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Vol. 21. Núm. 3.
Páginas 121-124 (febrero 1998)
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La semFYC y la formación continuada de los médicos de familia
The Spanish Family Medicine Society and Medical (semFYC) and continuous training of family doctors
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C. Quirós Bauseta, JR. Loayssa Laraa, F. Molina Durána
a Sección de Docencia de la semFYC.
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Introducción

El desarrollo y consolidación organizativa de la semFYC, así como el incremento de su importancia e impacto, aconseja que definamos de forma clara y precisa cuál es el papel que queremos que nuestra sociedad desempeñe dentro de la formación continuada (FC) de los médicos de familia. Debemos plantearnos cómo podemos contribuir a construir un sistema de FC verdaderamente pertinente y efectivo que redunde en la mejora de la competencia de los médicos de familia y en su desarrollo profesional, y también, por qué no decirlo, sea un factor que refuerce nuestra propia sociedad.

La discusión sobre nuestro papel en la FC es claramente necesario porque siguen abiertas numerosas cuestiones sobre cómo construir un sistema de FC capaz de responder a las necesidades existentes y de incidir sobre la actuación profesional en un sentido positivo. Otras razones que hacen aconsejable un debate sobre FC son las implicaciones que sobre ésta tienen los cambios en la política de gestión de servicios que están teniendo lugar y la inexistencia de modelos válidos de actuación de organizaciones profesionales en esta área en nuestro país.

Dimensiones de la FC

Este debate permite que la semFYC desempeñe un papel protagonista en la FC de los médicos de familia y sea capaz de desarrollar programas propios apropiados y efectivos. Esta actividad propia de la semFYC en esta área es tremendamente importante, ya que debe servir para evitar que se implante un modelo de FC que tienda a subvalorar algunas de las dimensiones que un sistema de FC debe cubrir. Un sistema de FC donde los niveles de gestión de los servicios sanitarios controlen la organización de actividades educativas puede tender a potenciar que éstas se hallen predominantemente dirigidas al adiestramiento en una serie de competencias delimitadas y relacionadas con las tareas profesionales que los médicos de familia tienen encomendadas en cada momento, con la finalidad de mejorar el funcionamiento de los servicios a corto plazo. Esta tendencia puede ser reforzada por los nuevos modelos de gestión que pueden agudizar las contradicciones entre una educación continuada concebida como parte de la política de recursos humanos de la empresa y las preferencias y necesidades de los médicos de familia, entre la formación en problemas concretos y parciales planteada de forma «utilitarista» y los proyectos formativos globales, integradores y con horizonte de futuro.

Aunque la FC relacionada con objetivos específicos de los servicios sea muy importante, no debe ser la única perspectiva que guíe el sistema de FC de los médicos de familia. Creemos que debe existir una formación que incluya entre sus objetivos centrales el desarrollo profesional y personal de los participantes. Las actividades educativas no deben buscar solamente la adquisición de unas competencias concretas para actividades y tareas definidas, sino potenciar profesionales creativos, con capacidad de análisis crítico capaces de cuestionar los hábitos y rutinas establecidos en los servicios y las prioridades de la política sanitaria1. Tampoco creemos que la actualización de los profesionales al compás del conocimiento científico sea suficiente, sino que es preciso hacerlos protagonistas activos de este desarrollo y proporcionarles el apoyo necesario para ello. En suma, la FC de la semFYC debería servir para dar voz a los profesionales en la evolución de la medicina y de los propios servicios sanitarios, más que ser un instrumento para que desempeñen las misiones que aquellos que han determinado la política de los servicios sanitarios les asignen o para que, acríticamente, asimilen las «verdades» que los científicos académicos oficiales han evidenciado. Esto, por supuesto, no significa caer en la tentación corporativa. Este objetivo de un desarrollo profesional y personal de los médicos de familia es la mejor garantía de que éstos serán capaces y estarán motivados para proporcionar una atención de calidad que tenga en cuenta las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos.

