El Centro de Salud de Santomera atiende una población de 15.000 habitantes correspondiente al Área de Salud 7 de Murcia. Los profesionales del Centro hemos detectado que el uso de antiagregantes en nuestros pacientes diabéticos es deficitario, y nos planteamos realizar un esfuerzo para la mejora del mismo.
Así hemos diseñado un estudio de intervención no controlado, siguiendo la metodología de evaluación y mejora de la calidad. Realizamos una autoevaluación cruzada por iniciativa interna de tipo prospectivo, con muestreo aleatorio simple y tamaño muestral para un IC del 95% y una precisión del 10%.
Los participantes son pacientes de ambos sexos mayores de 40 años incluidos en el programa de diabetes del centro.
Las intervenciones realizadas podemos resumirlas como sigue:
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Primera evaluación: mayo de 2008.
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Primera intervención: junio de 2008 (sesión clínica informativa sobre indicaciones de antiagregación en diabéticos y situación en el centro).
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Segunda evaluación: enero de 2009.
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Segunda intervención informativa: febrero de 2009.
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Tercera evaluación: noviembre de 2009.
Para las mediciones principales seleccionamos 2 criterios:
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Prescripción de antiagregantes: deben indicarse en todo diabético mayor de 40 años o con otros factores de riesgo cardiovascular, y que no tenga contraindicación para su uso.
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Antiagregante utilizado: ácido acetilsalicílico (AAS) a dosis de 75–150mg/día.
Evaluamos primeramente el estado de cumplimiento de los criterios en diabéticos atendidos, diseñamos una intervención para mejorar y reevaluamos.
Tras la intervención, se ha producido una mejora significativa en la prescripción de antiagregantes en nuestros diabéticos, pasando del empleo de AAS en un 27,3% de los casos en la evaluación preintervención, a un 56,6% tras la primera intervención y a un 66,7% en la tercera evaluación.
La mejora conseguida para esta actuación se estima en el 40,3% (p<0,001) entre la primera y segunda evaluación, en el 23,3% (p=0,049) entre la segunda y tercera, y en el 54,2% (P<0,0001) entre la primera y la tercera evaluación.
El criterio 2 se cumple adecuadamente desde antes de la intervención.
Los defectos de calidad, quedan reducidos al 65,6% tras la primera intervención, y al 44,8% tras la segunda, respecto a la situación de partida (fig. 1).
Es un hecho conocido que la antiagregación en los diabéticos está por lo general infrautilizada1,2. Dado que estos pacientes constituyen una población de elevado riesgo cardiovascular y el empleo de antiagregantes ha demostrado sus beneficios en prevención secundaria y se estima beneficioso en prevención primaria3–6, deberíamos plantearnos medidas para que la prescripción de AAS se incorpore a la práctica habitual.
En nuestro estudio, tras la intervención, esta prescripción ha mejorado significativamente en los diabéticos que atendemos. Así podemos concluir que la metodología de evaluación y mejora de la calidad aumenta la calidad de la atención prestada a los diabéticos.
Con respecto al hecho de que el segundo criterio ya se mostró cumplido desde el inicio, nos obliga a recapacitar sobre nuestra propia actitud frente a la antiagregación como prevención cardiovascular: conocemos qué fármacos emplear y a qué dosis, conocemos sus indicaciones, pero… hay cierta resistencia a su empleo.
Somos conscientes de que conseguir una mejora no es suficiente. Necesitamos adoptar una actitud vigilante para que estos niveles alcanzados no decaigan y, por ello, nos planteamos una monitorización que nos ayude a detectar tempranamente una desviación a la baja y nos dirija hacia la adopción de las oportunas medidas correctoras.
Paralelamente, un hecho que también nos ha quedado patente es que la metodología de evaluación y la mejora de la calidad constituyen un modo de trabajo adecuado para mejorar la calidad de nuestros servicios y, por ende, la calidad de atención recibida por los pacientes. Sin olvidar que esta misma filosofía de trabajo puede emplearse en muchos otros aspectos de la asistencia que prestamos a la población.