Objetivo. Conocer el perfil del profesional de la salud de la provincia de Lleida respecto a la educación para la salud (EpS).
Diseño. Estudio observacional transversal.
Emplazamiento. Todos los colegiados de medicina, enfermería y trabajo social de la provincia de Lleida (3.060).
Participantes. Licenciados en medicina (208), diplomados en enfermería (252) y diplomados en trabajo social (64).
Mediciones y resultados principales. Se elaboró una encuesta postal dirigida al domicilio particular. Se preguntaba sobre variables personales y laborales en relación a las actividades de EpS. El porcentaje de respuesta fue del 48,1%. La asociación entre la formación en EpS (28,2-39,8%) y la realización de actividades de EpS (44,6-57%) es significativa (CC, 0,2273; p<0,01). La realización de actividades de EpS también está asociada con la disposición de recursos (CC, 0,3177; p<0,01) y con el lugar de trabajo (CC, 0,3155; p<0,01).
Conclusiones. La asistencia a cursos de EpS y la suficiencia de recursos suponen mejor participación en actividades relacionadas con la EpS.
Objective. To know the health professional profile in the province of Lleida with regard to health education.
Design. Observational transversal study.
Setting. All the medicine, nursery and social work colleges in the province of Lleida (3060).
Participants. Bachelors in medicine (208), graduates in nursery (252), graduates in social work (64).
Intervention. A postal survey was send to the private address. The questions were about personal and job characteristics related to activities in health education.
Results. The response percentage was 48.1%. The association between the training in health education (28.2%-39.8%) and the realization of activities in health education (44.6%-57%) is significant. The realization of activities in health education is also associated with the resources disposition (CC=0.3177, p<0.01), and the job place (CC=0.3155, p<0.01).
Conclusions. The assistance to health education courses and the adequacy of resources suppose better participation in activities related to health education.
Introducción
En los años setenta, la crisis económica1 y la evidencia de que los estilos de vida y el medio ambiente eran los factores que ejercían una mayor influencia en la morbilidad y mortalidad de las personas2,3 dieron origen a nuevos planteamientos en la planificación de las estructuras sanitarias4. Los avances en tratamiento de agudos y en salud pública también contribuyeron a modificar las causas de morbimortalidad en la población5,6. La sanidad empezó a desarrollar un papel más de «cuidadora» que de «curadora», dirigiendo sus actuaciones hacia el campo de la prevención de la enfermedad y los accidentes, la promoción de la salud y el control de las enfermedades crónicas7.
Una de las estrategias para mejorar la calidad de vida fue dar prioridad a la atención primaria como primer nivel de contacto de los profesionales de la salud con la población en general y con los factores que determinan su salud2. Desde esta perspectiva, los métodos a utilizar han de incluir actividades relacionadas con la intervención comunitaria y con las ciencias de la conducta8. La atención primaria pone énfasis en la participación de la población en la resolución de los problemas de salud y en la importancia de otras disciplinas además de las puramente sanitarias9. Otros campos de la asistencia sanitaria, como el hospitalario y el sociosanitario, están aceptando el nuevo modelo como una forma de poder atender mejor las nuevas demandas de la población. Estos niveles incluyen dentro de sus actividades, cada día más, la educación y la participación de sus pacientes-clientes como forma de mejorar la calidad y rentabilidad de sus servicios10. La información y la participación se han revelado como la mejor manera de convertir en eficientes los recursos siempre limitados de la sanidad11.
Los/as profesionales de la salud se han encontrado con un nuevo modelo sanitario sin que su preparación fuera la más idónea. En los planes de estudios de las diferentes profesiones sanitarias son muy pocas las asignaturas específicas de temas relacionados con la educación para la salud (EpS) o con las ciencias de la conducta. Durante estos años de cambios, las profesiones sanitarias han intentado adaptarse a la nueva realidad. Actualmente, se hace necesario conocer cuál es la situación en la que se encuentran los/as profesionales respecto a actividades de EpS.
