Introducción
El consumo de tabaco continúa siendo la principal causa aislada de muerte evitable en nuestro país, pese a la importancia que han adquirido el sida y otros motivos de muerte prematura. Las estimaciones y proyecciones sobre el estado de la salud mundial confirman la importancia de este factor1, cuyo impacto podría aumentar espectacularmente si persisten las actuales tendencias en los países en desarrollo. El carácter adictivo del tabaco, condicionado por su contenido en nicotina, explica las dificultades que experimentan muchos fumadores que presentan los efectos negativos del tabaco para dejar de fumar. Por ello, la prevención primaria del tabaquismo cobra una importancia singular: evitar el inicio del tabaquismo en los adolescentes se convierte en un objetivo crucial del sistema sanitario. En los últimos años se han desarrollado diversas iniciativas dirigidas a este fin mediante acciones reguladoras, de limitación de la promoción del tabaco por la industria tabaquera, y educativas2. Su impacto debería reflejarse en la epidemiología del tabaquismo, particularmente entre los adolescentes. De aquí se deriva el interés por monitorizar sistemáticamente con instrumentos válidos el tabaquismo en los adolescentes y los factores relacionados con el mismo, de modo que se pueda valorar el impacto de las estrategias en curso y reorientarlas en función de las evidencias observadas. Este trabajo se plantea como una aportación en esta dirección. Se presentan los datos recogidos a lo largo de una década, 1987-1996, mediante 4 encuestas realizadas en Barcelona a muestras representativas de aulas de segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), o a su equivalente en octavo de Educación General Básica (EGB) con la ordenación anterior del sistema educativo. Durante este período se han introducido diversas acciones de control del tabaquismo.
Material y métodos
El cuestionario principal se desarrolló en 1986, se probó mediante una prueba piloto y se aplicó por primera vez en la encuesta FRISC de Barcelona en 1986-19873. Las características y los resultados de las encuestas de 1987, 1992 y 1994 se han presentado anteriormente4. Las encuestas se realizaron en los cursos 1986-1987, 1991-1992, 1993-1994 y 1995-1996, generalmente durante los trimestres segundo y tercero, por lo que se identifican como 1987, 1992, 1994 y 1996. El cuestionario experimentó pequeñas modificaciones en 1992 para corregir defectos detectados durante la encuesta FRISC; en 1996 se introdujeron también algunas pequeñas alteraciones en el orden y formulación de algunas preguntas al prepararlo para su uso en una nueva encuesta, que se denominó FRESC. Esta es la primera encuesta aplicada a una muestra representativa de la población escolar tras la ampliación de la escolaridad obligatoria hasta los 16 años, y está dirigida a los cursos segundo y cuarto de ESO (antes octavo de EGB y segundo de BUP o FP). En este trabajo se presentan las variables recogidas en las 4 encuestas relativas al comportamiento referido por los escolares en relación al tabaco: antecedentes de haberlo probado alguna vez, haber fumado en el mes anterior a la encuesta, hacerlo habitualmente, fumar diariamente y haber comprado tabaco. Se dispone de datos de un total de 4.023 escolares que participan en alguna de las 4 encuestas. El análisis estadístico se realizó mediante la extensión de Mantel-Haenzel a la prueba de ji-cuadrado.
Resultados
El comportamiento de los escolares en relación al tabaco se presenta en la tabla 1. Los antecedentes de experimentación con el tabaco se mantuvieron estables entre 1987 y 1994, pero parece haberse registrado una disminución en 1996, especialmente para los varones. La disminución global en la década alcanza significación estadística (p=0,05). Se aprecia una clara disminución, estadísticamente significativa y progresiva a lo largo de la década, en la proporción de escolares que dicen haber fumado durante el mes anterior a la encuesta (p<0,0001).
La proporción de fumadores habituales disminuye entre 1987 y 1994, para estabilizarse después, con un discreto incremento no significativo en las jóvenes (p<0,01). La proporción de fumadores diarios muestra oscilaciones que no parecen reflejar un patrón sistemático a lo largo de la década, aunque la proporción de fumadores diarios en 1996 es la menor estimada para toda la década para varones y para ambos géneros. Esta proporción podría haber aumentado en los varones en la primera mitad de la década, para disminuir después. No se aprecia una tendencia evidente respecto a haber comprado tabaco para uso personal durante este período.
