Sres. Directores: Dado que los médicos de atención primaria somos los primeros que debemos dar una respuesta a los enfermos que acuden a nuestras consultas por prurito generalizado, hemos leído con interés el artículo publicado en su revista: «Actitud ante un prurito generalizado en atención primaria»1, por lo que felicitamos a los autores.
Este síntoma, que se acerca al dolor, es a menudo inespecífico y difícil de objetivar, con una pobre expresión externa que obstaculiza el estudio de estos pacientes. Por tanto, la anamnesis detallada y una exploración minuciosa, como recomiendan los autores, son pilares básicos para su diagnóstico. Nos gustaría añadir algunas consideraciones.
El tiempo de evolución del prurito es también un dato fundamental a considerar a nivel práctico, ya que un prurito crónico (en general mayor de 4 semanas) puede ser la manifestación de un proceso sistémico, y un prurito agudo suele tener origen externo, cutáneo, farmacológico o infeccioso de origen benigno y autolimitado2,3.
A la hora de realizar la batería de pruebas diagnósticas consideramos adecuadas las propuestas por los autores, sin olvidar que la proporción de patología sistémica en estos pacientes oscila en el 10-50%4.
Para el abordaje inicial de estos pacientes proponemos el siguiente algoritmo (fig. 1), modificado por Champion RH5.
Por último, no debemos olvidar que los pacientes con sida presentan con frecuencia prurito generalizado de difícil control; en estos casos hay que establecer diagnóstico diferencial con la sarna y el linfoma subyacente6