Sres. Directores: Agradecemos la lectura crítica y las observaciones que V. Palop Larrea et al hacen de nuestra carta al director, y sentimos mucho haber inducido a error con el título.
En relación con el contenido, y convencidos de que el diálogo siempre aporta elementos positivos, nos permitimos hacer las siguientes aclaraciones:
La intención de la carta era comunicar una observación clínica. Los síntomas referidos por la paciente, en nuestra opinión, sí deben (aunque no sea obligatorio) hacer pensar e intentar confirmar una hipoglucemia, tanto más si tenemos en cuenta que junto a la presentación brusca de síntomas de estimulación del sistema simpaticoadrenérgico (temblor, sudación, etc.) apareció sensación de hambre, que la paciente refería claramente que cedían con ingesta de alimentos, síntoma que si bien puede igualmente catalogarse como adrenérgico también es cierto que puede ser expresión de neuroglucopenia, situación que es de vital importancia descartar. El hecho de que no sea diabética conocida no implica que no deba sospecharse un cuadro de hipoglucemia, no sólo teniendo en cuenta los antecedentes familiares de dicha enfermedad, sino, además, porque desde otros déficit hormonales o enzimáticos, a enfermedades hepáticas, pueden producirla tumores o fármacos. Tampoco creemos que la existencia de un trastorno del ánimo sea motivo suficiente para no investigar otras posibles causas.
No hemos afirmado, en ningún momento, que la paciente tuviese una hipoglucemia, sino que hablamos de coincidencia de síntomas que pueden remedarla, lo cual fue cierto no sólo para nosotros, sino también para otros autores, como mencionamos en la carta al director origen de este contraste de opiniones. En efecto, no pudimos demostrar analíticamente la existencia de una hipoglucemia, y así lo dijimos, entre otros motivos porque la paciente acudió al centro al inicio de los síntomas, y la única prueba analítica disponible era la determinación de glucemia capilar, que es una técnica poco precisa que no nos permitió descartar la sospecha clínica.
Sí creemos importante resaltar que esta situación de coincidencia de síntomas es de especial trascendencia en pacientes diabéticos, puesto que la reacción más acorde es ingerir hidratos de carbono ante una manifestación adrenérgica, que es la respuesta fisiológica del organismo a la hipoglucemia.
En cuanto a la relación de causalidad entre fármaco y reacción observada, existe temporalidad con la fluoxetina, ya que se manifiesta siempre a las 2-3 horas de tomar el fármaco, ceden con la supresión del tratamiento y reaparecen con la reexposición. Respecto al bromacepan, no existe dicha temporalidad, puesto que si atribuimos la sintomatología a este último, se trataría de síntomas de deprivación, que tienen una aparición más tardía y se produjeron mientras tomaba este fármaco. Nosotros no tenemos una explicación alternativa que justifique que el cuadro no estuviese relacionado con la toma de fluoxetina, y creemos que hemos hecho intentos suficientes para encontrarla.
Respecto del título, sin que sirva de justificación, en el original remitido para su publicación decía sugestivos donde dice indicativos. Es probable que otros, como el que aportan, sean más idóneos. En cualquier caso, lo tenemos en consideración y les volvemos a agradecer sus observaciones y a pedir disculpas si nuestro título o contenido ha podido inducir a algún error o equívoco.