Objetivo. Determinar el impacto que el uso de genéricos puede tener en el gasto en prestación farmacéutica, con la finalidad de añadir argumentos para decidir sobre su utilización.
Diseño. Estudio descriptivo.
Emplazamiento. Prescripción de todos los médicos del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea.
Mediciones y resultados principales. Se han seleccionado las especialidades farmacéuticas de las que se han consumido más de 5.000 envases en el año 1994 en Navarra y se han buscado las especialidades que tienen un genérico de igual presentación. Se elige el genérico de menor precio y se calcula el ahorro que hubiera supuesto el consumo del genérico en lugar de la especialidad con marca. Ninguna de las 285 especialidades más consumidas son genéricos. El ahorro que hubiera supuesto la utilización de genéricos, en lugar de las especialidades con marca es 109.748.344 ptas. La utilización de genéricos en lugar de las especialidades comerciales supondría reducir un 21% el gasto en los medicamentos estudiados. El ahorro resultante representaría una disminución del 1,2% del importe total de la prestación farmacéutica.
Conclusiones. Aunque la disponibilidad de genéricos es escasa, su utilización disminuiría el gasto en prestación farmacéutica con resultados comparables a los obtenidos mediante negociación con la industria y con el colectivo farmacéutico y de efecto más duradero, ya que representaría una modificación en los hábitos de prescripción de los médicos.
Objective. To determine the effect of the use of generics drugs on the costs of pharmaceutical prescription, in order to help decide on their use.
Design. Descriptive study.
Setting. Prescriptions from all the doctors in the Health Service of Navarra-Osasunbidea.
Measurements and main results. Pharmaceutical products with over 5,000 containers consumed during 1994 in Navarra, and with a generic drug which had the same presentation, were selected. The cheapest generics drug was chosen and the hypothetical saving over the brand-name drug was calculated. None of the 285 products in most common use were generics. Use of generics instead of brand drugs would have saved 109,748,344 pesetas. Use of generics drugs instead of commercial products would reduce cost for the drugs studied by 21%. This saving would mean a 1.2% decrease in the overall cost of pharmaceutical prescription.
Conclusions. Although generics drugs are not readily available, their use would decrease the cost of pharmaceutical prescription, with results comparable to those obtained from negotiation with the industry and pharmacists' representatives. The effect would be more long-lasting, as it would mean a change in doctors' prescription habits.
Introducción
La contención del gasto farmacéutico es uno de los objetivos de las autoridades sanitarias en todos los países de nuestro entorno. En España en los últimos años se han adoptado distintas medidas encaminadas al mismo fin (reducción del IVA de los medicamentos, decreto de financiación selectiva, descuento de la industria farmacéutica, y descuento de las oficinas de farmacia). El concierto que el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea firmó con las oficinas de farmacia el 11 de mayo de 1995 apoya la utilización de genéricos al garantizar que el farmacéutico dispensará un genérico cuando el médico los prescriba1.
Se llaman genéricos aquellos medicamentos cuya denominación es igual a la de su principio activo, su comercialización se produce cuando ha finalizado la protección de la patente y su precio suele ser inferior al del medicamento con marca, pues no repercuten en él los costes de investigación, ni los de promoción inicial.
En España todos los medicamentos comercializados tienen marca, pero hay algunos cuya denominación no incluye un nombre de fantasía sino que se comercializan con la Denominación Oficial Española (DOE) y la marca del fabricante. A estos medicamentos algunos autores los han llamado «falsos genéricos»2 en contraposición con los «genéricos puros» que no incorporan la marca del fabricante. En nuestro trabajo llamaremos genéricos a los medicamentos que se comercializan con la DOE-marca, ya que se trata de los únicos genéricos de que disponemos.
Existe controversia en cuanto al uso de genéricos3. Los argumentos a favor son: a) el nombre genérico facilita la identificación del medicamento, ya que es el que se utiliza en farmacología y, por lo tanto, el que el médico está acostumbrado a ver en libros y publicaciones científicas; b) evita la prescripción simultánea del mismo medicamento por prescriptores distintos, puesto que no existiría confusión con los nombres de las marcas comerciales; c) los stocks de las farmacias podrían reducirse si se generalizase su utilización, ya que no sería necesario disponer de tantas marcas del mismo principio activo, y d) el precio es inferior al de las marcas registradas, por lo que su utilización haría posible la reducción del coste de la prestación farmacéutica.
Como motivos en contra de su uso parecen señalarse fundamentalmente dos: a) la inferior calidad frente a los productos de marca, aunque las condiciones de eficacia y seguridad requeridas para su registro son semejantes a las de los productos de marca, exigiéndoseles además estudios de bioequivalencia2,4,5, y b) el perjuicio a las empresas investigadoras de nuevos productos6.
