There is a the strong temporal, if not causal, link between the intervention and the outcome in cardiac surgery and therefore a link becomes established between operative mortality and the measurement of surgical performance. In Britain the law stipulates that data collected by any public body or using public funds must be made freely available. Tools and mechanisms we devise and develop are likely to form the models on which the quality of care is assessed in other surgical and perhaps medical specialties. Measuring professional performance should be done by the profession. To measure risk there are a number of scores as crude mortality is not enough. A very important benefit of assessing the risk of death is to use this knowledge in the determination of the indication to operate. The second benefit is in the assessment of the quality of care as risk prediction gives a standard against performance of hospitals and surgeons. Peer review and “naming and shaming” are two mechanisms to monitor quality. There are two potentially damaging outcomes from the publication of results in a league-table form: the first is the damage to the hospital; the second is to refuse to operate on high-risk patients. There is a real need for quality monitoring in medicine in general and in cardiac surgery in particular. Good quality surgical work requires robust knowledge of three crucial variables: activity, risk prediction and performance. In Europe, the three major specialist societies have agreed to establish the European Cardiovascular and Thoracic Surgery Institute of Accreditation (ECTSIA). Performance monitoring is soon to become imperative. If we surgeons are not on board, we shall have no control on its final destination, and the consequences may be equally damaging to us and to our patients.
Existe una fuerte relación temporal, si no causal, entre la intervención y los resultados en cirugía cardíaca, y, por lo tanto, se establece una relación entre la mortalidad operatoria y la medición de la capacidad y resultados quirúrgicos. En el Reino Unido, la ley estipula que los resultados obtenidos en cualquier institución pública o utilizando fondos públicos deben ser hechos públicos y disponibles en cualquier momento. Las herramientas y mecanismos que diseñamos y desarrollamos es posible que lleguen a formar parte de los modelos con los que se evalúa la calidad del cuidado médico en otras especialidades médicas y quirúrgicas. La medición de la capacidad profesional debe ser hecha en la misma profesión. Para medir el riesgo existe un número de sistemas de puntuación, ya que la mortalidad cruda no es suficiente. Un beneficio muy importante de la evaluación del riesgo de muerte es utilizar este conocimiento para determinar la indicación para una intervención. El segundo beneficio reside en la evaluación de la calidad del cuidado médico, ya que la predicción del riesgo proporciona un punto de comparación frente a los resultados de los hospitales y de los cirujanos. La revisión por pares y el «nombrar y criticar» son dos mecanismos para la monitorización de la calidad. Existen dos resultados potencialmente peligrosos de la publicación de resultados en forma de tabla de clasificación liguera: el primero es el daño al hospital; el segundo es el rechazo a operar a pacientes de riesgo elevado. Existe una necesidad real de monitorizar la calidad en la medicina en general y en la cirugía cardíaca en particular. El trabajo quirúrgico de calidad requiere un conocimiento profundo de tres variables cruciales: actividad, predicción del riesgo y resultados. En Europa, las tres principales sociedades de especialidad han acordado establecer el Instituto Europeo de Acreditación en Cirugía Torácica y Cardiovascular (ECTSIA). La monitorización de los resultados será pronto imperativa. Si los cirujanos no estamos a bordo, acabaremos por no tener el control sobre su destino final, y las consecuencias pueden ser igualmente dañinas para nosotros y para nuestros pacientes.
«Presentado en el XII Congreso de la Sociedad Catalana de Cirugía Cardíaca. Barcelona, 26-28 de Mayo de 2005».