Hemos leído con interés el artículo de Flores-Copete et al.1, a propósito de su aserción sobre «la importancia de mantener la vacunación en los pacientes de mayor edad» quisiéramos aportar una reflexión desde la perspectiva de los estudios de evaluación económica.
La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) presenta una elevada carga de morbimortalidad en todo el mundo2 y, además, la hospitalización está aumentando por la dificultad que conlleva la asistencia comunitaria de los problemas relacionados con las enfermedades infecciosas en ancianos3.
La vacunación de forma sistemática en adultos mayores de 65 años es una práctica que se está generalizando en los países desarrollados en los últimos años y su importancia está suficientemente contrastada2,4. Sin embargo hasta donde hemos podido revisar en la literatura no encontramos suficientes evidencias sobre la relación coste-eficiencia de los programas de vacunación en el Sistema Nacional de Salud Español.
Nuestro grupo ha realizado una evaluación económica de la estrategia de vacunación frente a S. pneumoniae mediante la vacuna neumocócica conjugada 13-valente (VNC13) frente a la no vacunación5. Para ello hemos desarrollado un modelo económico simulado en forma de árbol de decisión para evaluar el coste utilidad de la estrategia de vacunación en la cohorte de población mayor de 65 años en un área de salud.
Los resultados que hemos obtenido señalan que el programa de vacunación frente al neumococo utilizando la vacuna VNC13 es coste-efectivo, destacando el importante ahorro económico que genera para los sistemas sanitarios, proporcionando ahorros a partir del octavo año de implantación del programa de vacunación. Si bien es sabido que la adherencia vacunal todavía es baja en nuestro país6, por lo que un incremento de la cobertura vacunal, sobre todo en grupos de riesgo, mejoraría los resultados obtenidos en el estudio.
Pese a nuestros resultados, la cobertura de vacunación en la población mayor de 65 años con VCN13 en nuestra región continua siendo baja, pues no supera el 25%, y como reflejan los referidos autores1 es necesario reforzar las estrategias de vacunación para conseguir mejorar los resultados vacunales, ya que redundará tanto en beneficios epidemiológicos, clínicos y, como hemos señalado, económicos.
Esta contribución pretende refrendar lo manifestado por Flores-Copete et al.1, en relación a los beneficios que se obtienen con la vacunación desde el prisma de la salud pública, puesto que supone una medida preventiva que mejora y aumenta la calidad y esperanza de vida de la población y, además, de forma análoga señalamos que la vacunación de forma sistemática en adultos mayores de 65 años se presenta como muy eficiente, originado ahorros futuros en la población vacunada y, por tanto, es una media eficiente, rentable y a su vez asumible por el sistema sanitario público. Sería deseable adoptar pautas integradoras al respecto en el conjunto de los diferentes entes gestores de las diferentes comunidades autónomas, habida cuenta de los distintos motivos que se asocian a la movilidad de la población en el contexto de la denominada «tercera edad» (ocio, vacaciones, viajes, cuidados, agrupación familiar) por lo cual las experiencias emanadas desde distintos ámbitos regionales no deben ser minusvaloradas.