La formación continuada en medicina una vez finalizado nuestro posgrado y/o especialidad médica es un deber continuo en nuestro quehacer diario. Actualmente el número de publicaciones a las que tenemos acceso es muy elevado, inaccesible; por lo que debemos elegirlas con relación a criterios de calidad1. Se hace necesario analizar cuáles son nuestras fuentes de información y seleccionar aquellas que nos aporten información nueva y relevante para nuestra actividad asistencial2,3. Además, ante la inmensa información que recibimos, revistas de síntesis de conocimiento como Cardiocore se nos hacen cada día más necesarias para que el tiempo dedicado a formación continuada sea más eficiente.
La selección de las revistas se realizan por múltiples razones entre las que se encuentran nuestro campo de interés, el medio en que desarrollamos nuestra actividad y nuestras expectativas cuando decidimos leer una revista. Este interés por parte del profesional no siempre coincide con el de los editores y las editoriales4 y en el manuscrito que nos envían el Dr. Vassallo et al.5 del «otro lado del Atlántico» se analiza de forma espléndida cómo piensan los editores y qué características reúne una buena revista.