Introducción. La valoración del dolor es fundamental para el desarrollo de estrategias efectivas para su tratamiento, por lo que los instrumentos diseñados han ido adaptándose al concepto mismo del dolor como fenómeno complejo y a su tratamiento integral, que incluye aspectos físicos, de percepción y de comportamiento, así como los referidos al estado psicosocial del individuo. De este enfoque multi-dimensional surgen las líneas directrices para la valoración de resultados que incorporan la medida de los cambios ocasionados por el tratamiento en cada uno de los dominios que componen la experiencia dolorosa. En el ámbito de las herramientas unidimensionales, la escala visual analógica es una de las más difundidas para la valoración de la intensidad del dolor, y entre las herramientas multidimensionales la más completa es el Cuestionario de Dolor de McGill (McGill Pain Questionnaire, MPQ), pero presenta ciertas desventajas, como el tiempo que se necesita para completarlo (superior a los 20 min), el hecho de que no exista una categoría para la ausencia de dolor o la tendencia a la interpretación no adecuada de su vocabulario por parte de algunos pacientes1, que hacen su uso en la clínica poco frecuente. En nuestro entorno está ampliamente difundido el denominado test de Lattinen (LT), que, siendo multidimensional, resulta muy atractivo para los profesionales por su lenguaje simple y fácil comprensión para el paciente. Esta herramienta está tan difundida en España que en un reciente estudio llevado a cabo en más de 100 clínicas del dolor de nuestro país fue utilizada para la evaluación del dolor2. El LT consta de 5 subescalas: intensidad del dolor, frecuencia del dolor, consumo de analgésicos, nivel de actividad y reposo nocturno3, con 5 ítems tipo Likert puntuados de 0 a 4; la suma de los valores de las 5 subescalas da un valor total que oscila de 0 a 20 puntos2, donde a mayor puntuación, mayor gravedad.
Con esta revisión de la bibliografía pretendemos dar a conocer el origen, validación y empleo del LT como herramienta para la medición subjetiva y multidimensional del dolor.
Métodos. Se realizó una búsqueda bibliográfica en MEDLINE de Ovid, OldMedline de Pubmed, CDSR (Cochrane Database of Systematic Reviews), DARE (Database of Abstracts of Reviews of Effects), Registro Cochrane de Ensayos Clínicos (Cochrane Clinical Trials Register), EMBASE (Excerpta Medica Database), PsycINFO, PSICODOC, LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud), en la Web of Knowledge del ISI, y en bases de datos de tesis doctorales como TESEO y TDX, desde 1966 (o desde el primer año disponible, dependiendo de la base de datos) a junio de 2004, utilizando como palabras clave tanto el término «Lattinen» como alguna de sus posibles variantes encontradas en las revisiones manuales previas (Lettinen, Latinen, Latineen, Lantinen, Lanttinen, test de Lattinen, índice de Lattinen), empleando tanto el leguaje libre como el controlado. Además de la búsqueda electrónica se efectuó una búsqueda manual entre las referencias de los estudios seleccionados y de las últimas revisiones. Se efectuó igualmente la búsqueda en catálogos colectivos de bibliotecas universitarias, tanto nacionales como internacionales, y en los catálogos específicos de las bibliotecas de las facultades de medicina y psicología, respectivamente, accesibles por Internet.
Se incluyeron en el estudio todos aquellos artículos que mencionaran el LT como medida de variables de resultado en idioma inglés o español. Dos revisores analizaron que los artículos seleccionados cumplieran con el criterio mencionado, inicialmente de forma independiente y después en conjunto, y llegaron a un acuerdo general en el caso de evaluaciones contradictorias.
Resultados. Se encontraron 16 artículos de los que se seleccionaron 9 que cumplieron con el criterio de inclusión2-10. Se obtuvo consenso entre los 2 revisores en cuanto a los artículos seleccionados (tabla 1). Prácticamente el 90% (8 de 9) de los artículos procedían de autores españoles. Sólo en 4 de los artículos4,5,7,10 se respaldó el uso del LT mediante una referencia bibliográfica pero, tras la lectura de los artículos originales, ninguna de estas referencias conducía al origen del test, a su diseño o a su validación; así: a) los artículos de De Andrés et al7 y de Fernández-Galinski et al5 referenciaban uno de los artículos seleccionados en esta búsqueda, el de Catalá et al4; b) el artículo de Levendoglu et al10 nos condujo a un capítulo de libro11 donde no localizamos, una vez inspeccionado el capítulo, ninguna mención al LT, y c) el cuarto artículo, el de Catalá et al4, era el artículo referenciado por los 2 primeros y se apoyaba en otro de Vidal y Montero12, donde en ningún momento se hace mención del LT, aunque sí se presenta un gráfico parcial del mismo pero sin referencia bibliográfica alguna. Los 5 artículos restantes carecían de referencia bibliográfica al mencionado test.
Cinco de los artículos seleccionados4-6,8,9 explicaban con detalle el instrumento de medida con sus subescalas y descriptores, si bien encontramos falta de concordancia entre los descriptores de las 2 últimas subescalas: grado de incapacidad por dolor y reposo nocturno, lo que puede llevar a una grave confusión. En el caso concreto de la subescala incapacidad por dolor, hay autores que puntúan la «autosuficiencia» con 1 punto, lo que para el resto de los autores equivaldría a 0 puntos; en el caso de la subescala reposo nocturno, se encuentra una variedad de descriptores poco homogéneos entre los diferentes autores, con lo que en el caso de utilizar algún punto de corte en el análisis de estos datos esto podría provocar un cambio en la clasificación de un gran número de pacientes.
Discusión. La costumbre en el uso hace que se obvie la necesidad de comprobar si los instrumentos que se utilizan para la medición de resultados cumplen con los criterios mínimos de idoneidad. La búsqueda bibliográfica que se ha realizado muestra que, a pesar de su amplio uso tanto en la investigación como en la práctica clínica en España, no aparecen datos del desarrollo original del LT, ni existe evidencia disponible de que se hayan evaluado sus propiedades de medición, por lo que su aplicación como medida de resultado de tratamientos e intervenciones médicas queda razonablemente cuestionada.
Sin embargo, el uso de este test en estudios multicéntricos como el estudio ITACA (Impacto del Tratamiento Analgésico sobre la Calidad de vida en Algias), en el que participaron más de 100 unidades del dolor españolas, da muestras suficientes de la gran aceptación y uso de dicho instrumento por los profesionales dedicados al alivio del dolor. Pensamos que, a no ser que existan datos de su origen y validación que a nosotros se nos escapen, el LT debería ser objeto de una valoración de su fiabilidad y validez y, eventualmente, rediseño del instrumento con ítems unificados, aportando la suficiente evidencia científica para su adecuación13.
Es posible que la búsqueda bibliográfica no haya sido correcta, completa o exhaustiva, e incluso que la información buscada conste en material no electrónico pero difícilmente accesible. Sin embargo, la estrategia de búsqueda usada ha incluido un amplio abanico de aproximaciones a la bases de datos electrónicas más importantes, usando diferentes estrategias que incluían entradas con formatos y combinaciones complejas, más allá de lo que es una búsqueda bibliográfica al uso. Ante esta falta de evidencia se plantea la cuestión de qué nos faltó por buscar, que no es ajena al trabajo cotidiano de búsqueda exhaustiva de evidencia que sustente la toma de decisiones en la clínica y la investigación clinicoepidemiológica.