A partir de enero de 2011 los que firman este editorial serán los encargados de coordinar y dirigir el devenir de Avances en Diabetología (AvD) en los próximos años en nombre de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y de su Junta Directiva. Ante semejante propuesta, y no sin antes sopesarlo minuciosamente, después de aceptar el reto, los que formamos parte de este nuevo desafío llevamos varios meses ya de trabajo y de preparativos, tomando decisiones fáciles, alguna difícil, pero fundamentalmente con la expresa voluntad de servicio hacia una sociedad científica de prestigio como la SED y hacia sus socios. No pretendemos que las decisiones tomadas satisfagan inicialmente el gusto de todos, pero sí de una gran mayoría.
Antes de explicar nuestro nuevo proyecto, es imprescindible felicitar a los integrantes del equipo que hasta la fecha ha sido el encargado de la revista, el Dr. Javier Ampudia, la Dra. Pilar Martín-Vaquero, el Dr. Juan Girbés, el Dr. Enrique Roche y Ediciones Mayo, así como agradecerles el trabajo realizado y su labor encomiable durante los últimos años. Desde nuestro punto de vista y desde el respeto a comités editoriales previos, de las tres etapas que ha vivido AvD, esta última (2005-2010) ha sido la más prolífica, la de mejor acogida y la de una calidad editorial mayor. Se ha adaptado en formato y contenidos a una sociedad científica cambiante y multidisciplinaria, y, tal como se refleja en el editorial de Ampudia-Blasco en el último número de 2010 de la revista, los logros alcanzados han sido sustanciosos1. Sin embargo, al analizar el balance final de todo proyecto con ambición, siempre hay algún pero. En el propio editorial, se hacía referencia expresa a que en el momento de su redacción quedaba pendiente el dictamen final sobre la inclusión de AvD en MEDLINE, la mayor base pública e internacional de datos existente sobre biomedicina y ciencias de la vida. Pues bien, desafortunadamente y pese al esfuerzo realizado, el 22 de noviembre de 2010 el National institut of Health/National Library of Medicine valoró insuficientemente la solicitud tramitada meses antes por AvD.
Ya a principios de 2010, cuando aceptamos la responsabilidad de hacernos cargo de AvD, los integrantes del nuevo Comité Editorial remitimos a los componentes de la Junta de la SED para su consideración nuestra futura visión de contenidos para la revista. Durante varios meses, recabamos información sobre los contenidos de revistas afines a la nuestra (nacionales e internacionales) y pulsamos la opinión de editores pasados y actuales (nacionales e internacionales) de ésas. De manera resumida, llegamos a la conclusión de que la gran mayoría de revistas incluidas en las bases de datos bibliográficas más utilizadas internacionalmente (90% en inglés), y especialmente aquellas con factor de impacto (Fi), basan sus contenidos en artículos originales (80% o incluso más) y de diferente formato. De este modo, hicimos partícipe a la SED de que nuestro proyecto pasaba ineludiblemente por asumir el hecho de que uno de los objetivos prioritarios de cualquier revista científica es su indexación en las bases de datos de referencias biomédicas internacionales y, a ser posible, obtener FI2. Consideramos, que la consecución de este objetivo es clave en el ámbito de la biomedicina, si de lo que se trata es de mejorar y extender la calidad y la originalidad de los contenidos de una publicación científica a la mayor cantidad de autores potenciales y públicos posibles. Con la aquiescencia de los representantes de la SED, y a sabiendas de la magnitud del desafío, nos ponemos en marcha.
Los mecanismos editoriales para favorecer e incrementar la calidad científica y editorial, así como la difusión de una publicación biomédica, son muy complejos y especialmente difíciles en los tiempos que corren, con un ámbito cada vez más competitivo y globalizado, un mundo editorial on-line y casi exclusivamente en inglés, sin ayudas o estímulos de la administración pública y con una financiación procedente de la publicidad de la industria farmacéutica o de tecnología médica que se nos antoja en recesión, dada la situación actual de crisis económica. En fin, en un contexto en el que la información que genera una enfermedad como la diabetes se ha convertido en una disciplina que interesa a gran parte de las especialidades biomédicas y a sus publicaciones científicas en investigación clínica y básica. Con este panorama, se trata de persuadir y seducir al mayor número posible de autores, y especialmente a los integrantes de la SED, para que remitan sus trabajos originales a AvD. Difícil empresa cuando cualquier autor e investigador que se precie debe tratar de publicar sus trabajos en las revistas de más prestigio y difusión nacional e internacional. Es decir, estamos obligados a competir con publicaciones internacionales, y algunas nacionales, que ya han superado el reto y están incluidas en bases de datos bibliográficas3. Es una empresa difícil, pero no imposible a medio-largo plazo.
Nuestro proyecto pasa por mantener y, a ser posible, aumentar el ámbito y la cobertura de nuestra revista. En él, consideramos de vital importancia incrementar el número de contribuciones originales y disminuir aquellas por encargo. Pretendemos publicar trabajos que cumplan con un mínimo estándar de calidad en su contenido, calidad que debe asegurarse mediante un proceso de revisión y un trabajo editorial independientes. Publicaremos contribuciones con contenidos en investigación básica, clínica y en educación terapéutica, en inglés o castellano, dirigidos a todos los profesionales especialmente dedicados e interesados en la diabetes. Finalmente, y con el fin de mejorar todavía más si cabe la calidad de producción de la revista, para esta nueva etapa hemos apostado por una nueva empresa editorial, Elsevier. Esperamos poder aprovechar toda la experiencia, la capacidad logística y el poder de difusión de la mayor empresa editorial a nivel mundial con el fin de elaborar de manera digital y on-line todos los procesos editoriales de la revista.
Lo más probable es que los que componemos el Comité Editorial y Asesor de AvD en 2011 no veamos como tales la inclusión de nuestra revista en las bases de datos biomédicas y en los motores de búsqueda de referencias bibliográficas de más prestigio internacional. Sin embargo, nos conformamos con que nuestra arriesgada y modesta apuesta se convierta en el primer paso hacia la excelencia para AvD. Porque no hay «cuarto» malo y porque a la «cuarta» también puede ir la vencida.
