Sr. Director: La intoxicación medicamentosa es la primera causa de intoxicación voluntaria en adultos y de intoxicación accidental en niños menores de 6 años1. En ellos, las conductas de simulación, la curiosidad, un almacenamiento inadecuado, el aspecto atractivo y la falta de envases con cierre de seguridad son factores clave en su etiología2.
En abril de 2002 advertíamos del riesgo que suponía para los niños en general, y para los hijos de los profesionales sanitarios en particular, el uso con fines publicitarios de envases de medicamentos con caramelos en su interior3. Lejos de resolverse esta situación, hemos constatado que ha aumentado el número de laboratorios farmacéuticos que utilizan esta técnica de márketing, sobre todo en el caso de antibióticos, antiulcerosos, analgésicos, antihipertensivos y calcio. Así, observamos que se rellenan envases muy similares a los del producto original con caramelos, pastillas de goma, chocolates, y otros (fig. 1).
FIGURA 1. Imagen comparativa de los blísters de los envases original (arriba) y publicitario (abajo), donde se aprecia la escasa diferencia entre ambos.
Aunque se informa en el exterior de que son envases publicitarios que contienen golosinas, la advertencia nos parece apenas perceptible para la población pediátrica, que tiende a emular conductas de adultos, en este caso sus padres o allegados, médicos de profesión.
Hacemos desde estas páginas un nuevo llamamiento a la industria farmacéutica para que cambie estas estrategias comerciales y a los profesionales sanitarios para que no saquen estos productos de su entorno laboral, debiendo también evitar que los niños que asistamos en la consulta o áreas de urgencias lleguen a ver este tipo de envase publicitario relleno de golosinas y fácilmente confundible con los verdaderos medicamentos que son potencialmente tóxicos en caso de sobredosis.