En el nivel de la atención primaria (AP), a nadie se le escapa que los cribados del cáncer colorrectal (CCR), tanto familiar como poblacional, en los que actualmente está inmerso nuestro paÃs, les está significando un aumento considerable de las colonoscopias que tienen que solicitar, entre las que están las de seguimiento de los adenomas colorrectales resecados en las mismas.
Se ha estimado que, concretamente, al 21,99‰ de la población candidata a cribado poblacional se le detectará y resecará alguna lesión colorrectal que, posteriormente, requerirá seguimiento endoscópico1.
Existe una elevada tasa de inadecuación de la vigilancia pospolipectomÃa. Para asegurar la adecuación y la realización de la vigilancia endoscópica se recomienda, entre otras medidas, establecer sistemas de recordatorio dirigidos al médico de atención primaria2.
Es fundamental dirigir la vigilancia endoscópica a aquellos pacientes que realmente se beneficien de ella, con la mÃnima frecuencia necesaria para lograr el mayor rendimiento preventivo del CCR, evitando las molestias y las complicaciones de la colonoscopia y limitando el número de exploraciones de eficacia dudosa2.
En este sentido, parece necesario que el médico de AP conozca bien los intervalos de vigilancia endoscópica adecuados con base en la evidencia cientÃfica disponible en cada momento, puesto que van a ser ellos quienes remitan las solicitudes de colonoscopia de seguimiento pospolipectomÃa y deberán de hacerlo en tiempo y forma.
Si bien es cierto que deben de ser los endoscopistas quienes indiquen el tiempo adecuado en que realizar la siguiente colonoscopia de seguimiento en cada paciente, siempre está bien que el médico de AP conozca también esta información y aconseje adecuadamente a sus pacientes.
Como base para indicar estas recomendaciones de seguimiento, se han revisado las 3 evidencias cientÃficas más recientes al respecto, incluyendo una española2, otra europea3 y otra americana4, siendo especialmente práctico un Spotlight5 de esta última.
Atendiendo a las mencionadas evidencias cientÃficas, los pacientes pueden clasificarse en 2 grupos de riesgo, en dependencia de si requieren o no vigilancia endoscópica:
- 1.
Pacientes que no requieren vigilancia endoscópica (o en 10 años):
- –
1 o 2 lesiones adenomatosas tubulares con displasia de bajo grado (DBG) y tamaño <10mm
- –
Cualquier número de pólipos hiperplásicos en recto-sigma <10mm
- –
Cuando la colonoscopia Ãndice ha sido normal
- 2.
Pacientes que requieren vigilancia endoscópica:
2.1. A los 5 años:
- –
Tres o más lesiones adenomatosas tubulares con DBG y tamaño <10mm
- –
Pólipos hiperplásicos de tamaño >10mm
2.2. A los 3 años:
- –
5 a 10 adenomas con DBG
- –
1 o 2 adenomas de tamaño >10mm
- –
Al menos una lesión adenomatosa con componente velloso (>20%) o con displasia de alto grado (DAG) o tamaño ≥10mm
2.3. Al año:
- –
Más de 10 adenomas
Aunque la calidad de la evidencia es baja, se finalizará la vigilancia endoscópica si el paciente tiene 80 años (o 75 años si hay comorbilidad asociada) o se han realizado 2 colonoscopias sin detectarse lesiones que requieran vigilancia.
Cuando se detecten lesiones serradas durante la colonoscopia, por la peculiaridad de estas lesiones, lo más aconsejable es ponerse en contacto directamente con la unidad de endoscopias digestivas de referencia para que desde allà se planifique el seguimiento.
Para que estas recomendaciones de vigilancia tengan valor y puedan establecerse de forma garante, es necesario que la colonoscopia basal sea de calidad, para lo que se precisa que la inspección del colon haya sido completa, la limpieza colónica adecuada y se hayan resecado de forma completa todas las lesiones detectadas6.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.