Habiendo leído el trabajo titulado La E-dirección de una tesis doctoral en ciencias de la salud, publicado en esta revista1, nos gustaría aportar las siguientes reflexiones surgidas de nuestra experiencia profesional.
La tesis doctoral por compendio de publicacionesTodavía nos encontramos en el proceso de cambio que ha supuesto la adaptación de los estudios de posgrado al espacio europeo de educación superior y la evolución de la memoria de tesis doctoral hacia el formato de compilación de publicaciones científicas2. De hecho, en estos momentos, no existe un acuerdo general entre las universidades españolas en relación con los indicios de calidad, número o tipo de publicaciones que debe contener una compilación de tesis. Según nuestra experiencia, y tras haber revisado las directrices publicadas en las páginas Web de muchas universidades españolas a principios de 2013, las del Campus de excelencia internacional de la Universidad de Oviedo nos parecieron las más adecuadas. Señalan textualmente: «La tesis doctoral puede presentarse como un compendio de publicaciones del doctorando sobre una misma línea de investigación. De estas publicaciones, como mínimo 3 artículos o capítulos habrán sido publicados o aceptados para su publicación con posterioridad al inicio de sus estudios de doctorado, en un medio incluido en el Science Citation Index (o equivalente según la CNEAI)»3. Vuelta a revisar la información a principios de 2014, podemos decir que la situación no ha variado sustancialmente.
Consideramos que esta metodología de trabajo supone múltiples beneficios tanto para el doctorando como para los directores de tesis. Por ejemplo, favorece el aprendizaje integrado del proceso de investigación y de publicación para el doctorando1, y el nacimiento/desarrollo/maduración de una línea de investigación conjunta entre el doctorando y los directores. También, permite a los directores rentabilizar el tiempo invertido, gracias a su participación como coautores en las publicaciones realizadas. De esta manera, el proceso de tesis doctoral supone una etapa de producción científica compartida y un valor añadido, al dejar de ser considerada literatura gris con difusión y acceso limitado1.
La E-dirección de tesis doctoralLas tecnologías de la información y la comunicación propician un contexto idóneo para el desarrollo de competencias como la iniciativa, la autonomía, la responsabilidad, el pensamiento crítico o el trabajo colaborativo4. Sin duda, programas y aplicaciones como: Dropbox, Skype, WhatsApp y Google Docs, Sites, Calendar… están revolucionando los nuevos estilos de dirección de tesis. Cuando la incompatibilidad de horarios y/o la distancia física es evidente, el uso de estos recursos elimina las barreras geográficas y temporales, surgiendo un nuevo estilo basado en el blended learning o enseñanza flexible1.
En nuestra experiencia la E-doctoranda evalúa positivamente la puesta en marcha de estas estrategias en el proceso de E-dirección, que se ha caracterizado por: 1) más del 70% de comunicación virtual; y 2) entre una a dos tutorías presenciales (jornadas tutoriales) por año durante el proceso de elaboración de tesis. En su opinión, el estilo directivo le ha estimulado hacia un proceso autónomo, activo y motivacional en el aprendizaje de la metodología para la investigación y la publicación de artículos.
No quisiéramos finalizar esta reflexión compartida sin mencionar las ventajas que, en nuestra opinión, supone la E-codirección de tesis por compendio de publicaciones: favorece el trabajo colaborativo y en equipo y propicia el intercambio de roles, dinamizador, evaluador, crítico… De esta forma, el doctorando (y consecuentemente el producto final, la tesis doctoral) se beneficia gracias a la suma de las aptitudes de los directores.