Sres. Directores: En un trabajo realizado en la provincia de Lleida sobre el uso de medidas de seguridad en coche para niños recién nacidos, se estudia el nivel de conocimientos, actitudes y conductas de los padres, mediante encuestas telefónicas que se han llevado a cabo durante 2 años (1993-1995) desde el nacimiento del niño/a. Algunos de los resultados obtenidos suscitan la duda de la efectividad de una intervención aislada en el cambio de conductas de los padres respecto a la seguridad de sus hijos, a pesar de que el nivel de conocimientos es aceptable, e incluso mayor en el grupo de intervención, y las actitudes u opiniones reflejan una aceptación del uso de las medidas de seguridad, mayor también en el grupo intervenido.
Se realizaron dos pases de la misma encuesta con un intervalo de 6 a 9 meses y una encuesta final obtenida de las preguntas más representativas de la primera encuesta, a 2 grupos de 100 padres cada uno; uno en el que no se realizó ningún tipo de intervención, y otro al que se le entregó una sillita de seguridad de grupo O (para recién nacidos hasta 9-10 kg de peso), un tríptico con información sobre las medidas correctas en la seguridad de los niños en el automóvil y una hoja con la normativa actual sobre el uso de medidas de seguridad en automóviles según el Reglamento de Circulación.
Los resultados obtenidos demuestran la existencia de diferencias significativas en conocimientos y actitudes del grupo en el que se realizó la intervención respecto al grupo no intervenido, mientras que no existen diferencias significativas en sus conductas.
Del estudio comentado se deduce que, tras una intervención de promoción de la salud en padres sobre la utilización de medidas de seguridad para sus hijos en el automóvil, se producen cambios en los conocimientos y en las actitudes de los padres, pero no así en sus conductas que prácticamente se mantienen igual en los 2 grupos. Es necesario por tanto reforzar las actividades de promoción de la salud con otras medidas de tipo legislativo y con la participación de los diferentes profesionales que tienen alguna responsabilidad en la seguridad de los niños.
Este estudio evidencia también que no siempre un aumento de conocimientos y un cambio de actitud lleva consigo un cambio de conducta, lo que hace todavía más apasionante el estudio y la investigación de los estilos de vida como factores determinantes de la salud de los individuos.
