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Vol. 23. Núm. 1.
Páginas 8-14 (enero 1998)
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Evolución de hábitos de salud y de relación de una cohorte de adolescentes de Puerto de Sagunto (1995-1996)
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I. Huertas Zarcoa, I. Pereiro Berenguerb, J. Roig Senac, A. Salazar Cifréc, JL. Chover Larac, C. Guerrero Cerdád, I. Cordero Garridoc, JM. Gil Alcanic, M. Pérez Martíne
a Beca de Perfeccionamiento Instituto de Salud de Carlos III (ref. 97/4316). Unidad de Investigación Trinitat.
b Unidad de Investigación Trinitat.
c Sección de Epidemiología. Dirección Territorial de Sanidad y Consumo de Valencia.
d Centro de Atención Primaria Puerto de Sagunto.
e Hospital de Sagunto.
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Estadísticas

Objetivo. Conocer la prevalencia de consumo de tabaco, alcohol y marihuana, así como los hábitos de relación, en una cohorte de adolescentes de tercero de enseñanza secundaria obligatoria (ESO), que acceden por primera vez a uno de los 4 institutos de Puerto de Sagunto y la evolución de estos hábitos tras un año de seguimiento.

Diseño. Estudio observacional transversal con recogida de datos en dos momentos.

Emplazamiento. Los 4 institutos de Puerto de Sagunto (Valencia).

Pacientes u otros participantes. Adolescentes de tercero de ESO que acceden por primera vez a los 4 institutos de Puerto de Sagunto en el curso 1995-1996.

Intervenciones. Se pasó una encuesta validada de hábitos de salud y de relación autocumplimentada a los alumnos de tercero de ESO (n=573), y un año después se pasó la misma encuesta a los alumnos ya en cuarto de ESO (n=395).

Mediciones y resultados. Sobre hábitos de salud, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en diversas variables: en consumo de tabaco, varias veces al mes pasa del 30 al 40%; en consumo de alcohol, más que probado pasa del 35 al 52%; en te has emborrachado, la respuesta nunca pasa del 67 al 57%; en consumo de marihuana, la respuesta nunca pasa del 82 al 72%.

Sobre los hábitos de relación se encontraron diferencias estadísticamente significativas en cuanto al número de salidas nocturnas a la semana, que pasa de 1,07 a 1,33; la hora de regreso antes de las 10, que pasa del 23 al 8%, así como el tipo de asociaciones a las que pertenecen donde la respuesta club deportivo pasa del 38 al 46%. En el apartado de relación con sus profesores, la respuesta buena pasa del 89 al 93%.

Conclusiones. El paso de 14 a 15 años supone en esta población un aumento de consumo de alcohol, tabaco y marihuana, salen más días por la noche y regresan más tarde a casa, se asocian más en clubes deportivos y tienen mejores relaciones con sus profesores. El conocimiento de estos hábitos permite la intervención con programas preventivos, que intenten modificar actitudes hacia estos hábitos tóxicos y promover los más saludables.

Palabras clave:
Adolescentes
Hábitos de salud
Hábitos sociales
Texto completo

Introducción

El uso de sustancias adictivas como tabaco, alcohol y otras drogas, es uno de los temas que más preocupa a la sociedad actual1, tanto en su aspecto sanitario como social. Las causas de adquisición de estos hábitos se encuentran relacionadas por un lado con aspectos psicológicos y por otro con aspectos del entorno personal y social2.

Actualmente, parece ser que existe un aumento en la concienciación social del problema de las drogas y en considerar que 2 sustancias, como el tabaco y el alcohol, tratadas de modo permisivo e institucionalizadas en nuestra sociedad3, se incluyan como sustancias que provocan un incremento de morbilidad y mortalidad evitable y con gran repercusión social y económica, constituyendo uno de los problemas de salud más graves de nuestra sociedad y uno de los principales retos que tiene planteados la salud pública4.

