Sres. Directores: En relación con el artículo publicado en su revista por Abásolo Galdós et al, sobre el diagnóstico de hipertensión arterial de bata blanca (HTBB), entre los recientemente diagnosticados de hipertensión arterial (HTA) ligera1, quisiéramos realizar algunas puntualizaciones que guardan relación con las recientes directrices conjuntas de la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Internacional de Hipertensión, y que en definitiva, vienen a coincidir sustancialmente con lo que aporta el sexto Joint National Committee2.
En primer lugar, en la nueva clasificación se considera HTA grado I o leve cuando las tensiones arteriales sistólicas se encuentran en 140-159 mmHg y las diastólicas en 90-99. Adoptar estos nuevos límites obligaría a excluir del estudio aquellos casos de 100-105 mmHg de diastólica y 160-179 de sistólica, porque actualmente serían considerados como HTA moderada. Precisamente en estos pacientes no estaría indicado la monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA), ya que es escasa la incidencia de HTBB. Además, al eliminar este subgrupo con cifras tensionales más elevadas, probablemente se encuentre que las características entre los grupos de HTA y de HTBB, en cuanto a perfil de riesgo cardiovascular y afectación orgánica, sean aún más similares a lo hallado en el estudio.
En segundo lugar, la tendencia actual se dirige a reducir el umbral de tensión arterial que delimita la normalidad. Así en las nuevas directrices se apunta que si se considera a los valores ambulatorios inferiores a 125/80 mmHg como las realmente normales, únicamente un pequeño porcentaje de los hipertensos serán HTBB, o utilizando la nueva nomenclatura se les denominaría HTA aislada en el consultorio.
Así pues, por estas razones, es muy probable que una parte importante de los actualmente diagnosticados de HTBB sean hipertensos leves. Por último, creemos de mayor interés fomentar tanto los estudios en atención primaria como el empleo habitual de la automedida domiciliaria de presión arterial mediante monitores electrónicos validados, ya que sería de utilidad no sólo para el diagnóstico de la HTBB sino también para evaluar el control terapéutico de la población hipertensa con un coste aceptable, contribuyendo a implicar al paciente en el correcto control de sus cifras tensionales3,4.