Un paciente de 7 años de edad, con diagnóstico de enfermedad de Kawasaki refractaria que respondió a infliximab, desarrolló un aneurisma gigante de la arteria descendente anterior, de tipo fusiforme, con dimensiones de 6×9mm (flechas), medido en ecocardiografía en eje paraesternal corto alto (figs. 1 y 2).
Tras 6 meses de evolución, se realizó angioTAC coronaria (fig. 3) para estudio detallado de la anatomía coronaria y poner de manifiesto posibles lesiones que no fueron detectadas mediante ecocardiografía. En la exploración se descubrió que el aneurisma era más extenso (10×22mm), y que además existía un aneurisma fusiforme mediano (4×5mm) en la arteria circunfleja (flechas). Por ello se añadió anticoagulación oral a la doble antiagregación ya pautada.
Ante una enfermedad de Kawasaki agresiva, la realización de una angioTAC coronaria una vez pasada la fase inflamatoria es de gran utilidad para el estudio de las secuelas coronarias, descubriendo nuevas lesiones o definiendo mejor las ya conocidas, evitando además un cateterismo invasivo para ello y, como en el caso presentado, cambiando la actitud terapéutica.