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Vol. 44. Núm. 9.
Páginas 549-554 (septiembre 2012)
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La animación científica en atención primaria
The scientific entertainer in primary health care
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Manuel Ortega-Calvoa,c,d,
Autor para correspondencia
ortegacalvo@terra.es

Autor para correspondencia.
, José Manuel Santosb,c,d, José Lapetrab,c,d
a Centro de Salud Esperanza Macarena, Sevilla, España
b Centro de Salud San Pablo, Sevilla, España
c Distrito Sanitario Atención Primaria, Sevilla, España
d CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Instituto de Salud Carlos III, España
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Resumen

El método científico es susceptible de ser aplicado en atención primaria. Nosotros defendemos en este artículo la figura del «animador científico» como estratégica y necesaria. Su trabajo ha de tener un contenido «lúdico». Exploramos algunos términos en lengua inglesa que nos ayudan a comprender el concepto de «animador científico» desde un punto de vista semántico (showman, master of ceremony, entrepeneur, go-between), analizamos otros en lengua castellana (consejero, mediador, metodólogo) y otros en latín y griego (tripalium, negotium, chronos, kairos). Definimos como primariólogo al sanitario clínico, gestor o investigador que sea experto en atención primaria.

Palabras clave:
Atención primaria, Investigación, Investigadores, Métodos, Semántica
Abstract

The scientific method is capable of being applied in primary care. In this article we defend the role of the “scientific entertainer “as strategic and necessary in achieving this goal. The task has to include playful and light-hearted content. We explore some words in English that may help us to understand the concept of “scientific entertainer” from a semantic point of view (showman, master of ceremonies, entrepreneur, go-between) also in Spanish language (counsellor, mediator, methodologist) and finally in Latin and Greek (tripalium, negotium, chronos, kairos). We define the clinical, manager or research health-worker who is skilled in primary care as a “primarylogist”.

Keywords:
Primary Health Care, Research, Research Personnel, Methods, Semantics
Texto completo

«La nueva Atención Primaria de Salud es relativamente joven, pero no por ello exenta de la necesidad de progreso»

Isabel Fernández Fernández.

Med Clin (Barc). 2005; 124: 57.

Introducción

Si nos atenemos al rigor histórico, parece ser que la primera vez que se utilizó el término atención primaria en el mundo contemporáneo fue en el informe Dawson en Inglaterra1 en el año 1920. Pero está claro que fue con la Conferencia de Alma-Ata2,3, que se celebró en el año 1978, cuando la atención primaria recibió un impulso especial por parte de los gobiernos del primer mundo. Su florecimiento permitió la mejora del sistema sanitario tanto en países en donde ya existía una atención universal como en aquellos otros en donde aún no estaba presente2–4. Aunque aquel idealismo se ha perdido en parte por el predominio del pensamiento economicista y de eficiencia, no deja de ser un punto de partida históricamente nítido. Está claro que se hace absolutamente necesaria la investigación en ese nivel para su mejora continua5,6. Nosotros entendemos y defendemos la utilización del método científico en atención primaria, es más, hacemos nuestra la afirmación de Isaiah Berlin de que: « Allí donde los conceptos son firmes, claros y aceptados de forma general, … allí y solamente allí es posible construir ciencia formal o empírica…» 5,7.

Pero no solamente es necesaria la aplicación del método científico para la mejora de la calidad del sistema, lo es también para el desarrollo profesional del capital humano que despliega su labor en ese nivel (médicos, enfermeras, farmacéuticos, economistas, técnicos…). Es también una herramienta para la prevención del síndrome del quemado profesional («burnout»). El sentirse creador o protagonista de un ensayo clínico o sencillamente de una observación procura bienestar al profesional en atención primaria8 al igual que en otras especialidades9. No obstante, el problema no es tan sencillo como pudiera pensarse y hace falta más investigación en este sentido10. En los diferentes distritos o circunscripciones administrativas que dividen la atención primaria de nuestro país existen profesionales (epidemiólogos, médicos de familia, pediatras o enfermeros/as) que se encargan de estimular y reforzar estas funciones.

