Recientemente, hemos sido testigos de la celebración, en Santiago de Compostela, de un acontecimiento histórico que tendrá una importante repercusión en el futuro de la medicina de familia en nuestro país y, más concretamente, de la medicina rural.
La celebración del 6.º Congreso Mundial de la Organización Mundial de Médicos de Familia (Wonca) de Salud Rural, bajo el lema «Salud rural en un mundo cambiante», ha sido un episodio especial y diferente para la todavía joven trayectoria de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y, sin duda, tendrá también unas importantes consecuencias internacionales de las que habremos sido testigos en primera persona.
Se han reunido en Santiago destacados representantes de la medicina rural, llegados de los cinco continentes, logrando una experiencia ciertamente interesante y que ha supuesto una nueva dimensión en la labor de la semFYC por colaborar con el desarrollo de la medicina de familia rural en el ámbito internacional.
Se han asumido también nuevos retos, al ser la primera vez que se celebra un congreso mundial de nuestra especialidad en nuestro país y la primera vez que la semFYC organiza un congreso mundial, en esta ocasión, sobre salud rural.
En cualquier caso, habría que destacar que la vocación de la semFYC por reconocer las peculiaridades de los médicos que trabajan en el ámbito rural ha sido una constante durante toda la existencia de nuestra sociedad. En este sentido, siempre ha sido sensible al importante número de médicos de familia rurales y, por ello, entre otros aspectos, constituyó hace ya muchos años un grupo de trabajo rural específico. Este grupo ha mantenido una actividad notoria y llegó a publicar un documento de referencia1 sobre la salud rural en nuestro país, disponible en la actualidad a través de la web de la semFYC.
Pero, además, el grupo rural semFYC siempre ha tenido una dimensión internacional. De entrada, fue testigo de primera magnitud de la constitución del actual grupo europeo rural de Wonca, EURIPA, en una reunión celebrada conjuntamente con el grupo rural de la semFYC en Palma de Mallorca en 1997 y que organizó la propia semFYC.
Un extenso programa formado por varios plenarios, mesas de debate, talleres de trabajo, sesiones de paneles, etc., ha ayudado a nuestros médicos rurales a conocer de cerca las realidades existentes en otros rincones del mundo y, a la vez, a presentar a los colegas de otros países la realidad española. Hemos contado con personalidades de gran relevancia y dimensión científica, que han proporcionado al congreso un realce todavía más manifiesto.
Creemos que podemos sentirnos satisfechos con el trabajo realizado para conseguir que la semFYC organizara este evento. La apuesta era arriesgada, pero estamos seguros de que ha valido la pena. Gracias al esfuerzo de unos cuantos y a la confianza de muchos, finalmente, el 6.º Congreso Mundial de Salud Rural es hoy una realidad que ha dejado unos importantes frutos para el futuro.
Las conclusiones del congreso se han recogido en una declaración final, la Declaración de Santiago de Compostela sobre la Salud Rural, que servirá para que el futuro siga recordando a esta ciudad y a esta tierra, con milenaria tradición peregrina, y que, también en esta importante ocasión, supo recibir con los brazos abiertos a nuestros compañeros médicos rurales.
La Declaración de Santiago de Compostela defiende un plan de acción internacional ante la falta de recursos sanitarios en el ámbito rural y destaca la necesidad de aunar esfuerzos en el ámbito mundial para proporcionar más medios a los médicos rurales, algunos de los cuales trabajan en zonas muy aisladas. En la Declaración se enfatiza, entre otros aspectos, la importancia de la formación de los médicos rurales y la necesidad de una mayor promoción y reconocimiento profesional. En el texto, que fue consensuado entre los asistentes, se realiza un posicionamiento específico en relación con dos temas que resultan especialmente sensibles a la comunidad internacional y que afectan sobre todo a las áreas rurales más empobrecidas de determinados países en vías de desarrollo. Por un lado, se busca un mayor compromiso internacional respecto a la explotación laboral infantil, teniendo en cuenta que la situación del médico rural facilita una mayor sensibilización sobre este problema. Por otro lado, el documento intenta realizar un llamamiento comprometido en relación con la situación desesperada de amplias zonas rurales de muchos países pobres frente a la pandemia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH/sida). Se trata de hacer imprescindible la colaboración entre médicos rurales, ONG y otras entidades si se quiere garantizar una respuesta urgente, integral y equitativa frente al VIH desde el ámbito rural, de acuerdo con el espíritu «Salud para todos» preconizado por la Organización Mundial de la Salud.
Resulta especialmente relevante el compromiso que el grupo rural de la semFYC asume dentro de la Declaración, para fomentar la formación y desarrollar las nuevas tecnologías, redes de apoyo encaminadas a superar el aislamiento del médico en las áreas rurales.
Hay que tener en cuenta que el mismo grupo rural de la semFYC ha establecido en los últimos años una estrategia de trabajo que tiene como uno de sus objetivos fundamentales la constitución de una red de centros de salud rurales, que en la actualidad se encuentra en una etapa de franca consolidación. Sin duda, la celebración de este congreso facilitará que dicha red consiga afianzar todavía más sus propias líneas de trabajo y obtenga una notoria proyección internacional.
Esperamos y deseamos que el congreso haya servido para marcar estas importantes líneas estratégicas y que, en definitiva, sean los propios médicos rurales españoles los que vean en este encuentro el principio de un futuro prometedor de afianzamiento de la medicina rural española, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Aunque, como se desprendía de algún trabajo presentado en el congreso, nuestra población valora muy positivamente a sus médicos rurales, en el futuro se debe lograr que las difíciles condiciones laborales mejoren para que éstos sigan estando también satisfechos de su trabajo, así como de sus condiciones laborales y profesionales. Trabajar en el medio rural tiene que ser una apuesta muy apetecible para las nuevas generaciones de médicos de familia que quieran trabajar en un entorno donde tradicionalmente el trato ha sido más próximo y, quizá, más humano, y donde muchos de los valores característicos de nuestra profesión adquieren su auténtica dimensión, que a veces se pierde en las ciudades.
La Wonca, a través de su Grupo de Trabajo Mundial Rural (Working Party on Rural Practice), en los últimos años ha trabajado en diversos aspectos para mejorar las condiciones de salud de las poblaciones que viven en áreas rurales, así como la situación laboral de los profesionales sanitarios que trabajan en ese medio. Dicho grupo ha establecido diversas líneas de actuación que quedaron reflejadas en la publicación de su documento sobre estrategias de trabajo rural y salud rural2. El congreso que acabamos de celebrar es un paso más en una trayectoria internacional del Working Party on Rural Health seria, decidida y responsable que esperamos pueda ir cosechando los frutos poco a poco, y confiamos en que la Declaración de Santiago de Compostela contribuya a ello.
En cualquier caso, el congreso nunca se hubiera podido realizar sin la confianza que la semFYC depositó en todo momento en el comité organizador y sin el importante trabajo de un grupo de compañeros que, con gran dedicación y modestia, hicieron finalmente posible esta importante apuesta internacional.
Por vosotros y para vosotros. Muchas gracias y felicidades por todo.
