Después de leer el artículo «Motivación por el servicio público de los profesionales de los centros de atención primaria: ¿qué es más importante el entorno o el apoyo directivo?»1, este documento resalta el apoyo que perciben los profesionales de la salud por parte de sus superiores en la realización de sus actividades. No obstante, el entorno socioeconómico no ha mostrado ser un factor decisivo en su motivación, a pesar de tener una sobrecarga asistencial, lo que facilita la identificación de nuevas oportunidades en los profesionales de la salud.
Ante la pandemia de la COVID-19, las instituciones públicas y privadas implementaron como solución inmediata el sistema a distancia en varios países del mundo, el cual utilizó diversas plataformas como Blackboard, Canvas o Classroom para que los estudiantes de las facultades de salud puedan recibir, de manera sincrónica, el servicio educativo, y de forma asincrónica las lecturas, la bibliografía complementaria, los foros para discutir determinado tema, los aplicativos interactivos para motivar la participación del estudiante entre otros medios2. Esto conllevó a sortear diversos desafíos, tales como la capacitación docente y estudiantil; sin embargo, existió un problema mayúsculo que no puede ser manejado por los institutos o universidades, la situación económica del futuro profesional de la salud3.
La urgencia sanitaria por el coronavirus obligó a que los gobiernos propongan nuevas políticas que permitan afrontar la elevada deserción estudiantil, especialmente en los alumnos del posgrado del sector salud, quienes solventaban sus estudios. Hasta el día de hoy enfrentan a un escenario de desempleo o subempleo poco esperanzador.
En algunos lugares, e incluso en países del hemisferio sur, decidieron brindar auxilios de urgencia educativa para mermar el abandono de estudios, por ejemplo: becas para cubrir las pensiones en las universidades privadas, asumiendo el pago de las boletas, previa evaluación de antecedentes académicos. En el caso de los institutos, se brindó equipos tecnológicos o líneas de Internet en la mayoría de los casos, para seguir brindando el servicio educativo4. El sistema educativo público no estuvo exento, en muchos países se destinó parte de su presupuesto para la adquisición de computadoras para brindar a sus docentes, estudiantes e incluso personal administrativo y de esta manera continuar con sus actividades5.
Para el 2022, algunos países, en particular los de ingresos bajos y medianos, deberán optar por políticas inclusivas y económicas, incluso elevar el presupuesto al sector educación con el fin de recibir una mayor cantidad de estudiantes que no hayan tenido la posibilidad de culminar sus estudios en el ámbito privado. Con estas medidas se pretende disminuir la deserción que se establece en 4aspectos fundamentales: el sistema educativo, la exigencia académica y los problemas socioeconómicos y personales.
En conclusión, una alternativa de solución es la promoción de políticas de Estado que permitan crear, temporalmente, empleos para que los estudiantes consigan asumir sus responsabilidades educativas. De tal forma que se genere una dinámica económica en provecho tanto del beneficiario educativo como del Estado, logrando mayores oportunidades de crecimiento con el objetivo de convertirse en profesionales de la salud, así como ser una pieza clave y productiva de la sociedad.
AutoríaLos 2autores han contribuido con la redacción y revisión de la versión final.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.