Agradecemos la carta en relación con nuestro artículo, carta cuyo sentido general compartimos plenamente. También nosotros, con alguna facultad de medicina también joven y que no ha graduado todavía ninguna promoción entre las universidades de filiación de los autores, esperamos que una orientación hacia la medicina de familia en los planes de estudios, junto con otras medidas, contribuirá a aumentar el atractivo de la especialidad. A la espera del efecto que estas nuevas incorporaciones de MFyC a la enseñanza de la medicina puedan tener, nuestra conclusión —de no poder afirmar una mayor proclividad a elegir MFyC por parte de los licenciados de las 3 universidades con curriculum con MFyC— se mantiene.
Para hacer viable la esperanza de un mayor atractivo de la especialidad de MFyC ante una realidad que en este 2014 nos deja 108 plazas MIR de medicina de familia sin residente, pues ni siquiera los extranjeros fuera de cupo quisieron las plazas1, convienen varias medidas tal como los autores de la carta recuerdan. Por nuestra parte, y tratando de favorecer la evidence-based policy, hemos publicado muy recientemente en un medio de amplia difusión mundial2 un trabajo que concluye que las políticas destinadas a aumentar el prestigio y la remuneración de los profesionales de MFyC tienen el potencial de ser más eficientes y equitativas que otras alternativas.
Para lo anterior se desarrolla un modelo que busca compensar consideraciones de eficiencia y equidad; se aplica el modelo a los datos reales de España, con un análisis empírico basado en un modelo logit multinomial con coeficientes aleatorios para, finalmente, utilizar las estimaciones de los parámetros para simular diferentes políticas públicas alternativas.