Como cada año, en estas navidades se ha realizado un nuevo programa de «La Marató de TV3», dedicado este último a la pandemia de coronavirus.
«La Marató de TV3» es un programa de televisión (tipo telethon) dedicado a la recogida de fondos para la investigación y la sensibilización social sobre determinadas enfermedades1. En los 18 años de existencia ha recogido más de 212 millones de euros2. «La Marató de TV3» no es solo un programa de televisión, también comporta una gran movilización social organizando múltiples actividades para recaudar fondos (más de 400 actos en toda Cataluña). Es la principal telethon del territorio español y está al nivel de las maratones internacionales de más prestigio.
Durante el programa se presentan testimonios de pacientes, personal sanitario e investigadores. Estos, habitualmente, están ligados a instituciones hospitalarias, que posteriormente obtienen fondos para la investigación en estas enfermedades mediante convocatoria competitiva. La distribución de fondos ha sido mayoritariamente para instituciones hospitalarias (99 vs. 1% para atención primaria [AP]3).
Además de los objetivos declarados por la organización, también ha desarrollado una función muy importante de reconocimiento al trabajo de los investigadores en ciencias de la salud y del personal sanitario asistencial.
El gran volumen de trabajo que se está realizando en AP, y el incremento a nivel de medios de comunicación valorando esta atención, nos hacía pensar que la poca presencia de la AP en este programa cambiaría. Además, la investigación en COVID-19 se está iniciando en AP, y ya hay diferentes grupos que están trabajando en ello. Aún así nuestra presencia ha continuado siendo mínima.
En el programa hubo 4 presentadores que se situaron en 4 hospitales (ninguno de ellos en un CAP). Hemos realizado un minutaje del tiempo en que fueron entrevistados profesionales sanitarios y/o pacientes y solo en menos de un 10% el protagonismo fue de la AP.
Aunque no hemos encontrado ningún estudio que haya cuantificado la diferencia de volumen de pacientes visitados en AP y atención hospitalaria (AH), podríamos decir que la mayoría de los pacientes lo han sido en AP y solo un porcentaje de estos, los más graves, han visitado un centro hospitalario.
Es fácilmente comprensible pensar que la desproporción en el número de instituciones de investigación ligadas a AH y las de AP haga que la distribución de fondos sea muy desigual. Lo que nos ha llamado más la atención es que, si el objetivo del programa también es la sensibilización social sobre las diferentes enfermedades, el tiempo dedicado a la enfermedad en AP haya sido tan bajo. La COVID-19 es principalmente una enfermedad vista en AP y, por tanto, su sensibilización debe situarse donde los pacientes de esta reciben atención.
La espectacularidad de los casos hospitalarios y sus consecuencias finales es un buen recurso para estimular la donación de dinero, principal meta en estos telemaratones. Aún así, ¿solo este recurso explica la poca presencia de la AP? La poca aparición de la AP en estos programas, ¿es la causa o la consecuencia de la situación actual de esta en las políticas sanitarias de nuestro país? ¿Salimos poco porque no se nos considera relevantes, o como no salimos en eventos de estas características no se nos considera? ¿Debemos intentar forzar más la salida en los medios de comunicación y programas como este como estrategia para una mayor valoración de la AP?
La mala situación actual de la AP es sobradamente conocida4, y no es esta maratón la que despierta el problema, pero hemos querido dejar esta pequeña reflexión como un punto más en el debate y acción que debemos emprender sin más demora.