Discusión
Disponer de datos obtenidos a lo largo de 10 años mediante metodología comparable permite apreciar las tendencias en curso con mayor fiabilidad que anteriormente. En nuestra opinión, la imagen que desprenden estos datos es de una cierta estabilidad en diversas variables, aunque se aprecian algunas tendencias favorables a lo largo de la década. Así, se aprecia una clara tendencia a la disminución en la proporción de adolescentes que han fumado en el mes anterior a la encuesta a lo largo de la década, que se acompaña de una discreta disminución en la proporción de escolares que han experimentado con el tabaco y en la proporción de fumadores habituales, mientras que la proporción de fumadores diarios es en 1996 inferior a la que se registró en 1987. En la parte menos positiva no se aprecia una tendencia evidente respecto a haber comprado tabaco para uso personal, pese a que durante este período se reforzaron las normas prohibiendo la venta de tabaco a menores mediante la ley 10/1991 del Parlament de Catalunya.
Estos cambios se han producido durante una década que ha presenciado la ejecución de diversas acciones de prevención del tabaquismo dirigidas a la protección de este grupo de edad: limitaciones en la publicidad y promoción del tabaco, prohibición de la venta a menores, restricciones al consumo en lugares públicos cerrados como centros educativos y deportivos, y diversas acciones en los medios de comunicación. Además de los efectos de estas acciones en la ciudad de Barcelona, debe destacarse por su amplia cobertura el programa PASE de prevención del tabaquismo y otras sustancias adictivas, dirigido a primero de ESO (o séptimo de EGB en el ordenamiento anterior del sistema educativo), así como las acciones dirigidas a prevenir el tabaquismo en relación con la práctica deportiva5, a promover espacios sin humo en las escuelas6 y a ayudar a maestros fumadores a dejar de hacerlo. Asimismo, durante esta década se ha registrado una creciente implicación de los profesionales sanitarios en el control del tabaquismo, y una disminución de su prevalencia en la población adulta, sobre todo entre los varones con superior nivel de instrucción y mayor nivel socioeconómico7. Las tendencias positivas apreciadas se asocian a esta maraña de cambios en el entorno del tabaco, aunque es difícil atribuirlas a un solo factor aislado8. La normativa sobre venta de tabaco a menores precisa de una ejecución más rigurosa, vistos los resultados observados.
Creemos que los hallazgos descritos son compatibles con una disminución de la intensidad de los niveles de experimentación general con el tabaquismo de los adolescentes y con una discreta disminución en el uso habitual del tabaco. La relativamente pequeña proporción de adolescentes que se han convertido en fumadores habituales a esta edad temprana disminuye un 23%. El nivel de penetración general y social del tabaco entre los jóvenes es un 50,5% menos en términos de experiencia con el tabaco en el último mes, y un 12,4% inferior en términos de haber probado alguna vez el tabaco. Podríamos estar ante una creciente dualización de los jóvenes ante el tabaco, con una separación cada vez más tajante entre fumadores y no fumadores, y con una franja mucho más estrecha de adolescentes que, sin fumar regularmente, lo hacen de forma ocasional. Una tendencia de este tipo es muy positiva, pues los adolescentes que son fumadores ocasionales actualmente presentan un riesgo muy elevado de convertirse en fumadores a medio plazo9. Por tanto esta tendencia en segundo de ESO, al inicio de la adolescencia, puede traducirse en una disminución de la prevalencia muy superior en etapas posteriores de la adolescencia, especialmente en la vida adulta. Esto podría explicar la disminución de la prevalencia del tabaquismo entre los jóvenes que se aprecia en encuestas realizadas en la población general8, pese a que la proporción de fumadores habituales entre escolares a esta edad temprana muestra reducciones aún modestas. Estos cambios pueden traducirse en disminuciones visibles en diversas patologías ligadas al uso de tabaco a medio plazo.
En conclusión, a lo largo de una década, entre 1987 y 1996, se aprecia una disminución en diversos indicadores de consumo tabáquico en los escolares de Barcelona correspondientes a segundo curso de ESO (predominantemente 13-14 años). El patrón observado sugiere una reducción en la experimentación con tabaco y su intensidad, con una discreta disminución de la prevalencia de consumo habitual, sin que lo haga la pequeña proporción de escolares con mayor consumo a esta edad precoz.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a los profesionales de los equipos territoriales de salud pública en los distritos de Barcelona, por su contribución a la realización de las diversas encuestas, así como a los maestros que facilitaron la realización del estudio. También quieren agradecer a Antonia Arumí su ayuda en la confección del manuscrito y las tablas.