En la actualidad se realiza de manera sistemática, a toda mujer embarazada, el cribado serológico frente a Toxoplasma gondii, virus de la rubéola, virus de la hepatitis B (VHB), virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y Treponema pallidum.
Un resultado negativo de IgG frente a rubéola indica susceptibilidad a la infección y se debe proceder a la vacunación de la gestante después del parto, mientras que un resultado positivo refleja inmunidad permanente, no siendo necesarias determinaciones posteriores en ningún otro momento1,2.
En lo que refiere a la toxoplasmosis, una serología IgG negativa, solicitada al inicio del embarazo clasifica a la embarazada como susceptible de padecer la infección, en cuyo caso la intervención será recomendar medidas preventivas higiénico-sanitarias. Ante un resultado positivo, se pueden seguir dos criterios:a) en ausencia de manifestaciones clínicas o de sospecha de infección, se considerará como una infección previa al embarazo, con ausencia de riesgo de infección primaria aguda en este y en sucesivos embarazos, o b) investigar una posible infección aguda y tratarla en su caso2.
En Andalucía, el cribado serológico frente a T. gondii en embarazadas está orientado a la detección de personas susceptibles para adoptar medidas de prevención primarias. Estas actuaciones están recogidas en el proceso asistencial embarazo, parto y puerperio3.
Con el objetivo de conocer el gasto originado por las solicitudes innecesarias de serología IgG frente a rubéola y T. gondii a gestantes del área norte de la provincia de Granada, se han revisado, en el sistema informático del laboratorio de microbiología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, los antecedentes serológicos de las mujeres de las que se habían recibido sueros para cribado serológico normal de embarazo entre abril 2007 y marzo 2008.
Para el cálculo del gasto originado, se utilizó como referencia el establecido en el catálogo de estudios de microbiología de la Comunidad de Andalucía del año 20004, que establece un valor relativo (se valoraron los tiempos de dedicación de recursos humanos y los gastos de material fungible) para la serología IgG frente a rubéola o T. gondii de 40 unidades relativas de valor.
El número de gestantes para las que se determinó la IgG frente a rubéola fue de 3.931, de las que se disponía de antecedentes serológicos por embarazo previo en 1.882 casos (47,9%), siendo estos positivos en el 97% (n=1.825) de ellos. Se solicitaron 3.541 serologías IgG frente a T. gondii, siendo positivas 601 (17%), y se disponía de antecedentes serológicos por embarazo previo en 280 casos (47,9%), de los que 260 (92,8%) eran positivos. Por tanto, el número de serologías frente a rubéola y T. gondii solicitadas de modo innecesario a gestantes en un año fue de 2.085.
Las determinaciones innecesarias realizadas ocasionaron un coste global de 5.546,1 unidades relativas de valor. El equivalente monetario de este coste es de difícil cálculo, ya que solo es posible conocer el coste en fungibles. Teniendo en cuenta que una determinación tiene un precio aproximado de 2€, el gasto solo en reactivos sería de 4.170€.
La infección congénita por rubéola o T. gondii solo se produce como consecuencia de una primoinfección en la gestante, por lo que las recomendaciones de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica y el proceso asistencial embarazo, parto y puerperio en Andalucía2,3 establecen la no necesidad de repetir estas serologías en embarazadas en las que esté documentada su inmunidad en embarazos previos.
Los recursos sanitarios son limitados, y más aún en el momento actual de crisis económica. El clínico debería tener en cuenta, en una gestante, los resultados del cribado serológico frente a rubéola y toxoplasmosis en embarazos previos con el objeto de contribuir a la optimización de los recursos.