Es ampliamente reconocido que pobreza y salud se encuentran estrechamente relacionados, siendo ambos conceptos complejos en interactuantes1. En la mayoría de los países las personas en situación de pobreza tienden a presentar peores resultados en diferentes outcomes de salud, en comparación con el resto de la población2.
Si bien esta problemática ha sido discutida en la literatura desde hace años, es importante considerar que muchos de los conceptos asociados a esta han ido cambiando a lo largo del tiempo, ya sean los cambios en la esperanza de vida y los patrones de enfermedad por el lado de la salud, o los nuevos patrones de consumo, composiciones de hogar y economías de mercado por el lado de la pobreza. Particularmente, hoy en día es aceptado que la pobreza es un fenómeno más complejo que la sola falta de ingresos1,3, llevando a múltiples países a revisar sus estimaciones de pobreza3 y a considerar nuevas formas de medición y conceptualización como, pobreza multidimensional, subjetiva y relativa, por nombrar solo algunas. Es por tanto que se vuelve fundamental el analizar cómo estos cambios individuales han repercutido en la relación entre ambas.
Dicha inquietud ha sido recogida por algunos autores, afirmando que la fuerza de asociación entre pobreza y salud puede variar según como la pobreza sea medida2,4–6, tomado fuerza en el último tiempo el análisis de la llamada pobreza multidimensional. Así autores como Oshio y Kan (2014), por ejemplo, han propuesto que una medida compuesta de pobreza es más útil para identificar a individuos con problemas de salud que una unidimensional2.
Pese a que reducir la pobreza se asocia directamente con mejoras en la salud y en el desarrollo social. Y pese a que reducir la pobreza a nivel mundial es una meta de desarrollo sostenible (ODS), aún se habla de estas como un concepto general, dejando de lado los tratamientos y las necesidades específicas de cada una. Esta insuficiencia se refuerza al ligarlo con temas de salud.
En Chile, en 2013 se insertaron 2 nuevas mediciones de pobreza, la pobreza multidimensional y la pobreza por ingresos «nueva metodología». La primera considera las privaciones en diferentes áreas (dimensiones) como proxy de satisfacción de necesidades básicas, mientras que la segunda considera a los ingresos por persona el equivalente del hogar como tal1. En un análisis para Chile hemos encontrado diferencias significativas en los diferentes niveles de autopercepción de salud según como sea medida la pobreza, esto de manera cruda y estratificada por sexo y edad (tabla 1). En general aquellos en situación de pobreza multidimensional presentaron peores resultados de autopercepción de salud, en comparación con aquellos que se encontraban en situación de pobreza por ingresos, aunque esto puede variar por tramos de edad.
Autopercepción de salud en personas en situación de pobreza, multidimensional y por ingresos según sexo y edad
Pobres por ingresos (NM) | Pobres multidimensionales | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Mala | Regular | Buena | Mala | Regular | Buena | |
Total | ||||||
Cantidad | 77.876 | 837.604 | 1.543.012 | 132.168 | 1.233.854 | 2.108.271 |
Porcentaje | 3,2 | 34,1 | 62,8 | 3,8a | 35,5a | 60,7a |
IC 95% | 2,87-3,49 | 32,99-35,17 | 61,62-63,89 | 3,46-4,18 | 34,35-36,70 | 59,42-61,93 |
Sexo | ||||||
Varón, % | 2,77 | 30,98 | 66,25 | 3,46a | 32,77a | 63,77a |
Mujer, % | 3,49 | 36,61 | 59,90 | 4,13a | 38,12a | 57,75a |
Edad | ||||||
0-10, % | 1,57 | 18,51 | 79,92 | 2,18a | 17,26a | 80,56a |
11-20, % | 1,44 | 19,98 | 78,58 | 1,45 | 19,27a | 79,28a |
21-30, % | 1,76 | 29,30 | 68,94 | 1,62a | 25,80a | 72,58a |
31-40, % | 2,79 | 38,90 | 58,31 | 2,37a | 37,10a | 60,54a |
41-50, % | 4,78 | 47,63 | 47,58 | 5,84a | 49,15a | 45,01a |
51-60, % | 7,75 | 60,31 | 31,93 | 6,83a | 54,65a | 38,53a |
61-70, % | 8,03 | 62,83 | 29,14 | 7,74a | 61,86a | 30,40a |
71-80, % | 6,59 | 68,71 | 24,70 | 7,29a | 64,34a | 28,37a |
81 o más, % | 7,93 | 75,38 | 16,69 | 13,43a | 61,26a | 25,31a |
NM: Nueva Metodología, según Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2013.
Ante estos antecedentes creemos que es necesario analizar la incorporación de diversas formas de medición de la pobreza en el mundo, considerando las características propias de cada medición de pobreza, y utilizando los métodos estadísticos apropiados según la naturaleza de las variables, así como la pertinencia social y cultural de cada forma de medir pobreza. Específicamente, en cuanto a la pobreza multidimensional, la Oxford Povery & Human Development Initiative (OPHI) y la Red Multidimensional de Pobreza (MPPN) aun trabajan para que una medida integrada de pobreza multidimensional sea considerada explícitamente dentro los ODS. Desde nuestro análisis para el mundo, y en particular para Chile, nos parece una propuesta relevante para el sector salud, y para la monitorización de objetivos de desarrollo a nivel mundial, que requiere de mayor debate en el ambiente académico y público en cualquier país de la región.
FinanciaciónProyecto Interfacultad Medicina Psicología 2016 Universidad del Desarrollo y proyecto Fondecyt N.° 11130042 Conicyt, Gobierno de Chile.
A los participantes en la encuesta de Caracterización Socioeconómica Cacional (CASEN) en su versión 2013.