Introducción
La presión arterial (PA) y la frecuencia cardíaca (FC) son parámetros hemodinámicos que muestran amplias fluctuaciones a lo largo del día como consecuencia del estrés físico o mental1. Las determinaciones diurnas obtenidas con los monitores de automedida (MA) en el domicilio, e incluso en el medio laboral, pueden tener mejor valor pronóstico que las obtenidas en la consulta2. Esta información puede resultar de gran utilidad y posee un valor complementario a las lecturas que se obtienen con el esfigmomanómetro de mercurio3. Los MA deben validarse antes de su uso clínico mediante protocolos estandarizados y consensuados que permitan la comparación de resultados con otros investigadores4. El presente estudio pretende validar en atención primaria un MA, siguiendo básicamente el protocolo de la British Hypertension Society5.
Material y métodos
El estudio se desarrolla en un centro de salud urbano acreditado para la docencia. Se incluyeron 120 individuos de ambos sexos (51 varones y 69 mujeres) con media de edad de 49,11 años (DE, 16,56) siendo 29 sujetos (24,2%) mayores de 65 años.
Se excluyeron del estudio aquellos con perímetro braquial inferior a 24 cm o superior a 32.
El MA investigado fue el OMRON-HEM 722-C, que determina la PA por método oscilométrico, que se ha demostrado más fiable que la técnica de los ruidos de Korotkoff6. El hinchado y deshinchado del brazal es totalmente automático con 4 grados de inflado predeterminados y dispone de memoria. Sus dimensiones son de 16*10 cm y tiene una pantalla de cristal líquido en la que se pueden leer alternativamente la PA sistólica/diastólica y la frecuencia cardíaca (FC). El EMM utilizado fue de la marca Riester, nuevo y calibrado. Las mediciones fueron realizadas por 2 observadores estandarizados según las recomendaciones de la BHS, siempre en el brazo derecho y con el individuo sentado. Se realizaron mediciones secuenciales con el siguiente orden: a) medición manual con el EMM; b) medición con el MA; c) nueva toma con el MA, y d) medición manual con el EMM. Se dejó un intervalo de 2 minutos entre cada una de las mediciones. La FC se midió por palpación del pulso radial durante un minuto, inmediatamente después de cada medida de PA. El procesamiento y análisis de los datos se realizó mediante el SPSS para Windows. Se calcularon las correlaciones lineales del MA con el método de referencia. Se obtuvieron las medias y DE de todas las medidas, calculando la media y DE de las diferencias encontradas, así como su representación gráfica según el método de Bland y Altman7. Se calcularon los porcentajes acumulados de las diferencias que eran iguales o menores a 5, 10 y 15 mmHg, respectivamente. La valoración de los resultados se hizo atendiendo a los criterios de la BHS.
Resultados
La tabla 1 muestra las medias de PAS, PA y FC para cada una de las determinaciones según el orden de medición.
La correlación de las medias de PAS y PAD obtenidas del MA con el método de referencia fue para PAS (r=0,98; p<0,001) y para PAD (r=0,95; p<0,001). Para la FC, la correlación entre el MA y el método de referencia fue de 0,97 (p<0,001). No se obtuvo correlación entre las diferencias de PA y la edad (r=0,08 para PAS y r=0,04 para PAD).
En la tabla 2 se representan las diferencias acumuladas para PAS y PAD, clasificadas con su grado según los criterios de la BHS. En las figuras 1 y 2 se presenta la distribución de las diferencias de PAS y PAD según las presiones medias.
Discusión
Los datos obtenidos en este estudio indican un alto grado de precisión y exactitud en las mediciones obtenidas con el MA. Según los criterios de la BHS, sería un aparato fiable con grado A en las diferencias acumuladas. Se observó escasa desviación de las medidas en función del incremento de la edad, problema habitual tanto con los MA como con los aparatos de monitorización ambulatoria. Tal como se puede comprobar en las figuras 1 y 2, los valores de PA no parecen influir en la magnitud de las diferencias, lo cual también refuerza la validez del método8. Solamente 4 valores de diferencias de PAS y PAS tienen una desviación significativa.
Aunque en ocasiones se ha aludido a la escasa exactitud de los monitores de automedida, nuestro trabajo y otros recientemente publicados parecen comenzar a desmentir estas hipótesis. Recientemente se ha encontrado que un aparato similar al estudiado, un poco mas avanzado (dispone de microimpresora), el Omron HEM 705 CP, ha superado los criterios de validación de la BHS9. No obstante, estos aparatos tienen limitaciones debido a su excesiva sensibilidad, al tamaño estándar del manguito (no son válidos para obesos o brazos muy delgados) y a que en algunos pacientes no son capaces de proporcionar lecturas válidas10. Por estos motivos, todavía no está admitida su validez para el diagnóstico de la PA como método único de medida. Sin embargo, la facilidad para obtener medidas repetidas compensa en buena medida algunos de sus inconvenientes.
Diversos organismos internacionales, caso del National High Blood Pressure Education Program, vienen recomendando desde hace años la automedida de la PA como una fuente adicional de información, tanto para el diagnóstico (HTA de «bata blanca») como para el efecto del tratamiento (24 horas)10. También se recomienda el uso de los MA para animar al paciente a participar más directamente en su propio control y tratamiento e incrementar su nivel de autonomía respecto de los servicios sanitarios. Según Pickering, la monitorización ambulatoria (MAPA) debería reservarse para aquellos pacientes en los que las mediciones en la consulta o en el domicilio no aclaran completamente su situación, de modo que los MA pueden facilitar un uso más eficiente de la MAPA3.
Concluimos que el MA estudiado puede ser de utilidad para la automedida domiciliaria de la PA en pacientes hipertensos.
Agradecimientos
A Josep Jiménez Villa por su colaboración en el tratamiento estadístico de los datos.