Sres. Directores: Agradecemos a García Vicente et al1 el interés por nuestro trabajo sobre el consumo de fármacos antiulcerosos en España2. En su carta, al igual que en nuestro estudio, se señala la gastroprotección cuando se emplean AINE como una de las causas del incremento experimentado en el consumo de antiulcerosos en España en los últimos años. El empleo de antiulcerosos en esta indicación creemos que tiene una gran relevancia por sus repercusiones terapéuticas y económicas y ha sido puesta de manifiesto también en una reciente revisión publicada en su revista3.
Existen evidencias de que los antagonistas H2, en particular ranitidina y famotidina, pueden reducir la frecuencia de las úlceras duodenales, pero no de las gástricas, que son las más habituales entre las inducidas por AINE. Sin embargo, no se conoce que eviten las complicaciones más preocupantes que se asocian al uso de AINE, caso de hemorragias gastrointestinales o perforaciones, a diferencia de lo que ocurre con el misoprostol, que sí presenta este perfil4,5. En cuanto al omeprazol, se admite en la actualidad como una alternativa aceptable al misoprostol; recientemente se han publicado varios ensayos sobre el omeprazol en la prevención de este tipo de lesiones que avalarían esta utilización3,6. Por otro lado, entre las indicaciones autorizadas en España para el omeprazol y la ranitidina no se encuentra la profilaxis de lesiones gastrointestinales inducidas por AINE. De todo el grupo A02B (antiulcerosos), tan sólo el acexamato de cinc y el misoprostol tienen autorizada esa indicación7.
Teniendo en cuenta el elevado coste que suponen estos tratamientos, y que su eficacia en esta indicación no está del todo contrastada (caso de los antihistamínicos H2), quizás sería razonable una mejor selección tanto del tipo de tratamientos como de los pacientes candidatos a ser tratados. Recientes revisiones apuntan como los factores de riesgo a tener en cuenta a la hora de instaurar una terapia gastroprotectora una historia previa de enfermedad digestiva, una edad superior a 60 años, la utilización de dosis elevadas de AINE y el uso concomitante de corticoides o de anticoagulantes, y como fármacos de elección en la profilaxis el misoprostol y en segundo lugar el omeprazol6. En todo caso, y considerando que las complicaciones gastrointestinales asociadas con el uso de AINE son reacciones adversas habituales, y a veces graves, pensamos que este problema terapéutico tiene una enorme trascendencia y debería ser abordado por futuros estudios de distinta índole.