Esta carta tiene el propósito de concienciar a los profesionales de atención primaria del aumento de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que vemos, o se nos pueden pasar por alto, en nuestra consulta de atención primaria.
Los casos de ETS registrados en España han ido en aumento en los últimos años, especialmente la sífilis y la gonorrea, 2 enfermedades que llevan incidiendo, sobre todo, en varones jóvenes desde 2009. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un importante problema de salud pública tanto por su magnitud como por sus complicaciones y secuelas si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz1.
Las comunidades autónomas (CC.AA.) que notificaron tasas más altas de casos de sífilis en 2015 fueron Cataluña (18,02 por cada 100.000 habitantes), Andalucía (9,55), Navarra (9,27) y la Comunidad Valenciana (7,70). Un 87,0% de los casos fueron varones, y la razón varón/mujer fue de 6,7. La mediana de edad fue de 36 años, sin diferencias por sexo. El 61% de los casos tenía entre 25 y 44 años2.
Existen una serie de factores de riesgo identificados3: mantener contacto sexual con una persona con una ETS, mantener relaciones sexuales con diferentes parejas, tener nueva pareja sexual en los últimos meses, antecedentes previos de ETS, profesionales de la prostitución y sus clientes, consumo de alcohol y otras drogas asociadas a las relaciones sexuales, uso inconsistente del preservativo con parejas casuales y ser víctima de violencia sexual.
En nuestra consulta de atención primaria, en el último mes nos hemos encontrado con 3 casos de sífilis, confirmada posteriormente en el hospital, varones, que acudieron en la fase secundaria, es decir, después de la resolución del chancro primario, y que acuden por las lesiones cutáneas no dolorosas que les han aparecido por el cuerpo. Esta fase se presenta con varias manifestaciones sistémicas y dermatológicas, tales como exantema maculopapular eritematoso, de bordes bien definidos, que se localiza en tronco y extremidades con especial predilección por las palmas de las manos y las plantas de los pies (fig. 1) o el condiloma lata (pápulas que aparecen en las zonas húmedas del área anogenital).
La anamnesis en atención primaria es la herramienta del médico de familia ante la sífilis. En los casos citados, tras preguntas de rutina, se consiguió descubrir que habían tenido una «herida» no dolorosa en la zona genital (en el pene), que correspondía a la clásica úlcera indurada, no dolorosa, con el fondo limpio y exudado seroso (chancro sifilítico), que se había resuelto de forma espontánea en unas semanas. Ante la sospecha clínica, el tratamiento de elección de la sífilis es la penicilina (grado de recomendación A)4,5, que fue lo que se hizo mientras se realizaban las exploraciones complementarias.
En conclusión, las ETS no tratadas tienen repercusiones muy importantes, siendo un problema de salud pública, pudiendo incluso comprometer la vida del paciente. Puede haber personas asintomáticas durante algún tiempo, facilitando que la persona infectada la transmita a su vez a otras personas. En el caso de las mujeres, también afecta gravemente a su salud reproductiva, maternal y neonatal, siendo la principal causa prevenible de infertilidad, además de multiplicar el riesgo de adquisición y transmisión del VIH.
El diagnóstico precoz no solo permite el tratamiento adecuado, sino iniciar el estudio de contactos, lo que comporta un beneficio tanto individual como de salud pública al cortar la cadena de transmisión y con ello prevenir nuevas infecciones.