Sres. Directores: Efectivamente, es de interés racionalizar el uso de recursos asistenciales, más aún si tenemos en cuenta el coste que suponen y los beneficios que se puedan obtener de su aplicación. La toma de la presión arterial (y no su control), al que hace referencia el artículo publicado recientemente en su revista por Anton et al1, es una exploración física sencilla de aplicar y que puede aportar información valiosa tanto al paciente como al médico, para integrarla en el desarrollo de una decisión en el encuentro médico-paciente.
Por otro lado, nos gustaría hacer algunas consideraciones sobre varios de los puntos de su estudio1.
1. Se discute, desde el punto de vista de impacto poblacional, que sean las personas más jóvenes las que más se benefician de la detección y tratamiento de la hipertensión arterial2.
2. La prevalencia que obtiene la calculan sobre el total de historias individuales abiertas en su centro. El denominador probablemente esté infravalorado, dado que está constituido únicamente por los individuos con historia abierta, y el numerador puede estar infravalorado igualmente, puesto que el 44,8% de las personas sin diagnóstico previo de hipertensión arterial no tienen ningún registro de la tensión arterial.
3. La práctica asistencial es más flexible que los criterios que han establecido, tanto para las personas que están dentro de un programa (hay procesos intercurrentes) como para la valoración adecuada de otros muchos cuadros clínicos (por ejemplo, valoración de la severidad de un síndrome febril o de una gastroenteritis aguda).
4. Sí tiene una importancia notable que el 44,8% de sus historias clínicas que no pertenecen a población con hipertensión arterial diagnosticada no tenga ningún registro de toma de presión arterial.
Desde nuestro punto de vista de atención integral, individualizada, a toda la población3, con una orientación de búsqueda activa de casos, opinamos que una buena práctica profesional conlleva la toma generalizada de la presión arterial, que se debe realizar cuidadosamente.