Por lo tanto, el objetivo básico del trabajo que se expone a continuación es conocer el perfil del profesional de salud en la provincia de Lleida respecto a la EpS, especialmente respecto a la formación y a las actividades realizadas.
Material y métodos
La población objeto de estudio fueron todos los médicos, diplomados en enfermería y trabajadores sociales colegiados en la provincia de Lleida (3.060), obtenidos a partir de listados de los respectivos colegios. De esta población, se extrajo aleatoriamente una muestra de 512 personas (con un nivel de confianza del 95% y un margen de error máximo aproximado del 4%), estratificada por grupos profesionales, proporcional al peso específico de cada grupo: 252 diplomados en enfermería, 208 licenciados en medicina y 64 trabajadores sociales.
Durante el mes de mayo de 1996, se elaboró una encuesta postal dirigida al domicilio particular. En ella, se preguntaba sobre variables personales y profesionales, y sobre aspectos relacionados con la formación e investigación, nivel de participación en actividades, recursos y medios, todo ello en el ámbito de la EpS. Se aseguró la validez de constructo de la encuesta mediante los objetivos del estudio. Se llevó a cabo una prueba piloto con miembros de los 3 grupos de población para comprobar la comprensión de los ítems.
En octubre, se llevó a cabo el primer envío al domicilio de los encuestados. Al cabo de una semana, se remitieron tarjetas de agradecimiento-recuerdo. Se efectuaron dos nuevos envíos a las personas que no habían contestado, acompañados de cartas.
En 1997, se procedió al tratamiento y análisis de los datos, mediante el programa Epi-info. En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo de todas las variables. Después, se estudiaron las posibles relaciones entre variables, con la prueba de ji-cuadrado como medida de significación estadística.
Resultados
El porcentaje de respuesta fue del 48,1% (252 personas). En el primer envío fue del 23,8%, mientras que entre el segundo y el tercero supuso el 24,3%. No se procedió a sustituir las encuestas no contestadas por otras. Por profesiones, se recibió contestación del 60,9% de los trabajadores sociales, del 50,3 del personal de enfermería y del 38 de los médicos.
La descripción de las variables sociodemográficas de los participantes se expone en la tabla 1. Los valores más importantes referidos al ámbito de la EpS se encuentran en las tablas 2 y 3. En la tabla 4, puede consultarse el grado de asociación de las variables significativamente relacionadas con la asistencia a cursos, la realización de actividades de EpS, la suficiencia de recursos, los tipos de recursos disponibles, la valoración global de los recursos y la cantidad de los disponibles.
Según los resultados del presente estudio, las personas que más asisten a los cursos tienden a ser también las que más acuden a congresos, realizan investigaciones y publican, llevan a cabo actividades de educación para la salud y valoran más los recursos, especialmente los humanos.
Las personas que realizan más actividades de EpS suelen valorar mejor los recursos humanos y estructurales, y tienden a trabajar en primaria reformada, a ser médicos o enfermeros, a valorar más los recursos, especialmente el tiempo, a trabajar predominantemente en una zona rural, a asistir a cursos y congresos, a ser interinos de un centro público, a disponer de más tiempo y a ser preferentemente de sexo masculino. En cambio, las personas que realizan menos actividades educativas suelen manifestar que no disponen de ningún recurso o que no saben si tienen suficientes, y tienden a trabajar en lugares distintos de primaria, a ser trabajadores sociales, a valorar menos los recursos disponibles, a ejercer en una zona urbana, a asistir menos a cursos y congresos, a no trabajar en un centro público, a disponer de menos tiempo y a ser predominantemente mujeres.
Las personas que consideran que los recursos son suficientes tienden a hacer una valoración más elevada de los mismos, a tener 6-10 años de experiencia, a haber acabado sus estudios entre 1981 y 1990, a realizar actividades educativas, a ser preferentemente médicos o enfermeros y a asistir a cursos y congresos. Por su parte, las personas que creen que los recursos son insuficientes no suelen valorarlos tan alto, se han graduado predominantemente entre 1976 y 1980 y también llevan a cabo actividades de educación para la salud. Las personas que no saben evaluar la suficiencia de los recursos tienden a hacer de ellos una valoración baja, tienen menos de 5 años de experiencia o 16-20, su título suele ser posterior a 1990, realizan pocas actividades educativas, suelen ser trabajadores sociales y asisten a pocos cursos y congresos.
