Sr. Director: En respuesta a los comentarios suscitados a raíz de la publicación del trabajo queremos decir que, como bien se indica, nuestra intención no ha sido una defensa ni una justificación de la existencia de los equipos de soporte de atención domiciliaria (ESAD), sino más bien informar del devenir en el plazo de un año de la puesta en marcha en nuestra área de salud de un proyecto que ya funciona y ha sido evaluado en otras comunidades autónomas, sin pretender ser maleficientes, ni como punta de iceberg ni como parón en el desarrollo de la atención primaria de salud.
Los ESAD se han definido como elementos de apoyo, asesoría, coordinación y formación para los profesionales no sólo de los equipos de atención primaria, sino también de la atención especializada y otros servicios sociales, sin dejar de lado a la familia como elemento cuidador principal y menos aún al paciente como principal «protagonista» de esta historia.
Como comentábamos en el trabajo, tiene sus relativas limitaciones en cuanto al número de pacientes y al tiempo de recogida de casos, ya que uno de los objetivos principales fue la presentación de un nuevo equipo integrado en el desarrollo de la atención y cuidado de estos pacientes. Sí reflejamos que los profesionales de atención primaria continúan en casi la mitad de los casos con el control del paciente y de manera conjunta con el ESAD en más de un tercio de ellos, tras la solicitud de una valoración.
En sanidad, al igual que en educación, la eficacia no sólo es volumen; es cómo se invierte, se dinamiza y favorece la cohesión sanitaria. Actuar de subsidiario en política sanitaria no aumenta los impuestos, sino la cantidad de consultas a otros compañeros.
La responsabilidad individual («mis pacientes me los llevo yo...») frente a la de los demás no debe suscitar disputas (la guerra de intereses surge de la mente de los hombres).
Trabajemos por otro cauce para evitar esos enfrentamientos y seamos creativos como imperativo ético en situaciones complejas y complicadas.
Acabamos de recibir nuestra cota de responsabilidad en el Servicio Aragonés de Salud (SAS). Vamos a intentar asumir la crítica y la autocrítica como fuente de conocimiento, para que todos quepamos en la atención de los receptores de nuestro quehacer cotidiano: el tuyo, el nuestro, el de las enfermeras, etc., haciéndoles llegar no sólo el saber adquirido, sino el recurso emocional, la calidez y la empatía.