La adolescencia es la etapa crítica en la adopción de hábitos de relación y proceso de socialización; las actitudes y experiencias infantiles y adolescentes en relación con las sustancias adictivas suponen un punto de partida que va a condicionar a veces decisivamente su futuro5. Los primeros contactos con estas sustancias se producen en edades muy tempranas dentro del ámbito familiar o social y luego, progresivamente, el hábito se consolida; sin embargo, estos hábitos son dinámicos y van a cambiar a lo largo de la vida en la mayoría de los casos llegando, a veces incluso, a límites contrapuestos muy extremos. Los problemas de las sustancias adictivas en la juventud suelen ser más agudos que crónicos, mientras que en edades más adultas este perfil suele invertirse.

En la cultura mediterránea los primeros contactos con el alcohol se producen en el entorno familiar, a veces muy precozmente e inducidos por los padres o familiares con ocasión de alguna celebración o, lo que es más grave aún, como parte de la dieta alimentaria6. El primer contacto con el tabaco u otras sustancias se produce más tardíamente tras la incorporación al grupo de amigos y normalmente fuera del ámbito familiar, aunque en numerosos estudios se describe también la asociación entre el consumo de tabaco de los adolescentes y la presencia de estos hábitos en su entorno familiar y social7-11.

El conocer la prevalencia del consumo de tabaco, alcohol y otras drogas en la población adolescente contribuirá a un mayor conocimiento del problema en nuestro medio y de este modo a plantear estrategias de prevención, por lo que las actuaciones de prevención primaria en estos temas deberán ir encaminadas especialmente hacia este grupo de población, siendo los centros escolares el marco idóneo tanto para el estudio de estos hábitos como para poner en práctica programas de promoción de hábitos saludables y prevención de drogodependencias abordando todas estas de forma conjunta6.

El objetivo de nuestro trabajo es conocer la prevalencia de consumo de tabaco, alcohol y marihuana, así como los hábitos de relación, en una cohorte de adolescentes de tercero de enseñanza secundaria obligatoria (ESO), que acceden por primera vez a uno de los 4 institutos de Puerto de Sagunto y la evolución de estos hábitos tras un año de seguimiento.

Material y métodos

Se trata de un estudio observacional transversal con recogida de datos en dos momentos; en el primero se pasó una encuesta validada de hábitos de salud y relación autocumplimentada a los adolescentes que comenzaron tercero de ESO en el curso 1995-1996 en los 4 institutos de Puerto de Sagunto (Valencia); el segundo momento fue un año después, a comienzos del curso 1996-1997, cuando se pasó de nuevo la misma encuesta a los alumnos ya en cuarto de ESO en los mismos 4 institutos, y de este modo se evaluó cómo estos hábitos se modifican con la edad.

La población diana la constituyen todos los adolescentes que se matriculaban por primera vez en tercero de ESO de los 4 institutos de Puerto de Sagunto, que representó un total de 629 alumnos.

El instrumento utilizado para conocer la opinión de los adolescentes fue la encuesta de hábitos personales en adolescentes, basada en anteriores estudios como el Cuestionario de hábitos de salud en la población de Valencia, la Encuesta de relaciones jóvenes/padres del Consell Insular de Mallorca y el Cuestionario de Smart validado por Medina-Mora 19819,10. Se trata de un cuestionario semiestructurado autocumplimentado por los alumnos, y en él se recogen 84 variables agrupadas en 7 apartados: datos personales, familiares, escolares, económicos, ocupación del tiempo libre, hábitos de salud y opiniones personales.

En este trabajo se analizan las variables que a continuación se enumeran dentro de sus apartados correspondientes.

 

­ Datos económicos: cuánto dinero reciben a la semana, y si creen que es suficiente.

­ Ocupación del tiempo libre: cuántas noches salen a la semana, y cuál es la hora de regresar a casa cuando salen por la noche; cuántos días practican deporte a la semana; si están federados en alguno; si pertenecen a asociaciones; actividades que realizan habitualmente durante el fin de semana, y qué hacen fundamentalmente durante su tiempo libre.

