatoriamente en España1, y los resultados publicados en atención primaria2 hacen referencia exclusivamente al objetivo secundario del estudio.
Estamos completamente de acuerdo con el comentario de que la sospecha clínica de la insuficiencia cardíaca debe confirmarse mediante estudios diagnósticos objetivos, y generalmente el proceso diagnóstico debe incluir la realización de un ecocardiograma3. Por este motivo, para evitar al máximo posible la inclusión en el estudio de pacientes clasificados erróneamente de insuficiencia cardíaca, se pidió que todos los pacientes, además de presentar síntomas y signos clínicos que cumplieran los criterios de Framingham o de haber ingresado en un hospital con el diagnóstico al alta de insuficiencia cardíaca, tuviesen realizado un ecocardiograma que demostrase una anomalía sugerente de este diagnóstico. Sin embargo, tampoco debe olvidarse que la exigencia de ecocardiograma para el diagnóstico de insuficiencia cardíaca por parte de las guías de práctica clínica permite probablemente aumentar la sensibilidad del diagnóstico pero en modo alguno representa que los criterios actuales sean perfectos, sobre todo en el caso de la insuficiencia cardíaca diastólica. Es muy probable que, incluso con un buen seguimiento de estos criterios, sea inevitable en todo estudio un número de falsos diagnósticos positivos y negativos, sobre todo en pacientes que presentan otras enfermedades como obesidad y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
El propio diseño transversal del estudio y la recogida de datos a partir de la información disponible en la historia clínica dificultaron la posibilidad de incluir otros datos ecocardiográficos disponibles distintos de la fracción de eyección u otros biomarcadores como el péptido natriurético cerebral. Es poco realista suponer que la recogida retrospectiva de información clínica en gran número de centros de datos complejos, como los relativos a disfunción diastólica (cuya sensibilidad y especificidad para el diagnóstico de insuficiencia cardíaca puede ser cuestionable incluso en estudios diseñados específicamente para eso), hubiera representado una ventaja sustancial más que una posible fuente de error, sin contar además que en un gran número de informes no consta esta información. En el estudio GALICAP, que recoge datos de pacientes ambulatorios en atención primaria con insuficiencia cardíaca diagnosticados tras haber estado hospitalizados (ingresados o en el servicio de urgencias durante un período mínimo de 24h) y con diagnóstico de insuficiencia cardíaca en el informe de alta, así como pacientes ambulatorios con diagnóstico hospitalario de insuficiencia cardíaca, sólo el 67,2% contaba con un ecocardiograma realizado4.
Como se menciona en la discusión del artículo2, el hecho de que los datos de la fracción de eyección sean retrospectivos y basados en un ecocardiograma sistemático exige cierta cautela al sacar conclusiones. A pesar de ello, el mismo estudio GALICAP4 coincide en señalar que la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada es la forma más frecuente de insuficiencia cardíaca en los pacientes ambulatorios en nuestro país (el 61,4 comparado con el 61,7% observado en INCA2).
En lo referente a la medida de la presión arterial, los datos presentados se refieren a la media de 2 determinaciones tomadas el día de la consulta. Estamos completamente de acuerdo en que un estudio realizado con monitorización de la presión arterial ambulatoria (MAPA) o automedida de la presión arterial habría aportado datos más precisos sobre el control de la presión arterial de estos pacientes. Lamentablemente, la disponibilidad de estos datos no fue un criterio de inclusión del estudio al no ser el control de la presión arterial el objetivo principal de éste. Por otro lado, un estudio del tipo y la amplitud del INCA probablemente se ha podido realizar en nuestro medio y con un cumplimiento adecuado al tratarse de un diseño simple que requería datos fácilmente asequibles. Nos preguntamos si la mayor información derivada de la inclusión de MAPA en el plan de estudio hubiera compensado la muy previsible peor participación.
Conflicto de interesesBeatriz de Rivas trabaja como asesora médica en AstraZeneca Farmacéutica Spain. Eduardo Sobreviela trabaja para MediClin. El resto de los autores tienen contrato como asesores científicos para la realización de este estudio.