La orientación hacia la verdadera educación en oposición al mero adiestramiento o actualización implica que la semFYC debe organizar actividades educativas cuyo contenido se halla relacionado con tareas que no están generalizadas en los centros de salud, que todavía en la práctica se consideran un monopolio de los especialistas y con nuevas propuestas que se están experimentado o incluso que sólo son perspectivas de futuro. Pero debemos ir más lejos y decir que en nuestra FC también debe haber espacio para actividades sin objetivos, actividades que no pretendan otra cosa que permitir que los profesionales exploren nuevas áreas de conocimientos, con la única finalidad de adquirir nuevas ideas y perspectivas sin que su aplicación inmediata pueda definirse todavía.

Líneas de trabajo de la semFYC

Aunque creemos que la necesidad de que la semFYC desempeñe un papel destacado en la FC de los médicos de familia está clara, esto no quiere decir que la perspectiva de las sociedades médicas no adolezca de limitaciones. Entre éstas se encuentran las dificultades para saltar las fronteras de los temas propios de la especialidad y para adentrarse en el terreno de la educación multiprofesional, así como los obstáculos que nos podemos encontrar para incidir directamente en la mejora de la provisión de salud, mejora que exige la combinación de medidas educativas con otras de pura gestión sanitaria.

Reafirmar con las matizaciones señaladas el papel de la semFYC en la FC nos obliga a comentar brevemente acerca de nuestra actividad en el momento actual y definir cuáles son las líneas de trabajo que debemos acometer en el futuro. Hay que reconocer que hemos puesto en marcha un sistema de acreditación de las actividades de FC que, a pesar de que está lejos de garantizar la pertinencia y la efectividad de las actividades aprobadas, constituye un indudable avance. Por otro lado, el progreso cuantitativo de las actividades e iniciativas que la Sociedad organiza ha sido rápido y constante. Entre estas actividades e iniciativas ocupa un lugar cada vez más importante la edición de material impreso y audiovisual, dirigido a promover un estudio individual independiente y activo. Este formato educativo se ha demostrado capaz de satisfacer muchos de los criterios de la educación continuada efectiva2. Destaca que proporciona oportunidades de autoevaluación y de adaptación del aprendizaje a las necesidades y preferencias individuales sin que excluyan su utilización en grupo. Pero quizás existe una tendencia a dar un papel demasiado preponderante a materiales de estudio autónomo con cierto componente de autoinstrucción que, aunque pueden ofrecer aportaciones significativas, tienen bastantes limitaciones3.

Sin pretender en modo alguno que se abandone o deje de crecer la organización de actividades formativas y la edición de materiales docentes individuales y grupales, pensamos que es necesario completar estas líneas de trabajo con el desarrollo de otros componentes esenciales de un verdadero sistema de FC, y sobre todo con el diseño de una estrategia global en esta área. Entre los materiales de estudio que se editan creemos necesario potenciar lo que podríamos denominar «guías de estudio»4. A diferencia de otros materiales, las guías de estudio pretenden facilitar que los que las utilizan aprendan de experiencias prácticas y otras oportunidades formativas, y no principalmente de su lectura o utilización. En este tipo de materiales se pueden situar, aunque sea parcialmente, la guía educativa del área clínica que estamos promoviendo, dirigida a residentes y tutores, y el manual del tutor recientemente editado5.

Aprendizaje, experiencia y reflexión

Otra línea de trabajo se debe dirigir a potenciar una estructura capaz de articular procesos de FC participativos y basados en la experiencia práctica. Debemos conseguir que los responsables de docencia de las diferentes sociedades se conviertan en el germen de unos verdaderos responsables de formación, que sean expertos, no tanto en contenidos específicos (que también es un recurso importante a organizar), sino en facilitar y evaluar procesos de aprendizaje.

El aprendizaje es un proceso individual que se ve reforzado si cuenta con el apoyo de otras personas, sobre todo porque aprender implica someterse a procesos de cambio y cuestionamiento personal y a riesgo de poner de manifiesto las propias limitaciones. Por lo tanto, para que se produzca una educación continuada verdaderamente continuada y basada en la experiencia y en las necesidades específicas del que aprende, junto a los responsables docentes es necesario promover una estructura más horizontal, basada en la idea de los «mentores» y de promover el apoyo mutuo entre compañeros para lograr un aprendizaje más efectivo6.