El consejero científico en atención primaria es una figura estratégica y capital para el buen funcionamiento y sobre todo para su adecuado desarrollo en un futuro a medio y largo plazo. Sin embargo, esa figura de estimulador y consejero ha tenido quizás demasiados perfiles de rigor y seriedad, restando espontaneidad y creatividad a los profesionales interesados que se quieren lanzar al ejercicio de «trapecio sin red» que es la investigación, especialmente en atención primaria.

Nosotros en este trabajo defendemos un rol diferente para esa función, el consejero científico de un distrito o de una unidad docente de medicina familiar y comunitaria debe imprimir a su trabajo un carácter eminentemente lúdico. Los profesionales, y no digamos, los médicos y enfermeros residentes, deben aprender a «jugar» con el método científico y quien tiene que transmitirles esa idea es el consejero de su entorno cercano. La investigación planteada como un juego, como un entretenimiento, se acerca más a los profesionales sanitarios.

El consejero/animador científico debe facilitar la comunicación de resultados y datos de forma desinteresada11. Así como favorecer y estimular el contacto entre profesionales e investigadores y de estos con las agencias financiadoras. Debe de tener cualidades psicológicas de buen mediador12. El mediador es un tercero neutral que está curtido y experimentado para brindar asistencia a las partes en el proceso de búsqueda de soluciones aceptables y satisfactorias para ambas.

Etimologías anglosajonas que ilustran el concepto de animador científico

A nuestro entender existen algunas palabras en lengua inglesa que pueden asemejarse al concepto castellano de animador científico y que pueden enriquecer este ensayo. La primera de ellas es «showman» en el sentido del individuo que presenta un espectáculo. En Inglaterra existe un gremio de «showmen» ambulantes de unos 4.700 miembros aproximadamente13 (Showmen¿s Guild of Great Britain). En una ciudad tan emblemática como Oxford se encargan de organizar la feria de St. Giles cada mes de septiembre.

La segunda es «master of ceremony», un maestro de ceremonia que presente el método científico. Para nosotros la imagen de Joel Grey cantando «Bienvenidos» en Cabaret es un excelente ejemplo de la fusión entre los conceptos lúdico y científico en atención primaria14.

Otra vocablo en lengua inglesa que nos ayuda a comprender el concepto de animador científico es «entrepeneur», palabra de origen francés pero que se utiliza también en inglés y que significa emprendedor, empresario, el que busca riqueza, en este caso el que facilita la búsqueda y la génesis del conocimiento científico. Se cree que quien primero utilizó este término fue el economista franco-irlandés Richard Cantillon (1680-1734)15. Tradicionalmente se le había otorgado la paternidad del vocablo a Jean-Baptiste Say (1767-1832)16. Parece ser también que la significación de la palabra para Cantillon estaba inclinada hacia la persona que asumía riesgos mientras que para J-B Say lo estaba hacia la persona que sabía planificar de forma adecuada17.

Un término compuesto pero que puede dar juego en este contexto es el de «future overviewing researcher», en el sentido del investigador que se encarga de explorar de forma científica las posibilidades de futuro18. Funciones que se pueden extrapolar fácilmente al campo de la salud19,20. La importancia del ADN redundante casi desconocida en el día de hoy forma parte del estudio científico del futuro21,22 (fig. 1).

Figura 1.

Etimologías anglosajonas, castellanas, latinas y griegas del término «animador científico».

(0.22MB).
Etimologías castellanas que ilustran el concepto de animador científico

Como hemos referido al principio de este artículo, voces como estimulador, consejero, mediador, quizás también metodólogo23, ayudan y clarifican el campo semántico del animador científico en lengua española. Evidentemente el animador científico tiene que ser investigador también, pero debe de quedar en un segundo plano, debe saber desaparecer cuando el guión lo exija (fig. 1).

Manuel Calvo Hernando24 desarrolla en un párrafo su concepto de animador científico:

«El animador científico rompe, por así decirlo, con la práctica tradicional de la divulgación científica… Uno de los animadores con mayor prestigio, Philippe Avenier, escribía: La animación cultural científica debe partir de las necesidades de las personas, de sus problemas. Lo que les interesa es la utilización de la ciencia en su nivel cotidiano».

