Sr. Director: La información científicotécnica que la industria farmacéutica debería proporcionar a los profesionales se ha convertido en promoción para incitar la prescripción de medicamentos1, a la que se dedica una fuerte inversión económica2.
Curiosamente, a los receptores de este material promocional les gusta recibirlo y piensan que no tiene ninguna influencia en ellos, aunque sí creen que influye en los demás compañeros3. Para minimizar el impacto, algunos centros de atención primaria han optado por restringir el acceso de los visitadores médicos, de modo que sólo los reciben uno o dos médicos, que luego comparten la información con el resto del equipo. El objetivo de esta carta es describir las improntas de la industria farmacéutica en un centro de atención primaria con restricción de visitas de promoción.
Se trata de un estudio observacional llevado a cabo en las ABS Vic Sud y Centelles en la provincia de Barcelona, en enero de 2008. Los centros cuentan, respectivamente, con 16 y 12 médicos, 11 y 9 enfermeras, y 2 comadronas cada uno. El día del estudio, 4 profesionales de la zona y 1 farmacólogo externo realizaron una visita completa a las instalaciones (recepción, consultorios, pasillos y salas de espera, biblioteca, sala de sesiones y zona de descanso). Durante la visita se realizó un inventario de todo el material promocional presente.
Se identificaron 123 objetos que contenían la marca de un producto farmacéutico, el nombre de un laboratorio, el logo o una combinación de los anteriores. Aparte de las muestras (12 elementos distintos), los objetos más habituales fueron material de escritorio, incluidos complementos informáticos. Llama la atención que parte de este material se encontraba en la recepción y la oficina administrativa (tabla 1).
La eficacia de la publicidad se basa en la exposición a la marca o a elementos gráficos que induzcan a pensar en dicha marca. La simple experiencia de realizar un inventario colectivo de las huellas de la industria debería invitar a reflexionar sobre su influencia en la práctica diaria y abrir espacios de reflexión sobre la introducción de elementos que, de manera inconsciente, influyan en la prescripción, un acto que debería obedecer a parámetros clínicos y científicos, no puramente comerciales. No hay que olvidar la influencia adicional de improntas presentes en el domicilio de los profesionales.