Sr. Director: En un reciente artículo de Lizán Tudela et al1 se concluye que el paracetamol es más eficiente que el rofecoxib en la artrosis de rodilla leve-moderada. En el árbol de decisión de este estudio se considera que los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) se usarán junto a gastroprotección cuando el paciente presente dispepsia como efecto adverso después de haber iniciado el tratamiento. Probablemente los resultados serían todavía más favorables al paracetamol si se hubiese tenido en cuenta que en la práctica clínica habitual los inhibidores de la COX-2 se usan asociados a gastroprotección en altos porcentajes sin necesidad de que se produzca dispepsia como efecto adverso. Estudios descriptivos han encontrado que los inhibidores de la COX-2 se utilizan asociados a gastroprotección entre el 17 y el 25% de los casos2,3. De éstos, la mayoría tomaba la asociación desde un inicio, sin necesidad de que se presentase dispepsia.
Aunque no existe evidencia científica de que asociando un gastroprotector a un inhibidor de la COX-2 se consiga reducir el porcentaje de complicaciones ulcerosas, la asociación de un inhibidor de la COX-2 con omeprazol se ha recomendado en España para pacientes con enfermedad ulcerosa previa4.
Para poder extrapolar correctamente los resultados de un análisis farmacoeconómico a una población es importante que no existan grandes divergencias entre el modelo farmacoeconómico y las condiciones de la práctica clínica habitual. Análisis farmacoeconómicos recientes sobre los inhibidores de la COX-2 tienden a considerar la posibilidad de asociación con un gastroprotector en la rama del inhibidor de la COX-2 desde el inicio y no sólo como consecuencia del efecto adverso dispepsia. En el ámbito internacional es de destacar el trabajo de Maetzel et al5, y en nuestro país el de Ariza-Ariza et al6, estudios en los que se realizan análisis farmacoeconómicos que comparan el rofecoxib o celecoxib con antiinflamatorios no esteroideos.
Por tanto, es posible que en el estudio de Lizán Tudela et al1 los resultados fuesen todavía más favorables al paracetamol respecto a los inhibidores de la COX-2 si se hubiese considerado que el inhibidor de la COX-2 podrá usarse asociado a un gastroprotector desde un inicio, y no sólo cuando se produzca dispepsia, al igual que puede ocurrir en la práctica clínica habitual.