La acción cultural científica (ACC) nació con posterioridad a mayo del sesenta y ocho y se caracterizó por su naturaleza participativa que intentaba renovar las estrategias anteriores de la divulgación científica. Tuvo un origen netamente francés con figuras como Pierre Fayard o Philippe Avenier25. Para nosotros el concepto de animador científico en atención primaria es diferente del de periodista científico o del de periodista sanitario.

Otras etimologías

La voz «trabajo» en castellano parece que proviene del latín «tripalium» que era un instrumento de tres palos en los que se emplazaba a los animales de carga para colocarles adecuadamente las herraduras. Con posterioridad fue utilizado para la tortura de esclavos que no querían cumplir con sus obligaciones o que cometían alguna falta26. Evidentemente, el animador científico ha de colocarse en el polo opuesto de esta imagen semántica si quiere incentivar a los profesionales que consulten.

Relacionada con «entrepeneur» está la voz latina «negotium». Significa negocio, comercio, trabajo … Su etimología se comprende como la «negación del ocio», el cual era una característica substancial del ciudadano noble grecolatino27. El animador científico también debe saber organizar el «negocio» de la investigación en su área de influencia.

El Ludismo fue un movimiento antimaquinista que se desarrolló a principios del siglo XIX conducido por la figura de Ned Ludd28. Era una forma de oposición al desarrollo industrial debido a las injustas condiciones laborales del mismo. Los individuos que lo ven todo negro, que piensan que cualquier desarrollo será peor para la humanidad, se dice que están afectos del síndrome neoludita. Es una entidad que también tiene que saber controlar el animador científico en la atención primaria moderna. Tampoco puede caer en el polo contrario y convertirse en una especie de neoprometeo27, en un optimista desmesurado, que piense que con la investigación se puede arreglar todo. Quizás la figura mitológica que más deba de recordar el animador científico sea la de Atenea, diosa de la sabiduría, la estrategia y de la guerra justa en la Grecia Clásica29.

El tiempo cronológico era entendido como «Chronos» por los griegos, mientras que el tiempo vivencial y existencial impregnado de futuro era conocido como «Kairos»30. Otra acepción de «Kairos» es la de momento oportuno. Los pitagóricos lo conocían como oportunidad. En la mitología griega clásica, «Kairos» era hijo de «Chronos». El investigador-animador ha de ser un organizador eficiente de ambos términos (fig. 1).

Concepto de primariólogo

Al igual que muchos especialistas hospitalarios gozan de apelativos terminados en la raíz griega «logos», consideramos que los profesionales sanitarios e investigadores que trabajan en primaria se podrían nombrar como «primariólogos». Nuestras búsquedas en Internet y en Pubmed han sido infructuosas con respecto a este término (su equivalente en lengua inglesa sería «primarylogist»).

El concepto de primariólogo posee una mayor carga epistemológica que el de «hospitólogo» por ejemplo. Cada especialidad hospitalaria tiene una gran personalidad teórica y práctica y en cierta forma esa personalidad es independiente del espacio físico del hospital. Sin embargo, ninguna de las especialidades médicas, de enfermería o farmacéuticas que se mueven en atención primaria, pueden desentenderse ni a nivel conceptual ni tampoco a nivel práctico del espacio físico de la comunidad. Ese espacio matiza profundamente su contenido teórico y el desarrollo de sus habilidades. De tal forma que un mismo problema de salud debe de ser enfocado de manera muy distinta en una sala hospitalaria o en el domicilio habitual del individuo31. Se entiende por lo tanto como primariólogo al profesional sanitario especialista en atención primaria 31.

Los primariólogos pueden ser clasificados en tres grandes grupos: a) primariólogos clínicos que desarrollan su trabajo básicamente atendiendo usuarios o microgestionando salud; b) primariólogos gestores con dedicación a la gestión sanitaria en las direcciones de los centros de salud, distritos o áreas sanitarias, y c) primariólogos metodológicos que se encargarían primordialmente del diseño, desarrollo, análisis y difusión de la investigación en atención primaria. Evidentemente pueden existir profesionales con un patrón mixto. El animador científico estaría claramente en el tercer grupo (fig. 2).

Figura 2.

Clasificación de los tipos de primariólogo.

(0.06MB).