Las personas que refieren no disponer de ningún recurso hacen de ellos una valoración baja, suelen trabajar en primaria no reformada con contrato fijo y llevan a cabo pocas actividades de educación para la salud. Por otra parte, los recursos didácticos y estructurales son los que tienden a estar más al alcance del personal laboral. Las personas que disponen de más recursos humanos suelen encontrarse en primaria reformada con contrato interino y tienden a realizar más actividades educativas. En último lugar, parece que las personas que tienen más recursos económicos, de tiempo y de asesoría son las que valoran más alto todos los recursos en general.
Aquellas que valoran los recursos más positivamente consideran que disponen de recursos de todos los tipos en cantidad suficiente, suelen trabajar en primaria reformada como médicos y suelen realizar actividades educativas y asistir a congresos. En cambio, las personas que valoran menos los recursos manifiestan que disponen de ellos insuficientemente, tienden a encontrarse en primaria no reformada y no acostumbran realizar actividades educativas, ni acudir a congresos.
Finalmente, parece que a más recursos disponibles, mejor se valoran. Esto es especialmente así en el caso de los recursos didácticos, humanos, estructurales y de asesoría. Además, las personas que consideran que disponen de más recursos tienden a tener, mayoritariamente, 6-10 años de experiencia laboral, a haber acabado la carrera entre 1981 y 1990, seguidas de las de a partir de 1991 y a asistir ligeramente más a congresos y a realizar más investigaciones.
Discusión
La tasa de respuesta a la encuesta es aceptable para este tipo de estudios, según la bibliografía12,13.
Las características sociodemográficas de la muestra son similares a las que indica la literatura especializada14,15. Sobre resultados específicos en EpS no se ha publicado prácticamente nada en nuestro país. Los pocos datos hallados son concordantes con los del presente trabajo16.
A partir del análisis de los resultados, se pueden realizar las siguientes reflexiones:
La asistencia a cursos sería una de las variables más significativas en un modelo que explicara la realización de actividades de EpS. Puesto que no está relacionada con otros factores estructurales, la formación debería ser potenciada tanto en pregrado como en posgrado, ya que, por sí misma, favorece la intervención clara y decidida.
La mejora de la percepción crítica sobre la suficiencia o no de los recursos (especialmente, los recursos humanos) incrementa la realización de actividades de EpS. Por tanto, un cambio de actitudes, potenciado por la asistencia a cursos, es un elemento esencial hacia el cual se deben orientar objetivos y esfuerzos, puesto que a medio y largo plazo generará dinámica educativa.
La mejora de los recursos (especialmente, el tiempo) y la disponibilidad de estructuras adecuadas favorecen las actividades de EpS. Si, como plantea la literatura sobre el tema11, gran parte de la atención al usuario (sobre todo, en atención primaria) se dedica a actividades burocráticas, la disminución del peso de tales actividades podría incidir positivamente en las intervenciones educativas.
Dado que, según nuestros datos, la atención primaria reformada es el ámbito donde preferentemente se llevan a cabo actividades de EpS, habría que potenciar sus equipos y valorar las circunstancias que favorecen este tipo de actuación para extenderlas a otros ámbitos asistenciales.
Habría que sensibilizar al sector privado para implicarlo más en actividades educativas y preventivas. Los sectores de población que acuden a estos centros suelen ser más proclives a este tipo de intervenciones11.
Habría que profundizar en las motivaciones de los interinos que favorecen la realización de más actividades de EpS, para que cuando actúen como fijos o por cuenta propia sigan desarrollándolas.
Asimismo, habría que estudiar más a fondo los elementos que permiten más intervenciones educativas en el ámbito rural, teniendo en cuenta las tendencias actuales hacia la concentración de población y también de la asistencia.