La gran cantidad de información disponible en la red, la facilidad tanto para introducirla como para acceder a ella muchas veces de forma totalmente abierta y gratuita y el uso creciente de internet como fuente principal de información por una amplia mayoría de la población hacen que un elevado número de personas pueda llegar a ésta, tanto si son como si no, conocedores de la materia consultada. Principalmente para el usuario no experto, todo ello implica dificultades a la hora de distinguir entre información de calidad, elaborada con rigor científico y, por tanto, de confianza, o información dudosa, información sesgada, ya sea por falta de rigor, por conflictos de intereses o por determinadas ideologías, e incluso información claramente errónea.
El trabajo de Mayer et al1 revisa páginas web tanto en español como en inglés con contenidos referidos a información sobre vacunas, un tema sensible y de gran interés y actualidad por parte tanto de los profesionales, como de la poblaciín en general. Las páginas que se incluyen, en español o en inglés, han sido encontradas a través de los dos motores de búsqueda más usados en nuestro país (Google y Yahoo!), están disponibles sin necesidad de suscripción ni de búsqueda a través de palabras clave. Se han excluido por tanto las bases de datos y las revistas científicas. Para cada una de las páginas incluidas, se registran una serie de variables respecto a sus características, se analiza si cumplen unos criterios de calidad predeterminados y si contienen sellos de confianza o calidad, y, en caso afirmativo, cuáles. Finalmente, comprobaban si las páginas que cumplían más criterios de calidad también se correspondían con las que contenían sellos de confianza. Entre las páginas analizadas encontraron que las que contenían sellos de confianza también cumplían con más criterios de calidad (alcanzando esta asociación la significación estadística respecto a las que no tenían sellos de calidad) y ninguna de las que tenía sellos de calidad incluía contenidos inadecuados. En cambio detectaron contenidos claramente inadecuados en un 15–20% de las páginas evaluadas, de las que ninguna de ellas tenía sellos de calidad.
Aunque parece claro, no sólo por el estudio de Mayer et al1, sino por otros trabajos ya publicados hace años2, que es necesario poner orden y “calidad” en la información incluida en la red sobre temas sanitarios, no es fácil establecer criterios ni definir quién y cómo decide qué es y qué no es “calidad”. Como en el tema de la formación y de la acreditación de actividades, probablemente también aquí las diversas entidades puedan terminar discutiéndose el protagonismo o incluirse todas ellas cada una en su campo para mejorar la calidad de la información como sería deseable y un avance para los usuarios de la red. Existen diversas iniciativas, en España la pionera y principal fue la Web Médica Acreditada del Col.legi Oficial de Metges de Barcelona3, que sigue siendo la más valorada, a la que le han seguido años después otras iniciativas, como la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (creada por la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía)4. Fuera de nuestro país uno de los sellos acreditados de calidad es el de la Health on the Net Foundation5, que valora fundamentalmente el cumplimiento de los estándares éticos desde el punto de vista profesional respecto a los contenidos de una página web.
En el tema de las vacunas, los grupos fuertemente contrarios a su administración (aunque en España por ahora sean minoritarios) están usando la red para difundir sus creencias e influir a los padres para que impidan que sus hijos sean vacunados. Las razones aducidas son a menudo graves efectos adversos que o no están demostrados o tienen una incidencia de presentación muy inferior a la de las complicaciones que se producen como consecuencia de sufrir la enfermedad.
Que la información disponible en la red (respecto a vacunas o cualquier otro tema sanitario) sea rigurosa y basada en estudios y no en creencias es cada vez más importante, y en este sentido los sellos de calidad sin duda serán una gran ayuda para el usuario, que podrá identificar las páginas fiables de las que no lo son.
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La gran cantidad de información disponible en la red genera dificultades al usuario para distinguir la que es de calidad de la que no lo es.
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Desde hace años han surgido iniciativas para evaluar la calidad de las páginas web de contenido sanitario y de la información que en ellas se difunde.
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El artículo de Mayer et al analiza páginas web con contenido sanitario referido a vacunas, encontradas en los dos buscadores más usados en nuestro país (Google y Yahoo!) para analizar si cumplen criterios de calidad y detectar cuáles tienen sellos de confianza.
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En el tema de las vacunas, la red puede ser un vehículo importante para que los “grupos antivacunas” difundan sus creencias e influyan en los padres para que no permitan que sus hijos sean vacunados.
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La búsqueda de sellos de confianza en una determinada página web puede ser un buen criterio para que el usuario distinga si se trata de una página de calidad o no.
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Debería generalizarse el uso de sellos de confianza como criterio de calidad de las páginas web de contenido sanitario.