Hemos leído con atención el artículo de Babiano Fernández M.A. titulado «Pupila de Adie»1. Tal y como indica el autor, es siempre importante realizar un correcto diagnóstico de pupila de Adie ante aquellos cuadros de pupila midriática arrefléxica, descartando potenciales causas graves, y llegando a ella mediante un diagnóstico de exclusión mediante la prueba o test de la pilocarpina.
No obstante, y pese a que en la mayoría de las ocasiones la pupila tónica de Adie se presenta de forma aislada, nos parece importante destacar que puede asociarse a otros signos y formar parte de otros síndromes2,3. Así, por ejemplo, la asociación de la pupila tónica de Adie con una disminución o abolición de los reflejos tendinosos profundos recibe el nombre de síndrome de Holmes-Adie3, mientras que la asociación de la pupila tónica de Adie, hiporreflexia y anhidrosis se conoce como síndrome de Ross2, que es considerado por algunos autores como una variante del síndrome de Holmes-Adie. Por tanto, siempre ante la sospecha de una posible pupila tónica de Adie, y una vez descartadas otras causas de la anisocoria, es siempre importante buscar en la exploración neurológica estos otros signos que además pueden no coexistir en el momento del diagnóstico y que se pueden poner de manifiesto en el seguimiento del paciente4.
En el caso del síndrome de Holmes-Adie los posibles problemas pupilares pueden ser tratados con pilocarpina diluida tal y como apunta el autor1. No obstante, la pérdida de reflejos tendinosos es permanente e incluso puede progresar con el tiempo, por lo que es importante su vigilancia.
Por tanto, ante la sospecha de una posible pupila tónica de Adie no debemos olvidar buscar otros signos asociados tales como la hiporreflexia y la anhidrosis, que puede no coexistir con el defecto pupilar y que pueden ocasionar defectos neurológicos permanentes.