Aceptando la distinción semántica de Muldoon et al32 entre atención primaria y atención primaria de salud, estimamos que los tres tipos de primariólogos pueden desarrollar ambas acepciones. Según los mencionados autores 32, la atención primaria estaría más relacionada con un tipo de práctica médica y de enfermería inclinada hacia el médico de familia, el pediatra de atención primaria y la enfermera comunitaria con carácter eminentemente asistencial, mientras que la atención primaria de salud sería ese mismo tipo de práctica pero identificada con los criterios de la Organización Mundial de la Salud hacia la comunidad.

Salutogénesis, globalidad y emergencia

Con una perspectiva de estímulo de la salud desde todos los ángulos y siguiendo las ideas de Antonovsky (salutogénesis)33,34, el animador científico debe procurar también la asociación entre el paradigma contemporáneo de atención sanitaria basada en la evidencia (ASBE) y la implementación real del sistema de cara al usuario35. Tratando siempre de trasladar el conocimiento epistemológico cierto y real al conocimiento clínico31. A pesar de las críticas filosóficas que se puedan realizar al paradigma científico de la ASBE36, pensamos que es un recurso indiscutible para la gestión de la incertidumbre en atención primaria, en salud pública37 y en cualquier disciplina sanitaria.

Teniendo como premisas la concreción y el entorno de su comunidad, el animador científico debe de ser consciente de la sociedad de la información en que nos ha tocado vivir. En ese sentido, la salud pública global es un concepto vivo38,39 y muy fértil. Según Verónica Lapaige, la traslación integrada del conocimiento posee dos principios: la importancia de la frontera (de tipo sectorial, disciplinar, geográfica, cultural o cognitiva) y la integración de ese mismo conocimiento entre las parcelas separadas39.

Aunque colocada al final de este ensayo, la identificación y estímulo de líderes, grupos y temas de investigación emergentes, es quizás una de las tareas más apasionantes que puede desarrollar el animador científico en atención primaria. Es muy difícil definir pautas para desarrollar esta tarea, quizás buscar y desarrollar lo que se denomina el currículum oculto40,41 o identificar comunidades científicas invisibles42.

En la historia de la ciencia hay un caso de identificación eficiente de la emergencia que nosotros recogemos de un artículo de Sánchez-Ron43. En 1884 Lord Rayleigh dimitió de la dirección del Laboratorio Cavendish44 en la Universidad de Cambrigde. Se presentaron cinco candidaturas para la vacante: Richard Glazebrook45 (1854- 1935), Joseph Larmor46 (1857-1942), Osborne Reynolds47 (1842-1912), Arthur Schuster48 (1851-1934) y Joseph John Thomson49 (1856-1940). A pesar de no ser el más conocido ni el que contaba con más experiencia, el elegido fue JJ Thomson. Tenía entonces 28 años. Bajo su dirección, el Cavendish se estableció como uno de los laboratorios líderes en la física mundial. Thomson recibió el Premio Nobel en 1906.

Conclusión

Manuel Amezcua definió hace algunos años las tres cualidades básicas del moderador de eventos científicos50: eficacia, tacto y buen humor. Creemos también necesarias esas cualidades para el animador. Sobre la base indiscutible de que la investigación es necesaria en atención primaria51, nosotros defendemos en este artículo la necesidad de la presencia de un animador científico en los distritos de atención primaria y unidades docentes de medicina familiar y comunitaria. Su trabajo, además de metodológico23,52, ha de poseer unas características lúdicas y de mediación que estimulen el desarrollo técnico y científico53–57 de los profesionales que trabajen en ese nivel58,59. Jaime Salinas, hijo de Pedro Salinas y creador de Alianza, pensaba que el editor era una especie de «go-between»(mensajero, intermediario)60 entre el escritor y el lector. Quizás el animador científico no deba de ser más que eso un «go-between» entre el investigador y la realidad61 (fig. 1). Investigar en atención primaria no es una causa perdida62.

Financiación

Este artículo ha podido ser redactado gracias, en parte, a las ayudas de intensificación de la actividad investigadora de las unidades de gestión clínica de atención primaria, promovidas por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y de las que disfrutan en 2011 cada uno de los autores (AI-0142/2010 y AI-0146/2010).

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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