La prescripción de genéricos se ha propuesto como uno de los indicadores de utilización racional de medicamentos4,7, porque cuando existen varias alternativas terapéuticas de eficacia similar, debe considerarse la relación coste/beneficio en el momento de la prescripción. El Boletín de indicadores de la prestación farmacéutica inglesa8 señala que en 1992 la prescripción de genéricos fue del 43% y la dispensación del 36%. La Audit Commission británica9 afirma que si los médicos generales adoptaran los perfiles de los médicos elegidos como modelo, en prescripción de genéricos, se produciría un ahorro de 50 millones de libras (el gasto en medicamentos en 1992 fue 3.600 millones de libras).
En el año 1994 el importe de la prestación farmacéutica en Navarra fue de 9.318.079.361 pesetas, de los que el Servicio Navarro de Salud gastó 8.288 millones y el resto corresponde a la aportación de los pacientes. El gasto en prestación farmacéutica supuso el 15,4% del gasto del Servicio Navarro de Salud.
La realidad en España es que hay comercializados pocos genéricos y parece que su consumo es escaso4.
El objetivo de este estudio es determinar el impacto que el uso de genéricos puede tener en el gasto en prestación farmacéutica, con la finalidad de añadir argumentos para decidir sobre su utilización.
Material y métodos
La información se ha obtenido a través del Sistema de Información Farmacéutica (SIF) del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, que permite conocer a partir de la mecanización de las recetas, el consumo cualitativo y cuantitativo de medicamentos con financiación pública correspondientes al año 1994 en Navarra.
El SIF recoge los datos de los medicamentos dispensados en las farmacias, por lo que la información corresponde a la dispensación y puede haber diferencia con las especialidades farmacéuticas prescritas por los médicos. En todos los casos se refleja el consumo a precio de venta al público.
Se han seleccionado las especialidades farmacéuticas de las que se han consumido más de 5.000 envases en el año y se han buscado las especialidades que tienen un genérico de igual presentación. Se elige el genérico de menor precio y se calcula el ahorro que hubiera supuesto el consumo del genérico en lugar de la especialidad con marca.
Los datos se han procesado en una hoja de cálculo Microsoft-Excel 5.0.
Resultados
En 1994 había 285 especialidades farmacéuticas de las que se consumieron más de 5.000 envases. El importe de estas especialidades fue 4.384.572.180 pesetas, es decir, el 47% del importe total y el consumo resultó de 3.683.552 envases (56,4% del total de envases). Los principios activos de 32 de estas 285 especialidades se encuentran comercializados, con la misma presentación, como genéricos (11,2%).
Las 285 especialidades más consumidas corresponden a marcas comerciales, no hay ningún medicamento genérico entre ellas. La tabla 1 indica el consumo de especialidades farmacéuticas más prescritas de las que existe un genérico, expresando el nombre del principio activo. El consumo resultó ser de 377.679 envases el 10,2% del total de envases estudiados y de 532.564.359 pesetas (12,1% del importe).
La tabla 2 compara los precios de las especialidades con marca y los de los genéricos. Las diferencias de precios oscilan entre el 0% de la calcitonina y el 65,4% del paracetamol, siendo los principios activos con mayores diferencias paracetamol, loperamida y diclofenaco.
La tabla 3 refleja el ahorro que hubiera supuesto la utilización de genéricos, en lugar de las especialidades con marca que se han consumido. Si se sustituyen todas estas especialidades por el genérico, su coste hubiera sido de 422.816.015 pesetas, lo que significa una disminución de 109.748.344 ptas. En nuestro estudio la utilización de genéricos en lugar de las 32 especialidades con marca supondría reducir un 21% el gasto en dichos medicamentos.
Es de destacar que el 53% de este ahorro corresponde a la sustitución de tres principios activos (enalaprilo, famotidina y paracetamol) y que sólo el enalaprilo (20 mg/28 comprimidos) representa el 31,5% del total.
El ahorro resultante supondría una disminución del 1,2% del importe total de la prestación farmacéutica del año 1994.
Discusión
En comparación con otros países el consumo de genéricos en España es bajo, ya que no hay costumbre de prescribirlos (no hay ningún genérico entre las especialidades más consumidas). Por otro lado, la disponibilidad de genéricos registrados es escasa, y aunque todas las prescripciones posibles fueran de genéricos, sólo podría alcanzarse un 12% de prescripción frente al 43% de Inglaterra8.
De cualquier forma, si se utilizaran los genéricos existentes los costes de la prestación farmacéutica podrían disminuirse sin comprometer la calidad ni establecer limitaciones en las prestaciones. Con una pequeña modificación de los hábitos de prescripción (22 principios activos) los médicos podrían conseguir disminuir el gasto en prestación farmacéutica en un 1,2%.
El ahorro conseguido sería de similar cuantía al obtenido mediante negociación con la industria o con el colectivo farmacéutico y de efecto más duradero, ya que representa una modificación en los hábitos de prescripción de los médicos.
En nuestra opinión debe desarrollarse una política de genéricos que aumente el número de este tipo de medicamentos disponibles y que promueva el hábito de prescribir con denominación genérica.