­ Hábitos de salud: cómo se expresa su sexualidad; si utilizarían preservativos en sus relaciones sexuales; dónde han obtenido la mayor parte de información sobre sexualidad; si han consumido tabaco alguna vez, y a qué edad comenzaron a fumar; número de cigarrillos que consumen al día; si comparten el cigarrillo con sus compañeros; quién le facilitó el tabaco por primera vez, y si en casa fuma su padre, su madre, sus hermanos o él mismo; si han consumido alcohol, y a qué edad lo hizo por primera vez; quién le facilitó el alcohol la primera vez; si se han emborrachado, y si durante las comidas consume alcohol su padre, su madre, sus hermanos o él mismo; si ha consumido marihuana, y a qué edad lo hizo por primera vez, y quién se la facilitó por primera vez.

­ Opiniones personales: cómo son sus relaciones con la familia, con los compañeros de clase, con los profesores; si saben qué quieren hacer en el futuro, y cómo ven la vida en general.

 

La encuesta era anónima. Se creó una base de datos en DBASE III donde se introdujeron todos los cuestionarios y, una vez pasados los controles de calidad necesarios, se procedió al análisis de los mismos. El análisis se realizó con el paquete estadístico SPSS-PC, calculando según tipo de variables porcentajes en las variables cualitativas o medias para las cuantitativas. Para comparar porcentajes utilizamos la prueba de ji-cuadrado, y para comparar medias la t de Student.

Resultados

En el primer pase participaron 573 alumnos que cumplimentaron la encuesta de hábitos, un 91% de los matriculados. En el segundo pase autocumplimentaron la encuesta 395 (69% de los anteriores); el resto no la realizaron por haber abandonado los institutos, y una pequeña parte porque no quisieron contestar.

La distribución por edad y sexo fue la siguiente: en el primer año la media de edad era de 14,3 años y la distribución por sexos fue: 48% varones y 52% mujeres; en el segundo año la media de edad fue de 14,8 y la distribución por sexos fue: 45% varones y 55% mujeres.

Los hábitos en los que se encontraron diferencias estadísticamente significativas tras un año de evolución fueron los siguientes:

­ En el apartado de consumo de tabaco, el consumo medio de cigarrillos/día aumentó de 1,84 a 2,55 (p=0,02); la prevalencia de consumo de varias veces al mes se incrementa del 30 al 40%; mientras que el 46% que no había fumado nunca en el primer año disminuye a un 39% en el segundo, desplazándose del grupo de no fumadores o sólo lo han probado alguna vez, hacia los que consumen varias veces al mes o diariamente (p=0,008), y aumenta de igual modo el hábito de compartir cigarrillos con los compañeros, que pasa de una prevalencia del 35% en el primer año al 44% en el segundo (p=0,005). El hábito de consumo de tabaco en casa (el padre, la madre o los hermanos) no se modifica de un año a otro, pero sí consume más habitualmente el adolescente el segundo año respecto al primero, aunque no se observan diferencias estadísticamente significativas (tabla 1).

­ En el consumo de alcohol se observan diferencias estadísticamente significativas en las siguientes variables: la edad media de inicio de consumo de alcohol se elevó de 12,91 a 13,29 (p=0,004), así como la prevalencia de consumo, que se desplaza de nunca o sólo probarlo hacia más que probado (ocasionalmente, fin de semana o diariamente), donde las cifras pasan de un 35 a un 52% (p=0,000); sobre quién te facilitó el alcohol por primera vez las respuestas se desplazan en la segunda ocasión hacia el grupo de los amigos, con un incremento de la prevalencia del 49% en el primer año al 57% en el segundo (p=0,03); y en la variable te has emborrachado alguna vez, las respuestas se desplazan de no haberlo hecho nunca en el primer año un 67% a un 57% en el segundo (p=0,006). No se observan diferencias en las preguntas que hacen referencia al consumo de alcohol durante las comidas de los padres, hermanos o ellos mismos (tabla 2).

­ Sobre el consumo de otras drogas se observan diferencias significativas, con un incremento de la prevalencia en el consumo de marihuana tanto en el grupo de los que respondieron sólo haberla probado, que pasó del 13 al 18% como en el que respondió más que probado, que pasó del 6 al 11% (p=0,000), como se observa en la tabla 3.

