Sres. Directores: Hemos leído detenidamente la carta remitida por Enrique Vázquez Muñoz y Jorge Gómez Cerezo sobre nuestro artículo «Hipertensión de bata blanca e hipertensos non-dippers en pacientes recientemente diagnosticados de hipertensión arterial ligera en atención primaria»1, y queremos hacer algunas consideraciones.
En nuestro estudio incluimos pacientes con hipertensión arterial (HTA) ligera según los criterios definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 19932 (presión arterial [PA] sistólica 140-179 mmHg y PA diastólica 90-104), ya que el estudio comenzó en el año 1994. En aquel momento y anteriormente los estudios realizados con la monitorización ambulatoria de la PA (MAPA) sobre HTA ligera utilizaban estos criterios de HTA ligera, incluso algunos sólo consideraban la PA diastólica de 90-104 mmHg3 sin tener en cuenta la PA sistólica, ya que no había habido acuerdo hasta entonces. La prevalencia de HTA de bata blanca (HTBB) o hipertensión clínica aislada en esos pacientes también era alta y nuestro estudio corrobora este hecho en nuestros enfermos. Por otro lado, los sujetos que nosotros estudiamos eran menores de 65 años, recientemente diagnosticados de HTA e incluimos pacientes con HTA sistólica aislada, lo que también se asocia con una frecuencia más elevada de HTBB; todo ello explicaría la alta prevalencia de HTBB en nuestro estudio.
En cuanto a las nuevas cifras de normalidad con la MAPA inferiores a 125/80 mmHg para la PA media de 24 horas sugeridas por la OMS4, la prevalencia de HTBB en nuestro estudio según estos criterios sería del 25% (19,5-30,5). Este porcentaje es más bajo que el que obtuvimos con los valores de normotensión que nosotros empleamos (39,5%), pero aun así seguiría siendo elevado. En definitiva, estamos de acuerdo con los autores en que cada vez se tiende más a considerar como normales valores de PA ambulatoria más bajos, ya que se está viendo que las cifras de PA obtenidas del percentil 95 resultante del estudio de poblaciones normotensas5 es demasiado alto. Esto es debido a que en los hipertensos de bata blanca así definidos existe un porcentaje sujetos con afectación orgánica mayor que en los que son normotensos con el esfigmomanómetro, aunque siempre inferior al encontrado en hipertensos mantenidos, y este porcentaje disminuye al considerar valores más bajos de normotensión con la MAPA. Por otro lado, algunos estudios prospectivos6 han demostrado que cuanto más altos son los valores de PA ambulatoria considerados como normales mayor es la tendencia de los pacientes a hacerse hipertensos mantenidos con el paso del tiempo. De todos modos todavía no existe unanimidad a la hora de definir estos criterios de normotensión, y es necesario esperar a los resultados de los estudios prospectivos sobre la MAPA que hay en la actualidad. Mientras tanto, tendremos que ser prudentes con estos criterios si pensamos en no tratar farmacológicamente a los pacientes. Por último, queremos señalar que en un estudio de minimización de costes sobre la eficiencia de la MAPA7 hemos comprobado que el uso de ésta como cribado secundario de HTA resultaría eficiente a partir de una prevalencia de HTBB del 5%, debido al ahorro económico producido al prescindir del tratamiento farmacológico de estos pacientes.