Objetivo. El objetivo de este estudio fue analizar la asociación entre síntomas de ansiedad y/o depresión y la percepción de malos tratos psicológicos en una muestra de mujeres que acudieron al Área Básica Sant Josep (l'Hospitalet de Llobregat).
Diseño. Estudio observacional, descriptivo y transversal.
Emplazamiento. Área Básica de Salud (ABS) Sant Josep, desde febrero hasta junio de 2005.
Participantes. Muestra consecutiva de 250 mujeres (α = 0,05; precisión = 10%; p = 50%) mayores de 18 años que solicitaron atención enfermera por presentar algún trastorno orgánico agudo o crónico.
Mediciones principales. Se empleó un cuestionario autoadministrado que contenía una versión adaptada de la Escala de Goldberg compuesta por 2 subescalas (una de ansiedad y otra de depresión) y preguntas directamente relacionadas con la percepción de maltratos. Las subescalas son independientes, contienen 9 preguntas cada una y la respuesta es dicotómica (sí/no), y se asigna un punto para cada respuesta positiva. Las preguntas sobre maltratos hacían referencia a insultos, amenazas, coacciones, sentimiento de infravaloración, ridiculización, humillación, etc., sufridos en los últimos 3 meses, así como los sentimientos que estas situaciones provocaron en las encuestadas.
Resultados. Se estudió a 220 mujeres con una media de edad de 54,83 ± 13,49 años. El 77,25% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 71,64-82,96) estaban casadas, el 50,9% (IC del 95%, 47,53-54,27) tenía como ocupación principal la de ama de casa. El motivo principal de consulta era el control de la presión arterial (n = 74; 33,63%; IC del 95%, 30,45-36,81).
En la tabla 1 se observa que el «nerviosismo» y la «preocupación» son los síntomas más frecuentes en la subescala de ansiedad, mientras que la «poca energía» y el «enlentecimiento» son los más comunes en la subescala de depresión. Cumplieron los criterios de ansiedad (≥ 4 respuestas afirmativas) 114 encuestadas (51,81%; IC del 95%, 48,45-55,17) y los de depresión (≥ 2 respuestas afirmativas), 138 (62,72%; IC del 95%, 59,46-65,98). Dieron positivo a ambas escalas 96 mujeres (43,63%; IC del 95%, 37,08-50,18). No se observó asociación entre ansiedad y la percepción de maltratos, pero sí hubo diferencias estadísticamente significativas entre depresión y maltratos (χ2 = 986; gl = 1; p = 0,007).
De las 220 encuestadas, 24 (11%; IC del 95%, 8,9-13,1) afirmaron haberse sentido maltratadas (insultadas, amenazadas o coaccionadas) por el marido en los últimos tres meses. A la pregunta de: «¿cómo se siente a causa del maltrato?», las respuestas fueron: «como una mierda», «desilusionada», «humillada», «tonta», «triste», «nerviosa», «vacía», «irritable», etc.
Treinta y cuatro (15,45%; IC del 95%, 13,02-17,88) manifestaron que participarían en un grupo de autoayuda.
Discusión y conclusiones. En el presente estudio sólo 30 (12%) mujeres responden de forma negativa a todas las preguntas sobre síntomas de ansiedad y/o depresión; mientras que el 51,81 y el 62,72% cumplen criterios de ansiedad y depresión, respectivamente. Estas cifras son compatibles con otros estudios de base poblacional1,2 en los que se observa una clara asociación entre maltratos y problemas de salud mental como depresión, ansiedad, síndrome de estrés postraumático, abuso de sustancias, así como diversos trastornos somáticos3,4.
Frente a un 43,63% de mujeres que dieron positivo en ambas escalas de ansiedad y depresión, sólo 24 (11%) afirmaron haberse sentido maltratadas en los últimos 6 meses. Esta cifra es próxima al 12,4% de maltratos hallada en la macroencuesta del Instituto de la Mujer, de 20005 y notablemente inferior al 30,8% de abuso psicológico encontrado en el ámbito de la atención primaria3, o al 45,2% hallado en tres centros de salud de Granada2.
Aunque las mujeres sometidas a violencia no suelen comentar su problema a los profesionales que les atienden, éstos deberían aprovechar su posición privilegiada para detectar el problema y orientar su atención6.