­ En cuanto a las variables estudiadas respecto a utilización del tiempo libre, se encontraron diferencias estadísticamente significativas al año de evolución en las siguientes variables: la media de salidas nocturnas que realizan a la semana pasó de 1,07 a 1,33 (p<0,000); hora de regreso a casa en estas salidas se desplaza hacia más tarde, pasando de una prevalencia del 23 al 8% antes de las 10, y del 23 al 38% más tarde de las 2, entre el primer y segundo año (p<0,000); en la pertenencia a asociaciones se produce un cambio de fallas y parroquias hacia los clubes deportivos fundamentalmente (p=0,01); y por último en el apartado de qué actividad realizan principalmente durante el fin de semana, el primer año contestaban divertirse el 43% de los encuestados, mientras que en el segundo pase de la encuesta responden mayoritariamente divertirse y descansar conjuntamente (p=0,000) (tabla 4).

­ Respecto a los hábitos sexuales (tabla 5) no se observan diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las variables estudiadas, aunque sí se detecta un pequeño aumento en cuanto a la información recibida a través de los padres en el segundo año, observándose también un ligero incremento de expresión de la sexualidad en relaciones heterosexuales, ya sea con pareja fija o variable.

­ En el apartado de opiniones personales se observan diferencias estadísticamente significativas en la relación con sus profesores, respondiendo que es buena en mayor proporción en el segundo pase que en el primero (p=0,02) (tabla 6).

Discusión

La relación que el adolescente establece con el consumo del tabaco alcohol y otras drogas va a condicionar su relación futura con estas sustancias1-10. El conocimiento de inicio de estos hábitos permite la intervención con programas preventivos, que intenten cambiar la actitud del adolescente hacia estos hábitos tóxicos.

A pesar del conocimiento científicamente demostrado que se tiene desde hace años de los problemas de salud que ocasiona el tabaco, tanto a nivel de la asociación con las enfermedades cardiovasculares como con el aumento de ciertos cánceres, o enfermedades pulmonares, así como de ser la causa que produce mayor cantidad de años potenciales de vida perdidos (APVP)7,8, y al mismo tiempo el tema de las dificultades que tiene el abandonar el hábito tabáquico en personas fumadoras, justifica el interés de conocer en qué épocas se inicia este consumo y el poder intervenir en población adolescente o preadolescente antes de que éste se inicie7. En el primer pase, un 46% dice no fumar y el 40% en el segundo; estos datos coinciden con el estudio realizado en jóvenes de la ciudad de Valencia9, donde un 44,2% de éstos respondían no haber fumado nunca; la edad media de inicio del hábito también coincide con los resultados en este mismo estudio.

Los que comienzan a fumar lo hacen tempranamente; sin embargo, el número de cigarrillos por día aumenta de un curso a otro de manera estadísticamente significativa, por lo que el consumo en estas edades es cada vez mayor. Aunque las cifras son muy pequeñas (1,84 cig./día en el primer año y 2,55 en el segundo), hay que tener en cuenta que muchas horas de su jornada las pasan en clase, donde no está permitido fumar o en sus casas, donde dicen no fumar un 80% en el primer año y un 75% en el segundo.

La primera vez que se consume tabaco es facilitado por los amigos en un 69% de los casos en el primer pase y en el 68% en el segundo, lo cual coincide con los jóvenes de la ciudad de Valencia9, que responden que el primer cigarrillo lo facilitan los amigos en un 67% de los casos; en segundo lugar contestan que se lo facilitaron ellos mismos, pero esto también ocurre dentro del grupo de amigos, lo que nos indica que este hábito se inicia por presión de grupo10, aunque es de destacar una pequeña proporción de jóvenes a los que se ha proporcionado el tabaco por primera vez en el entorno familiar, cosa que suele ocurrir con motivo de alguna celebración en ciertos ámbitos socioculturales3.

