Introduccion: El manejo del tratamiento anticoagulante y su efecto en las complicaciones neurológicas (CNL) en los pacientes con endocarditis infecciosa (EI) sigue siendo uno de los grandes retos terapéuticos en especial en pacientes portadores de válvula metálica.
Objetivos: El objetivo de este trabajo, es evaluar la incidencia de complicaciones neurológicas hemorrágicas en pacientes con EI en función del manejo de la terapia anticoagulante.
Material y métodos: Pacientes incluidos en la cohorte prospectiva andaluza de EI: 2076 casos consecutivos durante el periodo 1984–2016. Se analizaron los resultados en función de la actitud tomada con el tratamiento anticoagulante y las CNL observadas.
Resultados: En el momento de diagnóstico de la endocarditis 522 pacientes (25,1%) tenían tratamiento anticoagulante prescrito, 1343 (64,7%) pacientes no tenían tratamiento anticoagulante y en 212 (10,2%) pacientes no se registró con exactitud. Los pacientes con tratamiento anticoagulante desarrollaron mayor número de CNL de forma global 20,5% vs 16,8% (p=0,059); siendo mayores las complicaciones embólicas que evolucionaron a hemorragia 3,3% vs 1,4% (p=0,010) y sobre todo las complicaciones hemorrágicas no embolígenas: 6,7% vs 2,9% (p<0,001) y no se encontraron diferencias en las complicaciones isquémicas 13,5% vs 13,8% (p=0,863). Introducido en un modelo multivariante para complicaciones hemorrágicas, junto con la etiología por S.aureus y la afectación de la válvula mitral, el tratamiento anticoagulante aumentó la aparición de complicaciones neurológicas hemorrágicas con una OR de 2,64 (1,6–4,2) (p<0,001)
De los 522 pacientes con tratamiento anticoagulante, en 78 (14,9%), no se registraron datos exactos del manejo. De los 444 restantes, se dividieron en tres grupos, en función del manejo de esta terapia; Grupo 1, se mantuvieron con dicumarinicos o con heparina en perfusión contínua: 87 casos (19,4%). Grupo 2, continuaron el tratamiento con heparina a dosis intermedias (1mg/kg/dia) 242 casos (54,5%) y Grupo 3, se retiró transitoriamente la anticoagulación sin sospecha de embolismos: 76 (17,1%). En otros 39 pacientes (8,8%) se retiró la anticoagulación, pero por sospecha clínica/radiológica (se excluyen para el posterior análisis).
La tasa de complicaciones neurológicas globales de los pacientes del grupo 3 fue de 5 (6,6%), inferior a las de los grupo 1 (14; 16,1%) y grupo 2 (42, 17,4%); p=0,069. De los 76 pacientes del grupo 3, solo uno hizo una complicación hemorrágica (1,3%) frente a los 4 (4,6%) del grupo 1 y los 10 (4,1%) del grupo 2 (p=0,464).
El porcentaje de pacientes operados fue de (40,7%, 40,7% y 44,7%) y la mortalidad hospitalaria fue de 25,3%, 30,3% y 30,3% para los grupos 1,2 y 3 sin apreciarse diferencias significativas
Conclusión: Los pacientes a los que se les retira transitoriamente la anticoagulación en la fase activa de la EI, tienen un menor número de complicaciones neurológicas hemorrágicas, sin incremento de las complicaciones embolicas.