En relación con el excelente artículo «El caso clínico en medicina general»1, con el que manifestamos nuestro completo acuerdo, y dado que es un tema de especial interés en la medicina de familia (MF), nos gustaría añadir unos comentarios. El caso clínico usado en medicina no es sino uno de los varios tipos de estudios de casos posibles: herramienta para la práctica, investigación2, reflexión moral y formación3. Hay una creencia dañina según la cual «ser inteligente» proviene de saber una gran cantidad de reglas. Sin embargo, la mayor parte del razonamiento humano está basado en casos en lugar de en reglas. Los profesionales sanitarios saben desde tiempos inmemoriales que la información que se obtiene de un paciente será distinta dependiendo de dónde se ponga la atención. Así, un caso clínico integral debería incluir la mayor parte de los siguientes aspectos: datos biopsicosociales; cuantitativos y cualitativos; experiencia de la enfermedad; varios actores (paciente, familia, comunidad); historia biográfica (proyectos, expectativas...); relación médico-paciente-familia-contexto; valoración de aspectos familiares y comunitarios (recursos, puntos fuertes y débiles, relaciones...), en el diagnóstico y tratamiento4. Y estos aspectos deberían pasar a formar parte, no sólo del caso clínico docente, sino del registro del caso clínico real (y quedar registrados en la historia clínica de cada paciente). Trabajamos con esta compleja información todos los días. Entonces, ¿por qué no les damos la importancia que se merecen y justificamos nuestras decisiones basándonos en ella? Porque no tenemos ese hábito de pensamiento aún incorporado.
Existen experiencias actuales en nuestro medio para incorporar esta forma de pensar basadas en el uso de casos clínicos integrales, en las que estamos trabajando, y que son: el Curso a Distancia de Tutorización de la semFYC, donde se destaca esta visión integral y contextualizada, y se usan muchos estudios de casos y casos clínicos «integrales» como método educativo de los participantes. Asimismo, la sección de experiencia clínica de la revista Humana, donde se presentan casos clínicos con este enfoque. Además, proponemos este mismo abordaje para la formación continuada, en función de un proyecto denominado «Centro de Salud Virtual», consistente en un entorno virtual de aprendizaje (basado en web) en el que, a partir de un caso clínico dado con diferentes contextos alternativos, que pueden ser seleccionados al azar, se determinan, mediante autoevaluación fundamentalmente, las necesidades formativas, y se facilitan, desde ese mismo entorno, los recursos educativos que puedan satisfacerlas5,6. Observamos más agudamente cuando nos entrenamos en la visión de lo complejo. Quisiéramos, entonces, «no ver la nieve uniforme, fría y blanca», sino que, como los esquimales, ¡viéramos 20 tipos de nieve diferentes!