Si el apoyo de compañeros y facilitadores contribuye a conseguir que el aprendizaje sea más efectivo, esta efectividad también se incrementa si el proceso de aprendizaje se basa en experiencias prácticas reales y procesos de reflexión en torno a ellas. La reflexión permite que las oportunidades de aprender a las que todos estamos expuestos diariamente sean aprovechadas. Por lo tanto, otra línea de trabajo que la semFYC puede impulsar es la utilización de instrumentos que promuevan un aprendizaje participativo, adaptado a las necesidades individuales y basado en la reflexión sobre la experiencia. Entre los instrumentos que pueden facilitar estos objetivos destaca el llamado «portafolio»7. El portafolio no representa otra cosa que un registro personalizado de las experiencias y eventos que para una persona se han traducido en un aprendizaje y que, por lo tanto, han devenido actividad educativa. Entre otras ventajas, el portafolio puede contribuir a evitar que la evaluación de la FC esté basada en recompensar la asistencia a actividades docentes y no el verdadero aprendizaje que a menudo tiene lugar fuera de actividades educativas formales.

Colaboración con otras instituciones

Estas nuevas líneas de trabajo deben ir acompañadas de un debate que clarifique nuestro papel en relación con otras organizaciones con interés en la FC de los médicos de familia, especialmente las instituciones proveedoras de atención de salud. Un objetivo claro es facilitar la colaboración con ellas para evitar las duplicaciones innecesarias y para lograr que la educación continuada de los médicos de familia se sitúe dentro de sus objetivos de empresa, pero sin renunciar a adoptar una perspectiva amplia8.

Si bien debemos defender un sistema de FC que, como hemos dicho, no se limite a adiestrar profesionales, también es necesario que este sistema, aunque ayude a superar deficiencias y dificultades concretas de los profesionales, no se confunda con un dispositivo centrado en aquellos médicos que muestran una deficiente actuación profesional, sino que se dirija preferentemente a la mayoría de los profesionales que, de un modo u otro, están implicados en un proceso de actualización con más o menos empeño. Cualquier sistema de FC debe reconocer estos esfuerzos, facilitarlos y no imponer cargas suplementarias a profesionales que afrontan, en general, una gran sobrecarga de tareas.

En resumen, creemos que ha llegado el momento de que la semFYC se plantee dar un salto cualitativo en su actividad dentro de la FC y de que defina claramente su papel en relación a otras instituciones con intereses en esta área. Aunque debamos seguir incrementando el banco de recursos docentes disponibles, es necesario dedicar atención a la creación de materiales e instrumentos dirigidos a promover el aprendizaje de la experiencia y de otros recursos docentes y a dar soporte a los procesos de aprendizaje de los médicos de familia a través de relaciones educativas no impuestas y ligadas a sus procesos sociales naturales. Si nos limitamos a multiplicar el número de cursos, seminarios, talleres y materiales, impresos o audiovisuales, no seremos capaces de llevar a cabo otras tareas fundamentales que nos corresponden en FC y nuestro papel sufrirá un importante menoscabo.

Agradecimiento

Queremos hacer constar nuestro agradecimiento a los Dres. Joseph Smyth y Stephen Brigley, del Centre for Medical Education de la Universidad de Dundee (Escocia), por sus aportaciones a las ideas contenidas en este trabajo.

Bibliografía
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Mullholland H..
Continuing medical education. Is there a «crisis»..
Post Educ Gen Pract, 1 (1990), pp. 69-72
[2]
Harden R, Laidlaw J..
Effective continuing education: the «crisis» criteria..
Med Educ, 26 (1992), pp. 408-492
[3]
Loayssa JR, Durán D, Parra A, Tabar JA, Jáuregui ML, Fernández P..
Nuevas tendencias en el diseño y producción de materiales docentes de formación médica continuada..
Aten Primaria, 17 (1996), pp. 415-420
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Laidlaw JM, Harden RM..
What is... a study guide..
Med Teach, 12 (1990), pp. 7-12
[5]
Manual del tutor. Cómo enseñar y aprender a ser médico de familia. Barcelona: Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria-EdiDe, 1997.
[6]
Sackin P, Barnett M, Eastaugh A, Paxton P..
Peer-supported learning..
Br J Gen Pract, 47 (1997), pp. 67-68
[7]
Learning general practice. Dundee: Maclean Graphic, 1992.
[8]
Continuing professional development for doctors and dentists. Londres: Scopme Working Paper, 1994
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