Introducción. La enfermedad tromboembólica venosa (ETEV) es una enfermedad muy frecuente (su incidencia ronda los 160 casos por 100.000 habitantes y año1) y su complicación más grave, la tromboembolia pulmonar (TEP), se admite como la tercera causa más frecuente de muerte hospitalaria1; se trata de una entidad de difícil diagnóstico, dada la escasez e inespecificidad de sus síntomas. Por tanto, parece evidente que la actuación más eficaz para disminuir la morbimortalidad de la TEP consiste en su prevención.
A partir de la introducción de las heparinas de bajo peso molecular (HBPM) y un mejor conocimiento de los factores de riesgo, la ETEV ha pasado a considerarse una enfermedad cuya prevención también corresponde a los servicios sanitarios ambulatorios. Sin embargo, parece que hay dudas y controversias en cuanto al inicio de este tipo de profilaxis2 que han llevado a la publicación de guías de actuación al respecto3-5. No obstante, es escasa la bibliografía en la que se analiza el alcance de esta actuación, por lo que nos ha parecido oportuno plantear un estudio en este sentido.
Objetivo. Analizar la calidad de la prevención de la ETEV con HBPM en pacientes ambulatorios.
Diseño. Estudio descriptivo, transversal, retrospectivo.
Emplazamiento. Servicio de urgencias del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.
Participantes. Pacientes mayores de 14 años, de ambos sexos, no anticoagulados previamente, atendidos por enfermedad traumatológica de los miembros inferiores subsidiaria de inmovilización y remitidos a domicilio. El marco temporal fue de 5 semanas.
Mediciones principales. A partir de los informes de urgencias se recogen la edad, el sexo, los factores de riesgo de ETEV, el motivo de la inmovilización y la prescripción de HBPM. La adecuación del tratamiento con HBPM se realizó siguiendo las pautas propuestas por Gómez et al4 y Alonso et al5. Se añade un análisis de costes directos por exceso de prescripción.
Resultados. Se estudió a 107 pacientes de 14 a 89 años (media ± desviación estándar de 40 ± 21 años). Los diagnósticos más frecuentes fueron: esguince (64,5%), fractura (12,1%) y contusión (7,5%). En ningún caso fue recogido el antecedente de ETEV ni el peso de los pacientes. Se prescribió HBPM al 28,9% de los pacientes (nadroparina al 14%, enoxaparina al 13% y dalteparina al 1,9%). El porcentaje de adecuación de la prescripción de HBPM se refleja en la tabla 1. El porcentaje total de inadecuación fue del 38,3% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 29,1-47,5%): no se prescribió HBPM en 29 casos en los que estaba indicada (un 27,1% de inadecuación por defecto), mientras que se pautó innecesariamente a 12 (un 11,2% de inadecuación por exceso); en este último caso, considerando la HBPM de menor precio de las prescritas, el gasto inducido supondría un desembolso anual de 5.273 euros por cada 3 semanas de inmovilización.
Discusión y conclusiones. Aunque pequeño, el tamaño muestral de nuestro estudio nos parece suficiente para detectar un problema de calidad, toda vez que este tipo de estudios no persiguen resultados estadísticamente significativos6. Podemos asumir que hay un 95% de posibilidades de que la proporción de pacientes en los que se realiza una profilaxis incorrecta con HBPM se encuentre entre el 29,1 y el 47,5%, lo cual indica que no parecen seguirse correctamente las guías de prescripción de HBPM con sus implicaciones sobre morbimortalidad no prevenida o/y gasto innecesario; todo ello apunta a un defecto de calidad mejorable con una correcta formación, y a una supervisión de los pacientes ambulatorios desde los servicios médicos de atención primaria.