En lo que respecta al consumo de alcohol, especialmente en el grupo de personas jóvenes, es de sobra conocida su repercusión sobre los accidentes de tráfico. Es de destacar que en la Comunidad Valenciana existe un consumo medio de alcohol en menores de 25 años muy superior a la media de España (El País, 1997). En los resultados de nuestro estudio, se observa una edad media de consumo de alcohol por primera vez a los 12,9 años en el primer pase, elevándose en el segundo a 13,29 con diferencias estadísticamente significativas, lo que nos indica que muchos adolescentes comienzan a consumir por primera vez alcohol a una edad muy temprana, pero otros muchos lo inician a la edad en que hemos realizado el estudio; este dato es corroborado también con la respuesta a la pregunta de si has consumido alguna vez, a la que las respuestas presentan diferencias estadísticamente significativas en el año de evolución estudiado, pasando de un 35% en el primer pase que dicen beber ocasionalmente, los fines de semana o cada día, a un 52% en el segundo pase; y con la pregunta de si te has emborrachado, la respuesta alguna vez pasa del 28% en el primer pase al 35% en el segundo. De nuevo los datos son comparables a los del estudio de los jóvenes de la ciudad de Valencia9, donde un 17,3% responde no haber consumido nunca y en nuestro estudio a esta pregunta responden el 21 y el 16%, respectivamente.

El consumo de marihuana presenta cifras mucho menores que las drogas «legales», dato que se observa también en otros estudios8,15, donde se ve que la oferta y consumo de estas drogas aumenta a partir de estas edades y que la más consumida y siempre la de inicio es el hachís. La respuesta haberla probado alguna vez se eleva de un 17 a un 28% entre ambos pases. Los datos de nuestro primer pase coinciden de nuevo con los de los jóvenes de Valencia9, donde responden lo mismo un 18,6%.

La adolescencia es el momento de separación e independización de la familia, como proceso normal de maduración psicológica, y la época donde se desarrollan los lazos afectivos extrafamiliares9-14. En nuestro estudio hemos observado que los adolescentes en el paso de 14 a 15 años adquieren mayor independencia familiar, lo que viene reflejado por las respuestas a algunas de las preguntas: salen más por la noche y regresan más tarde a casa las noches que salen, cambian el tipo de asociaciones a las que se adscriben, pasan de las de tipo familiar, como son las fallas y parroquias, a otras deportivas, en las que se relacionan básicamente con el grupo de amigos externo a la familia.

El tipo de diversiones a lo largo del año estudiado también se modifica, y el fin de semana ya no lo utilizan sólo en divertirse, como hacían la mayoría de ellos (43%) en el primer pase, sino que los nuevos tipos de diversión, como salir más por la noche y regresar más tarde a casa hace que necesiten descansar; así, a la pregunta de a qué dedican el fin de semana responden ahora un 43% de los entrevistados a descansar y divertirse.

Un 25% de los entrevistados dice tener relaciones heterosexuales, ya sea con pareja estable o variable en el segundo pase frente a un 19% que decían tener este tipo de relaciones en el primero. Si comparamos estas relaciones con la misma pregunta en jóvenes de la ciudad de Valencia9, de edad media similar a nuestra población en el primer pase, las cifras son iguales, 18,8%.

En el apartado que recoge opiniones personales, dicen tener buena relación con su familia un 97%, e idéntico porcentaje dice llevarse bien con los compañeros en ambos pases sin modificarse las respuestas. Sin embargo, la relación con los profesores mejora, lo cual podría ser explicado porque éstos comienzan a darles un trato más de adulto que el que encuentran en su entorno familiar. Aproximadamente un 50% no sabe qué harán en el futuro y un 89% se siente encantado, animado y optimista con la vida en general.

Hay que ser cautos a la hora de concluir estos resultados, dado que un 30% de los adolescentes que respondió la encuesta inicial no contestó al segundo pase y se desconoce si estos individuos tenían características diferentes a los que sí la respondieron.

En conclusión, el paso de 14 a 15 años supone en esta población un aumento de consumo de alcohol, tabaco y marihuana, salen más días por la noche y regresan más tarde a casa, se asocian más en clubes deportivos y tienen mejores relaciones con sus profesores. El conocimiento de estos hábitos permite la intervención con programas preventivos, que intenten modificar actitudes hacia estos hábitos tóxicos y al mismo tiempo promover los más saludables.

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